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Sánchez moldea su 'nuevo PSOE' sin críticos, más duro con Rajoy y cerca de Iglesias
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EL BALANCE DE LAS TRES INTENSAS PRIMERAS SEMANAS DE GESTIÓN

Sánchez moldea su 'nuevo PSOE' sin críticos, más duro con Rajoy y cerca de Iglesias

El líder marca la ruptura respecto a la línea de la gestora y su primera etapa en el poder. Cierra la renovación de sus equipos, limita el diálogo con el PP a Cataluña y teje relaciones con los emergentes

Foto: Pedro Sánchez y su nueva ejecutiva, en la clausura del 39º Congreso Federal del PSOE, el pasado 18 de junio en el pabellón 3 de Ifema de Madrid. (Reuters)
Pedro Sánchez y su nueva ejecutiva, en la clausura del 39º Congreso Federal del PSOE, el pasado 18 de junio en el pabellón 3 de Ifema de Madrid. (Reuters)

Es cierto que no han pasado ni cien días y que los periodos de gracia cada vez se acortan más. Pero también lo es que el PSOE que ha emergido tras la insólita resurrección de Pedro Sánchez tiene ya un aroma distinto al que desprendía la gestora de Javier Fernándeze incluso al del primer Pedro Sánchez. Mucho más exigente con Mariano Rajoy, sin ánimo de entenderse más que en lo fundamental con el Gobierno —y en esa liviana carpeta está Cataluña—, resituado en la izquierda y a la búsqueda de la confluencia en las políticas con las "fuerzas del cambio", especialmente con Podemos. Está rodeado de los suyos en Ferraz y en el Congreso, sin voces críticas alrededor ni una oposición interna fuerte y pertrechada. Susana Díaz, su principal rival en las primarias, está completamente desactivada y reacomodándose en Andalucía, consciente de que la primera líder territorial en pasar por las urnas puede ser ella. El resto de presidentes autonómicos que la apoyaron busca también cómo sobrevivir en su territorio, y algunos como Ximo Puig o Javier Lambán no lo tendrán fácil.

Sánchez se impuso con autoridad en las primarias del 21 de mayo (50,26% de los votos, por el 39,90% de Díaz y el 9,84% de Patxi López) y tuvo cerca de un mes para poner en orden las piezas del tablero y diseñar los primeros pasos. Del 39º Congreso Federal, el 16, 17 y 18 de junio, salió el equipo que le acompañará en los próximos años y los cimientos del proyecto a construir. El secretario general eligió una ejecutiva amplísima —29 hombres, 20 mujeres— y monocolor, atestada de fieles y con un único guiño a la integración: Patxi López como secretario de Política Federal y, como tal, interlocutor habitual con el resto de partidos, y con el Gobierno, para Cataluña.

[Consulta aquí en PDF el proyecto político y los estatutos aprobados en el 39º Congreso Federal del PSOE]

Enseguida renovó las direcciones parlamentarias, donde sí contó con miembros de las otras dos candidaturas, y procedió a hacer una reestructuración no demasiado profunda de los grupos pero con la que sí visualizó el premio a los suyos. Una remodelación que cerrará esta próxima semana cuando previsiblemente cubra la vacante dejada por Margarita Robles en la Presidencia de la Comisión de Justicia al ser aupada como portavoz en la Cámara Baja. Un puesto que ocupará la susanista manchega Isabel Rodríguez.

"Ha sido un torbellino porque Pedro ha aterrizado a la carrera. Se ha impuesto un ritmo rápido y hemos hecho muchísimo en poco tiempo", dice un dirigente

En paralelo Sánchez comenzó con la coreografía de reuniones con los sindicatos, con Podemos y Ciudadanos, con Izquierda Unida y, en los últimos días, con el Rey y con Mariano Rajoy. Y revisó la postura sobre el tratado de libre comercio con Canadá (CETA) y consensuó el no a los objetivos de déficit con las federaciones socialistas. "Ha sido un torbellino porque Pedro ha aterrizado a la carrera y todos igual con él. Se ha impuesto un ritmo rápido y hemos hecho muchísimo en poco tiempo", observa uno de los miembros con más peso en la nueva dirección.

Foto: El 'president' valenciano, Ximo Puig, el pasado 6 de julio, al comienzo del pleno de Les Corts. (EFE)


La "mesa por el cambio"

La sensación es compartida por otros compañeros de ejecutiva. Sánchez está "aterrizando" pero quiere marcar su nueva impronta desde el principio. De ahí que ya desde el mismo discurso de clausura del 39º Congreso adelantara su intención de constituir una "mesa por el cambio" con Podemos, C's e IU, para ir desmantelando las políticas más regresivas del PP. Ese propósito aún no se ha materializado en lo concreto, pero el secretario general sí ha podido comenzar a reconstruir su relación con Pablo Iglesias —muy agrietada por las negociaciones fallidas de investidura y rota en los tiempos de la gestora—, acercándose mucho más a él en políticas sociales, y sin recibir el portazo de Albert Rivera a la primera de cambio. La disposición de la formación naranja a pactar medidas de regeneración democrática con los socialistas y a impulsar con ellos la reforma constitucional, y el encuentro con Alberto Garzón que le permitió exhibir su apuesta por avances sociales como la despenalización de la eutanasia, posibilitaron a Sánchez poder presumir del camino recorrido. Un balance "esperanzador" y "positivo", señaló tras su entrevista con el Rey.

