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El PSOE andaluz frena todas las iniciativas de la oposición con el crucial silencio de C's
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El PSOE andaluz frena todas las iniciativas de la oposición con el crucial silencio de C's

El clima se vuelve irrespirable en la Cámara andaluza: el Gobierno de Susana Díaz activa todos los resortes con apoyo de Ciudadanos para evitar que la oposición les doble el pulso

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, recibe la felicitación de Juan Marín (d), de Ciudadanos. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, recibe la felicitación de Juan Marín (d), de Ciudadanos. (EFE)

El Parlamento andaluz vive episodios de tensión inéditos desde hace años y que evidencian las dificultades del Gobierno de Susana Díaz para sobrevivir en minoría. La inminencia de elecciones generales enrarecen aún más el ambiente. La oposición denuncia que no se guarden ni las formas. Como muestra un botón, el presidente del Parlamento, el socialista Juan Pablo Durán, sigue compatibilizando su papel de árbitro y moderador en la Cámara con la secretaría general del PSOE de Córdoba. Un sillón orgánico que ostenta desde 2008 y que, según anunciaron los socialistas cuando fue nombrado el pasado mes de abril, iba a dejar de forma inmediata. Ahora aseguran que ese relevo se producirá cuando interese al partido, señalan que no es ninguna prioridad y alegan que la complicada agenda política, salpicada de citas electorales, no favorecen su salida como líder de los socialistas cordobeses.

El fichaje de Susana Díaz para la presidencia de la Cámara sorprendió a propios y extraños. El perfil de Durán se alejaba del de sus antecesores. En su currículum figura la sanción del Banco de España, junto al resto de miembros del consejo de administración, por llevar a la bancarrota a la entidad cordobesa Cajasur. Pero sobre todo, extrañó la elección de un hombre netamente del aparato socialista y sin experiencia previa en este tipo de responsabilidades para ocupar un papel tan institucional. La regla no escrita es que los secretarios provinciales del PSOE no compatibilicen este cargo con el de consejeros del Gobierno y mucho menos con una atalaya tan visible como la presidencia de la Cámara.

La legislatura, con un PSOE en minoría, ya se sabía que iba a ser muy complicada. Los 80 días de bloqueo político de Susana Díaz fueron un serio aviso de inestabilidad política. El papel del presidente del Parlamento es crucial para mantener el juego de equilibrios. Lejos de guardar las formas y acelerar su salida del partido, Durán sigue compatibilizando su papel en el aparato socialista y al frente de la Cámara. Preguntado por este periódico sobre cuándo dejará la secretaría general del PSOE dio a entender que no hay ninguna prisa. Fuentes socialistas confirmaron que no está ahora mismo sobre la agenda y que “se hará cuando toque”.

Es una anomalía más de las muchas que están viéndose en la Cámara andaluza. Este miércoles la guerra política se apoderó del Parlamento hasta el punto de que los partidos estuvieron más de tres horas reunidos en una intensa y tensa reunión de la Mesa. Una cita que suele resolverse en media hora y que tenía como objetivo programar la agenda del próximo pleno. El PSOE, con la crucial abstención de Ciudadanos, logró frenar todas las iniciativas legislativas presentadas por la oposición.

Nadie puede negar a los socialistas que conocen los entresijos parlamentarios como nadie. Su habilidad quedó tan acreditada como el enfado de PP, Podemos e IU y el papel de auxilio a los socialistas desempeñado por el partido de Albert Rivera. El grupo socialista lleva al extremo la letra del Reglamento de la Cámara o del Estatuto de Autonomía, según les convenga, para tratar de mantener el control de la agenda política.

El PP acusa a Rivera de tener un “pacto mordaza”

Una proposición de ley del PP que pide la supresión del impuesto de Sucesiones y Donaciones a partir del próximo año, otra de Podemos que propugna una ley de cuentas abiertas que permita a los ciudadanos tener información de cada euro público y una tercera de Izquierda Unida que defiende la reforma de la Cámara de Cuentas para dotarla de mayores competencias en la fiscalización del dinero público han vuelto a quedar varadas. Ninguna llegará al pleno.

