Marbella no quiere ser Benidorm

Marbella no quiere la especulación inmobiliaria que emula el más puro estilo gilista. Los ciudadanos han sido contundentes y están dando un tajante 'no'al plan del PP de crear cinco zonas en el municipio donde se podrían construir torres de hasta 150 metros de altura. Políticos, arquitectos, periodistas... todos apoyan la rebelión yuna movilización masiva de recogidas de firmas con el contundente lema: "¡No a los rascacielos en Marbella! ¡Basta ya!". El último recurso es Susana Díaz.

Todos los colectivos son conscientes de que para elcambio del modelo urbanístico impuesto por el PPse necesita la aprobación de la Junta de Andalucía, debido al cambio estructural de la ciudad. Por ello, desde el mismo PSOE ya han trasladadola patata caliente sobrela mesa de la presidenta, Susana Díaz. El parlamentario andaluzJosé Bernalha reclamado a Sevilla “que sean tajantes con esta modificación del PGOU que va a acometer el Ayuntamiento de Marbella y que permitiría la construcción de rascacielos de hasta 50 plantas”. Para ello se reunió con la consejera de Ordenación del Territorio de la Junta, María Jesús Serrano, y le ha exigido queactúe con contundencia y que "impidan a la alcaldesa, Ángeles Muñoz, y al Gobierno municipal que hagan tamaña barbaridad en la ciudad”.

En este aspectotambién están de acuerdo sus compañeros de la oposición. Es la primera vez que formaciones políticas y colectivos ciudadanos se ponen de acuerdo en una plataforma común. El cambio en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que aprobó el equipo de Gobierno del PP en el último pleno continúa levantando ampollas. Rafael Piña, del partido sampedreño, manifiesta a este mediosu temor aque "vuelva a ocurrir lo que ya pasó en otro tiempo cuando la Junta de Andalucía, durante los 16 años del GIL, estuvo mirando para otro lado mientras cambiaban el modelo de ciudad. Nadie arriesga para perder su dinero y estoy casi seguro de que los promotores ya tienen atada la parte municipal y casi seguro la de la Junta".

Estos temores están fundamentados para todos y, en este sentido, Enrique Monterroso de IU aduce que estos proyectos "rompen con las previsiones del PGOU y con el modelo de desarrollo urbanístico tradicional del municipio". Para Izquierda Unida, “Marbella no es Dubai, Nueva York o Singapur, es un pueblo marinero de casitas blancas y algún que otro edificio que no quiere cambiar su fisonomía del pueblo señero en el mundo”. Esta formación reclama un referéndum para que el pueblo decida.

Atrocidad urbanística

Desde que el Ejecutivo local aprobara la modificación de normas urbanísticas, que licitan la construcción en cinco zonas de la ciudad de un máximo de seis torres de gran altura,los técnicos urbanísticos también se han pronunciado. La arquitecto Carola Herreroseñalaa El Confidencial que es un desatino urbanístico considerable. Marbella tiene un modelo de ciudad extensivo y de baja densidad, que produce imagen de ciudad-jardín, que es en gran parte la razón desu éxito turístico. El clima, la imagen, la vegetación es lo que vendemos. Un destino turístico de calidad, con un paisaje único en Europa. No somos Barcelona, ni Madrid, ni Benidorm, ni Dubai, ni Singapur... somos Marbella y esas torres se cargan el modelo de éxito que por suerte nos hemos encontrado”.

El primer proyecto de rascacielos presentado hasta el momento en esta tandaes un edificio de 30 plantas y115 metros de alturaque estaría situado al lado del palacio del rey Fahd en la zona de la carretera de Istán. El proyecto es del arquitecto catalán Ricardo Bofill. La empresa promotora lleva muy avanzado el acuerdo. Según ha sabido El Confidencial, “este es el único proyecto concreto que de momento se ha presentado en las oficinas municipales de Urbanismo, aunque es cierto que empiezan a moversegrupos inversores muy interesados en levantar inmuebles de este tipo", dice Rafael Piña, de OSP. "Muchos de los que han llegado al municipio por contar con zonas de lujo de baja altura y que tienen aquí su chalet quizás puedan marcharse con la construcción de los rascacielos".

El PP se queda solo

Los únicos que defienden este proyecto son los políticos del PP. Para el concejal de Urbanismo, Pablo Moro, "hablar de Benidorm es hacer demagogia, ya que se parece a Marbella como un huevo a una castaña y así va a continuar". En su opinión, las cinco construcciones estarán separadas por varios kilómetros y no romperán la línea visual respecto a la sierra y al pico de La Cocha."Serán elementos icónicos, con el diseño que el municipio requiere, que no romperán el modelo de ciudad, sino que será un foco de atracción y generarán empleo".

Suopinión y la del equipo de Gobiernono es compartida por ninguno de los grupos de la oposición, que votaron en contra en el pleno donde se aprobó esta modificación del PGOU. Las tres formaciones coincidieron en que el PP gobierna para los promotores y no para el pueblo. Y acusaron a la alcaldesa, Ángeles Muñoz, de actuar con los mismos intereses que en etapas anteriores del gilismo.

Pocos estamentos de Marbella se muestran ya favorables a la posibilidad de levantar los rascacielos. La asociación que aglutina a los empresarios de Marbella ha aprovechado la polémica desatada en la ciudad para que el plan estratégico deba ayudar a la ciudad a avanzar en el recorrido y modernización que tiene el modelo de ciudad jardín yno de “rascacielos singulares”.

Para reivindicar que estánen contra de esta “barbarie”, se reunieron este viernes en el Hotel Fuerte representantes de los empresarios, personajes de la jet, representantes de sectores técnicos, asociaciones vecinales y, en definitiva, gente concienciada con la causa.“No hemos querido que venga ningún político", señalan los organizadores a El Confidencial. "La base es de ciudadanos de a pie que queremos que Marbella siga siendo lo que es”, apuntaCarola Herrero.

Lo cierto es que este debate suscitado en Marbella sobre el cambio urbanístico y las reacciones negativas ante el cambio aprobadoya están surtiendo efecto, y la alcaldesa empieza a dar marchas atrás en algunos cenáculos de la ciudad. Ya ha lanzado el aviso a navegantes de que “no habrá torres en altura en Marbella si no cuentan con consenso social. Nosotros estudiaremos con todo detenimiento las alegaciones que nos lleguen. Y a partir de ahí será el Consejo Social de la Ciudad, ni siquiera el equipo de gobierno, para que sea una posición consensuada por parte de todos, el que tome la decisión».