El equilibrismo del PSOE-A: ni reforzar a Pedro Sánchez ni dañar a Susana Díaz

“¿Si gana Pedro Sánchez habrá quien interprete que pierde Susana Díaz? Eso es absurdo. Esa lectura no tiene sentido. Susana no ha hecho campaña por nada y ha sido muy respetuosa con la militancia”. Es breve el comentario de un dirigente del PSOE andaluz pero esclarecedor. Al 97% escrutado, en Andalucía los militantes socialistas no se han diferenciado mucho de la media. La participación ronda el 49,96%, el sí arrasa con el 76% y el no se queda en el 24%. En provincias como Jaén, donde su secretario provincial avaló el no, el rechazo llega al 35%. En Huelva, el no se queda en el 31%. En Cádiz se da la participación más baja con un 41,2%. Datos oficiales, aún no cerrados del todo, que dibujan una militancia poco motivada y un triunfo del sí, con un porcentaje de rechazo por la supresión de las diputaciones. Lo previsible. Sin sorpresas. Nada estridente respecto a la media nacional, un 78,97% a favor y un 21,03% en contra, aunque sí una participación algo menor y un sí con un poco menos de fuerza. Respecto a las primarias de julio de 2014, donde Andalucía jugó un papel clave el secretario general ha perdido algo de apoyos, justo al contrario que en el mapa nacional (4.290 votos menos que hace dos años).

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El PSOE andaluz no ha tomado ninguna posición oficial. Susana Díaz ha dejado entrever que apoyaría el sí, ha dicho públicamente que el pacto con Ciudadanos, partido que permitió su investidura en Andalucía, le da “tranquilidad”. También ha dejado claro que discrepa de asuntos como la supresión de las diputaciones y otros aspectos en materia económica y laboral. En el texto del pacto no figura la derogación de la reforma laboral. Su tibieza está calculada.

Los socialistas andaluces no quieren participar en lo que creen un juego caprichoso e irresponsable que consideran que abrió Pedro Sánchez para zafarse del control de los barones y reforzarse en clave orgánica ante unas nuevas elecciones. Pero sabían también que si entre la militancia andaluza ganaba el no podía volverse en contra de Susana Díaz. A la presidenta de la Junta le inquieta aparecer retratada como ‘la mala de la película’ y no quiere que nadie le pueda reprochar que ha hecho campaña en contra de su secretario general y menos en contra de un pacto con Ciudadanos, partido por el que ella misma apostó en Andalucía y al que considera un socio mucho más fiable que a Podemos, con el que ya dijo que no permitiría un Gobierno de coalición.

La foto de Díaz, tras la de Guerra

Desde el equipo de la presidenta insistieron en que Susana Díaz había hecho una encendida defensa de Pedro Sánchez en el mitin que celebraron este sábado por el 28-F ante la “preocupación” por una militancia muy desmotivada. La consulta no se mencionó en ese acto. Nadie llamó a ir a votar a las agrupaciones para respaldar al secretario general. La presidenta de la Junta sí dijo que España necesitaba que Pedro Sánchez fuera cuanto antes el que pusiera “rumbo al país” al frente de un Gobierno “sensible, sólido y firme”. Aunque habían asegurado que no habría foto de la secretaria general del PSOE-A pronunciándose en la consulta porque ella quería votar “como una militante más”, al final sí que distribuyeron desde el partido una imagen en la que votaba en su agrupación junto al número dos del partido, Juan Cornejo. El hecho de que Ferraz mandara las cámaras a Alfonso Guerra votando y avalando públicamente el sí en Sevilla influyó en este cambio de criterio.

Los presidentes socialistas de las diputaciones andaluzas quedaron este sábado en mostrar su rechazo al pacto con Ciudadanos

El mensaje oficial del PSOE andaluz es que han sido neutrales, que era la hora de los militantes y que nadie había hecho campaña “por nada” desde la cúpula del partido. Varios dirigentes regionales coincidieron en anticipar días atrás la desmovilización de la militancia, una baja participación, el triunfo del ‘sí’ y un porcentaje suficiente de no por la supresión de las diputaciones. Los presidentes socialistas de las diputaciones andaluzas, que acumulan un importante caudal de poder del partido, estuvieron este sábado reunidos momentos antes del mitin con motivo del 28-F en Sevilla y acordaron expresar de forma conjunta su rechazo a la supresión de estas instituciones con algún tipo de moción o escrito a través de al Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP). El presidente de este organismo, Fernando Rodríguez Villalobos, preside también el PSOE sevillano y la Diputación. En Cádiz, Huelva o Jaén también están el frente de las instituciones provinciales los secretarios generales del partido en estas provincias.

Ferraz mira al líder de Jaén

El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, ha sido el único que no se ha limitado a expresar su rechazo a algunos puntos del pacto sino que también confirmó que votaría por el no y trataría de explicarlo a sus militantes. Dirigentes afines a Pedro Sánchez no tardaron mucho en subrayar lo que supondría que la militancia apoyara el sí en contra del líder provincial. Las versiones son contradictorias. Hay quienes aseguran que la dirección provincial tocó a rebato a las agrupaciones locales y otros que desmienten que se haya descolgado un teléfono. El resultado fue de un sí del 65% y un no del 35%. “Se ha abierto un problema en su liderazgo que antes no tenía”, señalan desde la ejecutiva federal. En Sevilla, cuna política de Susana Díaz, cuentan que la propia secretaria general se había preocupado por las posibles consecuencias y lecturas en su contra si salía el no. Con un 44% de participación, siete puntos por debajo de la media, el sí ganó con el 74%.

Los barones del PSOE, que plantaron cara a Sánchez tras el resultado electoral e impusieron sus condiciones a la hora de negociar un Gobierno, asumen hoy que no van a abrir el partido en canal a 24 horas de que el secretario general afronte su debate de investidura. En Andalucía, Susana Díaz ha instalado un clima de indiferencia, un silencio controlado sobre Pedro Sánchez que no deja de hacer ruido. Los principales dirigentes del partido eluden valorar si el líder se ha reforzado en esta negociación y tras su pacto con Albert Rivera. Tampoco ponen mucho entusiasmo con el debate de investidura de Sánchez. A esa misma hora Susana Díaz no estará en la tribuna de invitados del Congreso sino en la Cámara andaluza compareciendo para hacer balance de su gestión.

En el PSOE andaluz no creen que esta lectura sea justa. Aseguran que la presidenta “está en la gestión, en el trabajo del Gobierno de Andalucía y manteniéndose en un discreto segundo plano”. Subrayan que ella ya ha dicho abiertamente en varias ocasiones que cree que lo mejor para el país es que Pedro Sánchez sea presidente. Mientras, ya se anticipa la próxima batalla. El temor a que Ferraz utilice ese sí de la militancia para intentar pactar con Podemos a partir del 5 de marzo. O el más extendido, el miedo a que ese acuerdo inservible con el partido de Albert Rivera abra espacio a Podemos a la izquierda de su electorado y haya un mordisco mayor en unas próximas elecciones generales. Y el peligro de que se venda esta participación del 51,70%, lejos del 66,76% de las primarias de 2014, como un “éxito”, que se creen expectativas que serán difíciles de gestionar cuando sea imposible formar un Gobierno y que todo esto se vuelva en contra del PSOE. El triunfalismo de Ferraz no ha llegado a Andalucía.