El líder hace un balance "esperanzador" y "positivo" de su primera ronda de contactos e insiste en que "el rumbo está claro". La moción está aparcada

La moción de censura a Rajoy sigue estando fuera de todos los planes inmediatos del PSOE. No está descartada, pero el líder siempre insiste en que lo prioritario es construir el edificio —de la confianza, de la cordialidad, de la alternativa— por los cimientos y "no por el tejado". Lo que persigue es la "unidad de acción" desde la oposición para hacer frente al PP. "El rumbo está claro", decía este martes, aunque esa convergencia de las izquierdas con C's prácticamente se ciña, en la práctica, a una materia fértil pero limitada, la regeneración democrática.

Foto: Pedro Sánchez y Patxi López conversan a su salida del Congreso, el pasado 28 de junio. (EFE)


Sánchez llevó a Felipe VI sus 'Diez compromisos con España' y a Rajoy, su exigencia de que explore "soluciones políticas" y abra "vías de diálogo" con la Generalitat, por difíciles que sean. La conversación en la Moncloa, la primera entre ambos en 11 meses y mucho más larga de lo habitual —dos horas y media—, se desarrolló en un buen ambiente y concluyó con la promesa de mantener una comunicación fluida en una cuestión capital como el desafío soberanista. Se visualizó la coincidencia en el rechazo total al referéndum "ilegal" promovido por Junts pel Sí y la CUP, pero también las discrepancias sobre cómo abordar la crisis. El PSOE adelantó de entrada su negativa a que se aplique el artículo 155 de la Constitución para parar la consulta y avisó al presidente de que, si no se movía, presentaría "iniciativas legislativas", que no concretó, en el Congreso. Sánchez marcaba así el terreno de juego, las líneas rojas, y anticipaba que si Rajoy respondía con la inactividad, entonces impulsaría en solitario el diálogo sobre la reforma de la Carta Magna, entre otras medidas.

Pedro Sánchez: "Le digo a los votantes de Podemos que nosotros no vamos a fallar"

La batalla de la izquierda, ganada

El entendimiento con el PP se expande a pocos asuntos más: las renovaciones pendientes —Defensor del Pueblo, RTVE…—, el pacto antiyihadista, el Brexit, la política europea… Sánchez ya ha reiterado que quiere liderar una "oposición de Estado", que defienda al Estado frente a los "ataques" del Gobierno. No hay apenas margen para la negociación en otros ámbitos. No la ha habido respecto al techo de gasto y la senda de consolidación fiscal: Hacienda ni siquiera se ha acercado —aunque al final cedió una décima extra a las CCAA para 2018 y 2019—, y el voto este martes en el Congreso será no.

Con todos estos elementos, Sánchez, como manifestaban esta semana fuentes de su entorno, da por ganada la batalla de la izquierda y espantada la amenaza de 'sorpasso'. Cree consolidado al PSOE como segunda fuerza y está convencido de que, afianzado en la izquierda, los votos de los electores de centro, más moderados, "vendrán solos", al erigirse como alternativa solvente y posible al Ejecutivo del PP.

En el equipo de Sánchez se felicitan de que se ha podido ver que "el cambio estratégico es real" y que se ha reposicionado al PSOE en la izquierda

"Han sido apenas tres semanas en las que se ha podido constatar que el cambio estratégico es real, que se anuncian las cosas y se dan señales de que se harán, de que este PSOE es creíble. Se está abriendo la espita de una innovación política razonable y razonada", resume un miembro de la ejecutiva. Otro destaca cómo en este tiempo el secretario general ha logrado "reposicionar al PSOE, devolviéndolo al lugar de donde nunca debió salir, en la izquierda, en un lugar autónomo y no subordinado a ninguna otra fuerza". "Ha retomado la iniciativa, el partido no va a rebufo, se está volviendo a convertir en una alternativa real y seria al PP. Tras sus entrevistas con los sindicatos, con Iglesias, Rivera y Garzón, e incluso con Rajoy, Pedro se ha colocado en el centro del tablero", insiste la misma fuente. Otro alto mando de la ejecutiva lo resume así: "En estas semanas, lo que más ha estado presente en la esfera política es Pedro Sánchez y Cataluña".

placeholder Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se saludan en el Congreso antes de su reunión, el pasado 27 de junio. (Borja Puig | PSOE)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se saludan en el Congreso antes de su reunión, el pasado 27 de junio. (Borja Puig | PSOE)


En Ferraz no hay miedo a que la eventual falta de frutos de las conversaciones con las "fuerzas del cambio" genere frustración a la ciudadanía. Están satisfechos con los resultados de la primera ronda de contactos y con que se empiecen a montar equipos de trabajo bilaterales. Para Sánchez es prioritario que se tiendan puentes sólidos con Podemos con vistas a futuro, también "aguantando su presión, sus prisas", como asume un dirigente de mucho relieve, para ir recuperando la confianza de los votantes que abandonaron las siglas del puño y la rosa. A C's no se le quiere perder de vista, pero se es consciente de que no abjurará de su pacto con Rajoy. "El camino se hace andando, y sin explorar esos puntos de encuentro y sin rescatar cierta confianza sería más difícil armar una alternativa", razona uno de los hombres ubicados más arriba en el organigrama.

