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32 días sin Maloma: una sevillana saharaui, raptada en Argelia por su familia biológica
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32 días sin Maloma: una sevillana saharaui, raptada en Argelia por su familia biológica

Los padres y la pareja de una joven saharaui con nacionalidad española retenida contra su voluntad por su familia biológica se desesperan, sin que Exteriores logre su liberación

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Pepe escuchó a Maloma gritar “papá, papá” mientras la introducían a la fuerza en un coche. Llevaban una semana en Smara, uno de los campamentos saharuis de Tinduf (Argelia). Les quedaba muy poco para coger el avión de vuelta. Era cuestión de horas. Esa misma noche del 12 de diciembre, Pepe regresó solo. La familia biológica de la joven de 22 años, un hermano y dos primos, se la llevaron a la fuerza. Lo entretuvieron, lo reclamaron en casa de una vecina que era tía de Maloma y la oyó gritar sin poder hacer nada. No atina con palabras para contar la frustración que siente. Desde entonces, él y su mujer, Carmen, junto a Ismael, su yerno, están dedicados a lograr su liberación y su vuelta a casa, en el pueblo sevillano de Mairena del Aljarafe, donde no cesan las muestras de apoyo y respaldo a la familia.

Para algunos, Maloma es la cara y la cruz, la viva imagen del éxito y el fracaso del famoso programa de Vacaciones en Paz, que funciona con éxito en España, especialmente en Andalucía, desde 1993, poco tiempo después de que Naciones Unidas lograra un alto el fuego entre el Frente Polisario y Marruecos. Sobre todo ellas, las mujeres, logran insertarse en la sociedad española, prosperan, estudian, se preparan, y no es la primera vez que las retienen contra su voluntad para que vuelvan al Sáhara, a cumplir con sus obligaciones, a cuidar a sus madres o sus mayores. Sus familias biológicas no creen que merezcan otra cosa. Ellas no quieren el desierto.

Maloma Morales de Mato hacía una década que vivía en Mairena. Estudia Bachillerato, ayuda a su padre en el bar familiar y tiene un sueño, ser policía. Conoció a sus actuales padres adoptivos cuando tenía siete años. Recaló en este hogar sevillano dentro del tradicional programa de vacaciones para los niños de los campamentos saharauis. Cuando cumplió los 12 años, se quedó con esta familia y no volvió a Tinduf. A los 19, mayoría de edad en Argelia, decidió que quería ser adoptada por Pepe y Carmen. Su familia española inició los trámites y a los 20 el papeleo estaba culminado. Entonces pidió también la nacionalidad española, que logró en mayo de 2015.

Solo cuando sus papeles estaban en regla y después de 10 años sin visitar a su familia biológica, se decidió a volver de la mano de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui. Sabía que corría riesgos, hay otros casos como el que protagoniza ahora Maloma, pero jamás pensó que fuera a ocurrirle a ella. “No se lo imaginaba. Las relaciones con su familia biológica habían sido muy buenas. Cada semana Maloma llamaba a casa, una o dos veces, hablaba con su madre o con su hermano y estaba al corriente de todo”, cuenta su pareja, Ismael Arregui, con quien comparte su vida desde hace cuatro años.

El caso es "complejo", admite el Gobierno

La última vez que habló con Maloma fue el 25 de diciembre. Tras su secuestro, hubo cuatro contactos telefónicos. Ella le contó a Ismael lo que había ocurrido. Le dijo que estaba retenida por sus hermanos en contra de su voluntad y que quería volver a casa, que no la olvidaran. A Ismael le cuesta trabajo seguir con el relato. “La obligaron a irse en aquel coche. Ahora no sé si está viva o no, si la tienen en un zulo, si come...”. Ha dejado de lado el trabajo, pasa 17 horas al día intentando que su compañera vuelva a casa y otras siete horas, cuenta, tratando, sin éxito, dormir.

