Los inmigrantes se hacinan en Tarifa tras el derrumbe del centro de Algeciras

Desbordados. La oleada de inmigrantes que cruzan este verano el estrecho de Gibraltar (260 sólo en últimos cuatro días) hasta llegar a las costas de Tarifa ha desbordado todas las previsiones. Se han juntado varios factores: además de ser julio y agosto unos meses propicios por el buen tiempo, la política de represión de Marruecos ante la inmigración está forzando a las personas inmigrantes a lanzarse al agua en balsas de juguete, "lo que no hace más que aumentar el riesgo para sus vidas", como denuncia Jesús Mancilla, presidente de Algeciras Acoge.

Por si todo esto no fuera poco, el centro de internamiento La Piñera de Algeciras se encuentra cerrado por derrumbe desde el pasado mes de junio. La Piñera, antigua cárcel de la capital del Campo de Gibraltar, acogía hasta un máximo de 200 personas. En Tarifa, el centro de internamiento, denominado islas de Las Palomas, se encuentra a tope de capacidad y sin medios materiales y humanos para poder ayudar a los inmigrantes. Además, el ayuntamiento tarifeño se plantea ofrecer un uso turístico al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Las Palomas.

El cierre de La Piñera ha provocado un hacinamiento en Tarifa, un centro ya colapsado de por sí en esta época del año. Ahora mismo hay 180 subsaharianos en las dependencias. Y es que el 80% de los inmigrantes que han sido rescatados en los ocho primeros meses del año han entrado en España a través del Estrecho de Gibraltar, según la Delegación del Gobierno en Andalucía. En lo que va de año han llegado a las costas españolas un total de 1.041 sin papeles.

La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, no ha tenido más remedio que ordenar el traslado al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Madrid a 75 inmigrantes para descongestionar el de Tarifa, aunque esta media podría mostrarse claramente suficiente ante nuevas avalanchas para el próximo fin semana, la segunda quincena de agosto e incluso el mes de septiembre, según las previsiones de Salvamento Marítimo del Estrecho.

Los inmigrantes llegaban sobre todo en pateras, pero ahora se deciden por las balsas de juguete que pueden costar en España, como máximo, unos 100 euros. En Marruecos están ya en venta a un precio de 400 euros. La Policía denuncia cómo estas embarcaciones incrementan los riesgos de la travesía. Navegan de modo independiente, sin un piloto. Tampoco se encuentran homologadas y resultan muy vulnerables ante un posible naufragio en alta mar.

La ONG Algeciras Acoge insiste en la necesidad de respetar los Derechos Humanos de las personas que viajan en estas embarcaciones hasta la costa española, “ya que no se puede tolerar que las políticas de control de fronteras impliquen, implícita o explícitamente, violaciones de derechos humanos, que sirve como mecanismo de control del acceso a la UE", según Mancilla. La organización también exige al Gobierno que respete los requisitos y garantías, ya de por sí escasas, establecidas por la Ley de Extranjería y su reglamento en los procedimientos de devolución/rechazo en frontera.