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El último imputado de los ERE, uno de los políticos que más saben de Susana Díaz
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Sus vidas se han cruzado en muchos momentos

El último imputado de los ERE, uno de los políticos que más saben de Susana Díaz

La jueza da los primeros pasos para enviar a Carmelo Gómez, diputado andaluz, al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por supuestamente estar a sueldo del conseguidor Lanzas

Foto: Carmelo Gómez Domínguez, vicesecretario general del PSOE de Sevilla.
Carmelo Gómez Domínguez, vicesecretario general del PSOE de Sevilla.

Carmelo Gómez, quien podría convertirse en el último imputado de la larga lista del caso ERE (más de 270) si la jueza María Núñez Bolaños, como todo apunta, atiende la petición de la Fiscalía Anticorrupción, no es un nombre cualquiera. No solo porque se sienta en la bancada socialista del Parlamento andaluz cerca de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, o porque forme parte de su ejecutiva regional, sino sobre todo porque comparten una larga historia en común que nació hace ya muchos años.

Ambos proceden de las Juventudes Socialistas y podrían ser coautores de un ‘bestseller’ acerca del PSOE de Sevilla. Sus vidas se han cruzado en muchos momentos en años de militancia. Carmelo Gómez reúne a la perfección en su currículo político la vida de guerras fratricidas del PSOE sevillano, cuna y escuela también de la presidenta de la Junta. Como ella, el diputado socialista, al que atribuyen también una extraordinaria inteligencia y habilidad política, se curtió en las batallas del socialismo sevillano, haciendo la guerra a sus padres políticos, llámense el exalcalde Alfredo Sánchez Monteseirín o el histórico José Caballos, hoy senador por la comunidad autónoma.

Un escrito de la Fiscalía ve indicios de delito en este aforado al que Díaz aupó a la ejecutiva del PSOE andaluz en la Secretaría de Formación y Nuevos Afiliados. El Ministerio Público cree que estuvo a sueldo del entramado de empresas de Juan Lanzas, el conseguidor de los ERE y exsindicalista de UGT. La conexión del diputado andaluz con Fernando Mellet, que dirigió Mercasevilla, la lonja sevillana de capital público ligada al Ayuntamiento de Sevilla y en el origen de la trama fraudulenta de los ERE, lo puso en el punto de mira.

¿Por qué la posible imputación de Carmelo Gómez ha puesto en guardia al entorno más cercano a Susana Díaz? La pregunta podría tener muchas respuestas, pero todos los caminos conducen al mismo momento: el PSOE de Sevilla en la etapa de José Antonio Viera. El exconsejero andaluz de Empleo, imputado por prevaricación administrativa y malversación por el Tribunal Supremo, era entonces secretario general de los socialistas sevillanos, y Susana Díaz, su mano derecha como secretaria de Organización. Este tándem, que dirigió desde 2004 con mano de hierro el siempre convulso PSOE sevillano, fue el que resucitó políticamente a Carmelo Gómez. Fue una jugada definitiva con la que enterrar un nuevo episodio de amotinamiento de un sector crítico frente a la dirección provincial, recuerdan fuentes socialistas.

Gómez había llegado años atrás a atesorar mucho poder en el partido y sus contactos eran fundamentales para mantener bajo control a los críticos. Fue Viera quien dio orden de rehabilitar políticamente al socialista sevillano y buscarle una ocupación. Todo apunta a que sería otro hombre de la confianza de Viera, el exdelegado de Empleo en Sevilla Antonio Rivas, también imputado en la trama de los ERE, el que supuestamente se encargó de poner a Carmelo Gómez en órbita. “En aquel momento, Viera se lo encargaba todo a Susana Díaz o Antonio Rivas”, señala un histórico del partido, víctima de aquellas batallas internas.

Técnico superior en Dietética, según el currículo oficial de Carmelo Gómez, los informes de la Guardia Civil lo vinculan al entramado de empresas del conseguidor Juan Lanzas, ese hombre que se paseó por los juzgados en chándal y gafas de sol y del que su madre dijo que “tenía dinero para asar una vaca”. Estuvo supuestamente vinculado desde marzo a agosto de 2007 con la compañía Maginae Solutions, una de las empresas pantalla de Lanzas.

La Fiscalía Anticorrupción señala en un escrito del pasado 25 de septiembre que tanto Carmelo Gómez como el exconcejal socialista en el Ayuntamiento de Sevilla José Antonio García y María del Carmen Rodríguez Borrero, nuera del exdelegado Rivas, pudieron cobrar de Mercasevilla mediante “facturas simuladas” mientras formaron parte del entramado de empresas del conseguidor de los ERE. Después, Gómez pasaría a cobrar su nómina en la Diputación de Sevilla.