Desde el primer momento, la familia ha sido muy activa en sus negociaciones. Antes de volver a Sevilla, Pepe se reunió con el delegado del Frente Polisario en Andalucía, Abidin Bucharaya, para narrarle el caso de Maloma y pedirle su mediación. Poco después, la familia viajó a Madrid para reunirse con el Ministerio de Asuntos Exteriores, que está mediando para la liberación de la joven. También el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, habla de forma asidua con la familia. El cónsul de España en Argelia también está en contacto con los familiares de Maloma. Este martes, los padres y el marido de Maloma fueron recibidos por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. El alcalde de Mairena, el socialista Antonio Conde, también está volcado en este caso. Todos implicados, pero sin soluciones a la vista.

En una sociedad "tribal y machista", donde las mujeres son retenidas para cuidar a sus padres y hermanos

Es un caso “complicado”, según admiten desde el Gobierno. Es “complejo” y requiere “prudencia”, ha asegurado el delegado del Gobierno en Andalucía. Según ha podido saber este periódico, uno de los hermanos de Maloma pertenece a un grupo radical dentro del Frente Polisario y ni siquiera atendería a las peticiones de liberación de estas autoridades en Argelia. No es la primera chica saharaui en una situación así. Carmen y Pepe, junto a Ismael, han ido a Valencia a conocer a Mahyuba Mohamed Hamdidaf.

Ella sufrió una situación similar en el verano de 2014. Tras viajar con su familia a Argelia, quedó retenida contra su voluntad en los campamentos saharauis a pesar de tener nacionalidad española. Sus padres biológicos le retiraron el pasaporte y le prohibieron volver a Europa. En esos momentos tenía una beca en Londres. Ella también fue reclamada por su familia para acudir a despedirse de su abuela, enferma y a punto de morir, según le hicieron llegar. Acudió con su padre adoptivo, llevaba también una década en España, se había licenciado brillantemente en la universidad. Dos meses después fue liberada. Según traslada la familia de Maloma, en este caso las presiones de la Generalitat valenciana y el aviso de que se retirarían las ayudas públicas a los campamentos saharauis fueron clave para que el Frente Polisario actuara.

De momento, la Junta de Andalucía no se ha planteado ese arma de presión aunque sí ha prometido seguir el caso de cerca en contacto con el Ministerio de Asuntos Exteriores. El plan de cooperación andaluz incluye ayudas económicas al pueblo saharaui. El Gobierno andaluz vivió un momento de tensión interna en enero de 2015, cuando la presidenta Susana Díaz prohibió a su entonces vicepresidente, Diego Valderas (IU), acudir en una visita oficial a los campamentos de Argelia para no ofender a Marruecos.

La familia de Maloma asegura que ella es ya libre y mayor de edad para decidir sobre su futuro. Lamentan que sean sus propios hermanos quienes la retengan contra su voluntad. “Es una concepción muy machista y muy tribal de la sociedad. Ellos creen que se tiene que quedar allí para cuidar a su madre”, aseguran desde el entorno de la chica sevillana. Pero ella lo que quería era estudiar y preparar las oposiciones para ser policía nacional. La última vez que habló con Ismael, se lo dejó claro: “Por favor, no me dejéis aquí. No os olvidéis de mí”. Su viaje sin regreso ya dura más de un mes.

Pepe escuchó a Maloma gritar “papá, papá” mientras la introducían a la fuerza en un coche. Llevaban una semana en Smara, uno de los campamentos saharuis de Tinduf (Argelia). Les quedaba muy poco para coger el avión de vuelta. Era cuestión de horas. Esa misma noche del 12 de diciembre, Pepe regresó solo. La familia biológica de la joven de 22 años, un hermano y dos primos, se la llevaron a la fuerza. Lo entretuvieron, lo reclamaron en casa de una vecina que era tía de Maloma y la oyó gritar sin poder hacer nada. No atina con palabras para contar la frustración que siente. Desde entonces, él y su mujer, Carmen, junto a Ismael, su yerno, están dedicados a lograr su liberación y su vuelta a casa, en el pueblo sevillano de Mairena del Aljarafe, donde no cesan las muestras de apoyo y respaldo a la familia.

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