Barbate mira a Bruselas para sobrevivir en los caladeros de Mauritania

¿El fin de la ruina? Con 1.484 barcos, la flota pesquera andaluza, que factura 480 millones de euros, sería la gran beneficiada del inminente nuevo acuerdo de la Unión Europea con Mauritania tras la prohibición en diciembre de 2011 por parte del Parlamento Europeo de faenar en los caladeros marroquíes “por los problemas ambientales que provocaba”, según la UE, y las presiones del Sáhara occidental. Patrones de pesca como José Bermúdez, del municipio gaditano de Barbate, han reducido su cuota de captura en un 50%. Ya no tienen beneficios y pagan, como él, la nómina de 16 trabajadores.

La provincia de Cádiz, que ha visto cómo las cofradías de pescadores de la capital y El Puerto de Santa María, han oficializado su defunción tras llevar años con escasa actividad, será la gran beneficiada del acuerdo. Barbate cuenta con una flota de 17 barcos (la mayor de Andalucía) que vuelca ahora su actividad en las aguas del Golfo de Cádiz y en la captura del boquerón, con una cuota de pesca que se agotó antes de tiempo. “Llevamos más de un año en absoluto precario. Aquí sólo vivimos de la pesca, no tenemos otra industria; hace una década nos dedicábamos 2.000 familias la pesca, hoy somos 950”, cuenta Bermúdez en conversación telefónica con El Confidencial.

“Tenemos esperanza con Marruecos, a ver si mejoramos, pero no sabemos cómo estará el caladero, tampoco está para echar cohetes”, apunta el patrón pesquero, que lamenta cómo la subida del precio del gasoil tampoco facilitará la situación. Bermúdez ya relató a este diario el 18 de diciembre de 2011 que los profesionales de la pesca eran “el objetivo número 1 de exterminio de las Administraciones; siempre se ha dicho que en África las personas no tienen valor. Con nosotros pasa lo mismo”. En 2008 compró en Almería un barco de 22 metros de eslora para faenar. Le costó 900.000 euros. Hace dos años se planteaba venderlo. Hoy todavía no lo ha hecho: perdía demasiado dinero con el precio que le daban por él.

“No nos dan libertad de trabajo. Intentamos subsistir, pero nos ponen muchos contratiempos, nuestra intención es trabajar y dar alimento a nuestros hijos; estamos indignados, a mí me sorprendió la crisis y a duras penas tiro hacia adelante. Sigo teniendo muchas zancadillas y si antes teníamos beneficios ahora casi está rozando el 0. La pesca da sólo para medio comer”, apunta Bermúdez, que ha visto cómo la desgraciada muerte de su yerno en un accidente y de su hijo de una muerte súbita hace apenas un mes le imposibilitan jubilarse, como era su deseo. Ahora tiene 67 años.

Solidaridad con el Sáhara

El patrón pesquero no cree en los políticos. Y mucho menos en europarlamentarios como Willy Meyer (de Izquierda Unida), que votaran contra el acuerdo pesquero de la UE en solidaridad con el pueblo saharaui. “Eso es un problema de Naciones Unidas, no de los que nos dedicamos a la pesca. Aquí somos solidarios con el Sáhara”, recuerda Bermúdez, que añade: “Somos los marineros, y no los políticos, los que estamos intentando dar una solución al tema. Si fuera por ellos…”. Aquí la explicación que dio Meyer.

El pleno de la Eurocámara de esta semana votará las 570 enmiendas al Reglamento del Fondo Europeo Marítimo de la Pesca (FEMP), que definirá las posibilidades financieras para acometer esta reforma en los próximos siete años. La consejera de Agricultura y Pesca, Elena Víboras, pretende mantener la ficha presupuestaria actual, que para el sector andaluz asciende a 216 millones de euros procedentes de Europa.

Un informe de la Junta de Andalucía de septiembre de 2012 precisaba cómo la flota adscrita al acuerdo con Marruecos en el Golfo de Cádiz genera cerca de 400 puestos de trabajo directos, de los que el 75% están asociados a la flota de cerco y el 25% a la de palangre de fondo. La actividad vinculada al caladero marroquí añade 200 puestos de trabajo ligados a la pesca en actividades tan importantes para la economía local y regional como la industria transformadora, los talleres navales y varaderos, la distribución mayorista y minorista, o la hostelería y restauración.