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PP y Podemos se la montan a Susana Díaz: “Esto no es un cortijo, es un Parlamento”
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PP y Podemos se la montan a Susana Díaz: “Esto no es un cortijo, es un Parlamento”

El veto del PSOE a las leyes de la oposición dinamita la Cámara andaluza y el ruido por la pugna política vuelve a protagonizar el pleno, constatando una legislatura casi imposible

Foto: Podemos y el PP abandonan el pleno en protesta por el bloqueo de iniciativas. (EFE)
Podemos y el PP abandonan el pleno en protesta por el bloqueo de iniciativas. (EFE)

Estaba avisado. Al comienzo del pleno este miércoles, los diputados de PP y Podemos iban a abandonar el hemiciclo andaluz como signo de protesta. Los diputados de Pablo Iglesias dejaron sobre sus escaños un papel con el siguiente mensaje: “Esto no es un cortijo, es un Parlamento”. Invitaron a los diputados del PP a asumir el eslogan pero estos evitaron las pancartas. Además, los diputados de ambos partidos, a los que el PSOE acusa de haber sellado una pinza política en Andalucía, evitaron compartir la foto del plante al pleno. Podría ser una anécdota más, pero no lo es. Transcurrida una hora desde el plante, la presidenta Susana Díaz llegaba al Parlamento andaluz desde Madrid, donde se evita estos “líos”, como ella los llama, y habla cómodamente de la reforma de la Constitución o del cupo vasco. Aquí los suyos la esperaban para darle cuenta de lo ocurrido.

Ya queda poco por ver en el Parlamento andaluz, donde la líder socialista sostiene su Gobierno en minoría mediante acuerdos con Ciudadanos que le permiten ir salvando los muebles. Con el partido de Albert Rivera logró su investidura y con ellos ha apalabrado un presupuesto que introduce una rebaja de dos puntos del IRPF para los andaluces. Aparentemente salvados estos dos escollos fundamentales, y mientras que Ciudadanos se cuelga las medallas del respiro fiscal, lo que el PSOE no logra tener bajo control es la Cámara andaluza. El origen del conflicto está en el veto a las leyes de la oposición. Hace más de un mes que la Mesa de la Cámara se opone a la tramitación de dos proposiciones del PP, pidiendo la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones, y de Podemos, reivindicando una norma de cuentas abiertas en la Administración. En realidad, ambos textos iniciaron su recorrido mucho antes, hace meses, pero se les ha ido poniendo todo tipo de trabas. El PSOE ha tenido hasta hace pocos días el apoyo de Ciudadanos. Había empate en la Mesa del Parlamento y las leyes se guardaban en el cajón.

Un informe del letrado mayor de la Cámara hace una semana dejó escrito negro sobre blanco que la “dilación” injustificada a que se estaba sometiendo a las iniciativas de la oposición podría llevarse a los tribunales. Advirtió de las “responsabilidades jurídicas individuales” de cada diputado. El PP ha confirmado que irá al Constitucional y estudia una contencioso contra sus señorías. Estas advertencias han sacudido a la Mesa. Los diputados socialistas se sienten amenazados. Tras el informe, Ciudadanos rectificó su posición. Ahora sí admite que se tramiten las leyes. Es más, ahora, tras días haciéndole el juego a los socialistas, han pedido para ambas la vía de urgencia. El problema es que en mitad de este lío el presidente del Parlamento aprobó una resolución, con los votos de PSOE y Ciudadanos de nuevo, que endurece las condiciones para tramitar proposiciones de ley y obliga a nuevos informes de impacto de género o cuantificación económica.

La resolución, que reescribe el Reglamento de la Cámara por la vía de los hechos, se aprobó además con carácter retroactivo. Este cambio en las reglas de juego ha acabado de incendiarlo todo. A partir de ahí, lo que está ocurriendo es complicado de razonar. Cada paso origina un colosal incendio. Aunque todo apunta a que las leyes, por fin y tras el cambio de criterio de Ciudadanos, se podrán tramitar en 15 días, la oposición ya ni se fía ni está dispuesta a dejar pasar lo que entienden como un “atropello”. En la mañana del miércoles volvieron a buscar un recoveco para exigir que se debatieran ese mismo día. Ahora temen que sea el PSOE el que en una vuelta de tuerca más acuda a pedir amparo a los tribunales. Todo cabe, advierten, con tal de que las leyes no se debatan antes de los presupuestos ni puedan condicionar las futuras cuentas.

