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Susana Díaz marca diferencias: se acerca a Chaves y hará limpieza por los ERE
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SE SEPARA DE LA LÍNEA DE GRIÑÁN, SU MENTOR

Susana Díaz marca diferencias: se acerca a Chaves y hará limpieza por los ERE

La presidenta 'in pectore' de la Junta de Andalucía, Susana Díaz ya tiene claro que quiere separarse claramente de las líneas marcadas por su mentor

Foto: Susana Díaz, junto a Griñán y la presidenta del PSOE-A Amparo Rubiales (EFE)
Susana Díaz, junto a Griñán y la presidenta del PSOE-A Amparo Rubiales (EFE)

La presidenta in pectore de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tiene ya claras cuáles serán sus primeras líneas de actuación en cuanto se ponga al frente del Gabinete andaluz la próxima semana (el debate de investidura se celebrará los días 4 y 5 y la toma de posesión el día 7). Esta mujer, de tan sólo 38 años, llega a la Presidencia de la Junta de Andalucía con el ánimo de consolidarse en el liderazgo del socialismo andaluz, que ha sido la meta con la que ha diseñado toda su carrera de política profesional, el único ámbito de trabajo que conoce, y para ello pretende ofrecer desde el primer instante diferencias sustanciales con su mentor, José Antonio Griñán. Diferencias políticas y estratégicas en tres campos: en lo concerniente al escándalo de los ERE, en la orientación política del Gobierno andaluz y en el control del PSOE de Andalucía.

Lo primero, la necesidad del Gobierno andaluz de marcar distancias con el escándalo judicial de los ERE, se conecta, precisamente, con la propia renuncia de José Antonio Griñán, temeroso de que su posible imputación en este proceso lo obligara a presentar la dimisión. Tras la salida de Griñán de la Presidencia andaluza, el siguiente paso será la exclusión del Gobierno andaluz de aquellos consejeros o altos cargos que tuvieron alguna responsabilidad en las consejerías vinculadas más estrechamente al 'fondo de reptiles' con el que se alimentaban los expedientes de regulación de empleo que financiaba la Junta de Andalucía con total opacidad y sin ningún control político ni administrativo.

La nueva presidenta de la Junta de Andalucía podría sacar del Gobierno a algunos de los colaboradores más estrechos de José Antonio Griñán desde su etapa como consejero de Hacienda. Entre ellos, fundamentalmente, la actual consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, y el consejero de Economía, Antonio Ávila, las dos piezas más sólidas en las que se ha apoyado siempre Griñán.

placeholder Carmen Martínez Aguayo

El caso de Martínez Aguayo es, quizá, el más evidente porque ella misma se 'inmoló' para intentar salvar a Griñán del escándalo de los ERE: afirmó públicamente que era ella, como viceconsejera, la que recibía los informes de la Intervención General que advertían de irregularidades de los ERE y que nunca se los trasladó a José Antonio Griñán, que entonces era su consejero. Por su lado, Antonio Ávila, aunque de forma más tenue, también se podría ver salpicado por el escándalo si la juez Alaya decide ampliar el radio de imputaciones políticas más allá de los directos responsables. Y Ávila, durante los años que funcionó la trama de la ERE, era secretario general de la Consejería de Economía y Hacienda.

El segundo rasgo de diferencia que marcará la nueva presidenta de la Junta de Andalucía con respecto a su mentor tiene que ver con el sesgo ideológico más a la izquierda que le imprimirá al Gobierno andaluz. Por varios motivos, porque la propia Susana Díaz es proclive a una retórica de izquierda clásica, sin templanza socialdemócrata, y porque, estratégicamente, ve necesario intentar frenar el ascenso progresivo de Izquierda Unida, socio de gobierno de los socialistas en Andalucía. La primera muestra palpable, además del discurso de investidura de Díaz y de sus primeras declaraciones como presidenta, se obtendrá en los próximos presupuestos de la Junta de Andalucía. Lo que ya se va deslizando es que la intención de Susana Díaz es que esos presupuestos muestren "cambios profundos" con respecto a la etapa anterior, incluyendo la modificación del modelo productivo. En esa retórica gastada de 'cambios en el modelo productivo', Susana Díaz se encontrará con facilidad con las políticas de Izquierda Unida.