En Extremadura una norma igual a la de Podemos será debatida. El PP defendió en el pleno en 2003, 2007 y 2008 iniciativas idénticas a la que ahora es vetada y que pide la supresión de impuestos. Entonces no había ningún peligro de que saliera aprobada. Ahora sí. Por su parte, el propio PSOE en su programa electoral y Susana Díaz en su debate de investidura prometieron la reforma de la Cámara de Cuentas. Los socialistas insisten en que el Estatuto impide la tramitación de “toda proposición o enmienda que suponga un aumento de los créditos o disminución de los ingresos presupuestarios”.

El presidente del Parlamento vio cómo al término de la reunión de la Junta de Portavoces, que a diferencia de la Mesa sí es abierta a los medios de comunicación, la diputada de Podemos Teresa Rodríguez tomaba la palabra para mostrar su disconformidad con el orden del día aprobado para el próximo pleno. El socialista Juan Pablo Durán prácticamente descalificó la queja de la secretaria general de Podemos acusándola de no conocer el Reglamento. Inmediatamente después PP e IU secundaron la protesta de la diputada de la formación morada. El tono fue subiendo y la bronca la cerró el portavoz socialista Mario Jiménez que acusó a la oposición de no tener “ni rigor ni vergüenza torera” y dejó claro el derecho a veto del Gobierno sobre determinadas iniciativas parlamentarias.

Quizás el discurso más esperado era el del portavoz de Ciudadanos, Juan Marín. La abstención de su partido es lo que permite al PSOE frenar a la oposición. El portavoz del PP, Carlos Rojas, ya había cargado duramente contra esta formación por estar “totalmente entregada al PSOE en Andalucía” y haber firmado “un pacto mordaza que hace mucho daño a la democracia”. Marín defendió que no se pronuncian sobre el fondo de los asuntos y señaló que hay “una laguna jurídica” que los letrados de la Cámara deberán resolver.

El partido de Albert Rivera apoyó la investidura de Susana Díaz con la promesa de una rebaja de impuestos entre los puntos acordados. Ahora, el Ejecutivo no da garantías de que sea reforma fiscal vaya a producirse por falta de ingresos en las arcas autonómicas. Ciudadanos ha asegurado que no apoyará el próximo Presupuesto de Susana Díaz si no se cumple esa promesa fiscal. La iniciativa del PP les forzaba a retratarse.

El papel de Ciudadanos en Andalucía, que a la vez apoyó a los populares en las alcaldías de Málaga, Almería, Jaén y Granada y en la Diputación malagueña, es cada vez más difícil de sostener. Se mueve entre dos aguas complicadas. Pactaron con los socialistas la comisión sobre el fraude de la formación y Albert Rivera corrigió a su portavoz andaluz para dejar claro que sí pedirán la comparecencia de Susana Díaz. No se sabe si ahora el líder nacional, que se juega su carrera a La Moncloa, volverá a intervenir.

El Parlamento andaluz vive episodios de tensión inéditos desde hace años y que evidencian las dificultades del Gobierno de Susana Díaz para sobrevivir en minoría. La inminencia de elecciones generales enrarecen aún más el ambiente. La oposición denuncia que no se guarden ni las formas. Como muestra un botón, el presidente del Parlamento, el socialista Juan Pablo Durán, sigue compatibilizando su papel de árbitro y moderador en la Cámara con la secretaría general del PSOE de Córdoba. Un sillón orgánico que ostenta desde 2008 y que, según anunciaron los socialistas cuando fue nombrado el pasado mes de abril, iba a dejar de forma inmediata. Ahora aseguran que ese relevo se producirá cuando interese al partido, señalan que no es ninguna prioridad y alegan que la complicada agenda política, salpicada de citas electorales, no favorecen su salida como líder de los socialistas cordobeses.

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