Las generales recolocarán el tablero político

Los diputados se mostraban convencidos tras este último episodio de que la legislatura en Andalucía ni será tan estable como pregona el PSOE ni tan cómoda como muchos barruntaron. De hecho, cada vez se habla con más claridad de que las elecciones generales volverán de rebote a recolocar las piezas del tablero andaluz. Los socialistas acarician la idea de que Pedro Sánchez llegue a La Moncloa de la mano de Albert Rivera. En ese caso, el pacto estable de PSOE y Ciudadanos en Andalucía y la entrada de la formación naranja en el Gobierno de Susana Díaz se dan casi por hechos en las filas socialistas. Ciudadanos calla y asegura que, de momento, no hay nada más que acuerdos puntuales. Si el PP es quien logra mantener el poder gracias a Rivera, el análisis es otro bien distinto. Las cosas se complicarían mucho. Los más veteranos admiten que mantener un Gobierno en estas condiciones es casi imposible. Sin aliados estables, con cuatro grupos enfrente haciendo oposición y frenando al Ejecutivo, el escenario para un PSOE acostumbrado a tres décadas de mayorías absolutas pone a más de uno a temblar. Por primera vez en los corrillos se volvió a hablar de elecciones a medio plazo.

Ciudadanos asiste al espectáculo frotándose las manos en clave electoral. Pese a que muchos auguran su descalabro en Andalucía por su acuerdo con Susana Díaz, desde las filas del partido insisten en que la foto de “la radicalidad” del PP junto a Podemos les beneficia. “En el PP deberían de hablar más con nosotros”, se jactan. También aseguran que los socialistas muestran tics autoritarios en la Cámara que deben corregir y virar hacia el diálogo. Sienten que tienen la sartén por el mango. En el PP también parecen encantados con el desgaste que esto calculan que provoca al PSOE de Susana Díaz y sobre todo, admiten, en el partido de Rivera. Desde Podemos aseguran que no se van a dejar amedrentar y denuncian el estilo ‘cortijero’ de Susana Díaz en Andalucía. Nada se escapa de la cita del 20 de diciembre.

Lo más llamativo es que hay algunos diputados socialistas a los que el estilo que se está adoptando no gusta demasiado. Es más, ya hay voces que se atreven a criticar que el ordeno y mando se practica ahora más que cuando vivían en cómodas mayorías absolutas. “No es el camino. Nos saldrá caro”, advertía una voz cualificada con escaño en el PSOE. Hay una estrategia política. Nadie pone en duda que el presidente de la Cámara, Juan Pablo Durán, y el portavoz parlamentario, Mario Jiménez, siguen órdenes estrictas de Susana Díaz. De hecho, desde el minuto uno el PSOE dejó claras sus intenciones. Por primera vez en la historia sentó a tres secretarios generales del partido como miembros de la Mesa. Hasta ahora, por estética al menos, esas cuestiones sí se cuidaban. Un equipo de fieles a Díaz controla el Parlamento. Su presidente, Durán, que anunció que dejaría la secretaría general de Córdoba al tomar posesión del cargo, sigue en doblete institucional y político. Otras dos personas de la estricta confianza de la presidenta, Verónica Pérez, líder del PSOE de Sevilla, y Teresa Jiménez, secretaria general en Granada, custodian el poder socialista en la institución.

Estaba avisado. Al comienzo del pleno este miércoles, los diputados de PP y Podemos iban a abandonar el hemiciclo andaluz como signo de protesta. Los diputados de Pablo Iglesias dejaron sobre sus escaños un papel con el siguiente mensaje: “Esto no es un cortijo, es un Parlamento”. Invitaron a los diputados del PP a asumir el eslogan pero estos evitaron las pancartas. Además, los diputados de ambos partidos, a los que el PSOE acusa de haber sellado una pinza política en Andalucía, evitaron compartir la foto del plante al pleno. Podría ser una anécdota más, pero no lo es. Transcurrida una hora desde el plante, la presidenta Susana Díaz llegaba al Parlamento andaluz desde Madrid, donde se evita estos “líos”, como ella los llama, y habla cómodamente de la reforma de la Constitución o del cupo vasco. Aquí los suyos la esperaban para darle cuenta de lo ocurrido.

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