Reconciliación con el 'chavismo'

Por último, en lo concerniente al control del aparato de PSOE de Andalucía, la nueva líder de los socialistas andaluces ya ha comenzado a enviar mensajes directos e inequívocos de que su intención es recuperar la pax chavista, que se vino abajo en cuanto Griñán fue designado presidente de la Junta de Andalucía y decidió marginar a todos la colaboradores de Manuel Chaves dentro y fuera del partido. Susana Díaz, que tiene una merecida fama de mujer implacable en las disputas políticas, ha llegado a la conclusión de que su primer paso en el liderazgo es tender la mano de nuevo a los sectores del partido que fueron marginados por José Antonio Griñán, algunos tan influyentes como los fieles que aún le quedan a Manuel Chaves o el sector de Gaspar Zarrías en Jaén.

placeholder Manuel Chaves en la Diputación Permanente del Congreso

En el proceso fallido de las primarias del PSOE andaluz, Susana Díaz ya comenzó a tejer esas nuevas relaciones internas, como se puso de manifiesto con la unanimidad de aparato de las ocho provincias andaluzas en torno a su candidatura. El gesto de entonces de Chaves o Zarrías, que evitaron en todo momento entorpecer siquiera con la más mínima declaración el ascenso de Díaz, tiene ahora su recompensa. En fuentes del PSOE de Andalucía se afirma, en este sentido, que la futura presidenta de la Junta ya ha mantenido un primer encuentro con Manuel Chaves (se menciona una comida de ambos, el lunes de esta semana) para exponerle sus intenciones.

Frente al agrio, tenso y abrupto desencuentro en el que acabó la intensa relación de amistad que en su día mantuvieron Chaves y Griñán, Susana Díaz le habría ofrecido al también expresidente un nuevo periodo de normalidad interna y externa. Internamente, con el cierre definitivo de las hostilidades desatadas por Griñán en el seno del PSOE de Andalucía, y externamente con la consideración pública y reconocimiento de la figura de Manuel Chaves y su importancia en la historia de los socialistas andaluces. Para ello, sin embargo, más pronto que tarde, lo que tendrá que hacer Susana Díaz es convencer a José Antonio Griñán para que abandone la secretaría general del PSOE de Andalucía, algo a lo que hasta ahora no se ha mostrado dispuesto.

Es curioso, pero el primer roce de Griñán con Manuel Chaves, cuando este le cedió la Presidencia de la Junta de Andalucía, se produjo, precisamente, por la disputa de la secretaría general del PSOE andaluz. Chaves la retenía y Griñán la pretendía. En política, como tenemos observado ampliamente, la historia siempre se repite cada vez que un líder político decide dar un paso atrás y elige a un sustituto. Siempre acaban enfrentados. Veremos en este caso. De momento, Susana Díaz ya ha comenzado a marcar distancias con su mentor.

La presidenta in pectore de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, tiene ya claras cuáles serán sus primeras líneas de actuación en cuanto se ponga al frente del Gabinete andaluz la próxima semana (el debate de investidura se celebrará los días 4 y 5 y la toma de posesión el día 7). Esta mujer, de tan sólo 38 años, llega a la Presidencia de la Junta de Andalucía con el ánimo de consolidarse en el liderazgo del socialismo andaluz, que ha sido la meta con la que ha diseñado toda su carrera de política profesional, el único ámbito de trabajo que conoce, y para ello pretende ofrecer desde el primer instante diferencias sustanciales con su mentor, José Antonio Griñán. Diferencias políticas y estratégicas en tres campos: en lo concerniente al escándalo de los ERE, en la orientación política del Gobierno andaluz y en el control del PSOE de Andalucía.

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