Carmelo Gómez coincidió con Susana Díaz en el Ayuntamiento de Sevilla en 1998. Por aquel entonces, el ahora señalado en los ERE era el concejal con más poder del equipo del alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín, y Díaz una joven edil de 23 años en la que algunos ya intuían una larga carrera. El recorrido político de Gómez ya había sido largo pese a que contaba entonces con apenas 30 años. Muchos recuerdan su etapa de guerrista. Trabajó en la librería Antonio Machado que el histórico socialista sevillano tenía en la capital hispalense, y se encargaba de ir a recoger a Alfonso Guerra y llevarle la maleta cada vez que llegaba de Madrid. El exvicepresidente lo promocionó. Ya en 1987, dicen que fue uno de los infiltrados de Juventudes Socialistas para apaciguar las feroces manifestaciones estudiantiles del Cojo Manteca que pusieron contra las cuerdas a Felipe González.

Pero el colmillo político de este dirigente socialista se reconocería años más tarde. En su etapa como edil sevillano y cuando montó su propia corriente crítica frente a su mentor, el entonces alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín. Gómez estuvo espoleado por José Caballos, que cuentan los socialistas que vivieron aquello en primera persona que le retiró su apoyo cuando vio que su pupilo podía morder su propia mano. En esa guerra, Susana Díaz estuvo de su lado. Perdieron la batalla, no sin antes poner en fuertes aprietos al exalcalde sevillano. Ella fue más hábil y salió casi indemne. Gómez fue cesado de casi todo y atravesó una dura travesía del desierto. Su expediente de expulsión llegó a estar sobre la mesa de Ferraz. Estuvo apartado de la política un lustro, desde 2002 hasta aproximadamente 2007.

Desde entonces, Carmelo Gómez ha jugado bien su papel de secundario. Curiosamente en la agrupación sevillana Macarena, donde recuperó la secretaría general, el PSOE tiene su epicentro de casos de corrupción investigados por los tribunales, desde el caso de las facturas falsas relacionado con el Ayuntamiento de Sevilla, a Mercasevilla o Fitonovo. Quienes han sido sus compañeros en el partido dicen que fue Gómez quien fichó a todos estos empresarios metidos a políticos para apuntalar su parcela de poder en el partido.

A Susana Díaz le tocó acabar con José Antonio Viera en el PSOE de Sevilla en 2012. Ella asegura que desde entonces no se hablan. Ahora públicamente se refiere a él como “este señor”. No se sabe si dentro de poco, si el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirma la imputación de Carmelo Gómez, este recibirá un trato similar. Díaz se apoyó en él en su etapa al frente del PSOE de Sevilla y se lo agradeció dándole un sitio en su ejecutiva regional en 2013. Su ascenso, sin embargo, no trascendió mucho más. Ni lo ha promocionado desde entonces ni se deja ver demasiado con él. De momento, se guarda silencio y se empieza a ensanchar ese cordón higiénico que la baronesa socialista utiliza con el caso ERE sin titubeos.

“Si ha retirado de la vida política a José Antonio Griñán y Manuel Chaves, nadie duda de que Gómez seguirá el mismo camino”, dice una voz cualificada del PSOE sevillano. Viera, cada vez más acorralado por el caso ERE, va diciendo por ahí a quien quiere oírlo que si él o Carmelo Gómez hablaran, “Susana se arruinaría”. La credibilidad del exconsejero sevillano, personaje clave en la trama fraudulenta, está bajo mínimos en el partido, pero la afirmación sacude internamente al PSOE de Sevilla. El diputado andaluz ha declarado a Europa Press que cumplió con todas sus tareas en la empresa de Lanzas y que no tuvo conocimiento de “irregularidad alguna”. Ahora le toca hablar a la jueza.

Carmelo Gómez, quien podría convertirse en el último imputado de la larga lista del caso ERE (más de 270) si la jueza María Núñez Bolaños, como todo apunta, atiende la petición de la Fiscalía Anticorrupción, no es un nombre cualquiera. No solo porque se sienta en la bancada socialista del Parlamento andaluz cerca de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, o porque forme parte de su ejecutiva regional, sino sobre todo porque comparten una larga historia en común que nació hace ya muchos años.

Susana Díaz Caso ERE
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