Cristina Narbona asegura que el PSOE no se mueve "ni un milímetro" en su posición contra el 1-O

Los "errores" de gestión del CETA

En el equipo de Sánchez subrayan asimismo el buen tono de la reunión con Rajoy y el mensaje en clave catalana. Niegan "equidistancia" con el Gobierno y con los indepedentistas, porque el rechazo al referéndum sigue siendo igual de "taxativo" que antes. El cambio viene por el aviso de que el PSOE no se quedará de brazos cruzados si el presidente no reacciona y "tomará la iniciativa". "El verdadero avance es la apuesta por la plurinacionalidad que hizo Pedro y que llevó a su proyecto, pero la posición sigue siendo clara y nítida. Y respecto al 155… ¡es que ni siquiera el Gobierno ve necesidad por ahora de llegar a él!", sostiene un mando federal. Los colaboradores del líder presumen de que Sánchez, a las 24 horas de renunciar a su escaño, en la polémica entrevista con Jordi Évole, ya abrió dos melones que con el tiempo se han demostrado pilares del nuevo proyecto socialista: la política de acercamiento a Podemos y la concepción de la España plurinacional.

La dirección subraya que la postura sobre el 1-O es la misma, de rechazo, y la exigencia de diálogo ya era anterior. La novedad es la plurinacionalidad

En el repaso de los patinazos, varias fuentes coinciden en que la revisión de la postura sobre el CETA no se gestionó bien: la presidenta del partido, la exministra Cristina Narbona, la anunció por Twitter al poco de que el grupo socialista votara de nuevo sí al tratado, y luego el líder tuvo que adelantar la abstención antes de la reunión de la propia ejecutiva. El propio Sánchez asumió "errores de comunicación y coordinación" de aquellos primeros días. "Hubo precipitación, accidentes de recorrido, pero ya hemos aprendido de ello", sentencia un integrante de la ejecutiva. "Se irá engrasando la maquinaria, ajustando las cosas, esos fallos de comunicación. Por eso no nos preocupa en exceso", opina otro.

placeholder Mariano Rajoy saluda a Pedro Sánchez en La Moncloa, el pasado 6 de julio. (Reuters)
Mariano Rajoy saluda a Pedro Sánchez en La Moncloa, el pasado 6 de julio. (Reuters)


Las próximas semanas, según se adentra el verano, la actividad bajará, pero el horizonte es el mismo: desplegar las líneas fundamentales de un proyecto "social, ecologista, democrático y profundamente innovador". Este lunes, por ejemplo, la ejecutiva se reúne con asociaciones ambientalistas para mostrar ese músculo verde.

No hubo "apocalipsis"

Sánchez camina sabiendo que el frente interno está anestesiado en este momento. La disconformidad con su modelo de partido y su gestión existe, pero no se oye en público y en privado los comentarios son bastante cautelosos. Sus contrarios sí le reprochan su "sectarismo" a la hora de configurar la ejecutiva y el comité federal, la falta de integración en el grupo o la política de despidos. Entienden, por tanto, que se ha movido con el ánimo "revanchista", de "purga". Aunque lo que peor ha sentado es que persiga desestabilizar a algunos de los presidentes susanistas, como Ximo Puig y, probablemente en unos meses, Javier Lambán. Unas maniobras que tampoco ven los barones más cercanos a Ferraz, porque temen que puedan contribuir, a la larga, a perder esos Gobiernos cogidos con alfileres.

En privado se escuchan protestas de los críticos por el "sectarismo", por la pretensión de desestabilizar a los barones o las "decisiones improvisadas"

También se escuchan quejas por su "excesivo tacticismo" en Cataluña o el "error de libro" con el viraje del CETA, cuando ahora el Parlamento Europeo deberá pronunciarse sobre los tratados de libre comercio con América Latina, zona de influencia para España. Respecto a la estrategia política, más prudencia. Dirigentes críticos le desean "acierto" y le recuerdan que los hechos han probado que no había posibilidad de Gobierno alternativo. "Sus movimientos constatan que no cabe una moción de censura, que es una quimera, y que en octubre solo era posible o abstención o terceras elecciones", indica un cargo regional que reprueba, como otros, las "decisiones improvisadas" de la nueva dirección.

placeholder Los diputados Isabel Rodríguez y Antonio Hernando, el pasado 30 de mayo en el Congreso. (EFE)
Los diputados Isabel Rodríguez y Antonio Hernando, el pasado 30 de mayo en el Congreso. (EFE)


En Ferraz recuerdan que no se produjo el "apocalipsis" que los susanistas vaticinaban si Sánchez ganaba. Que el partido no se ha roto en mil pedazos. Y que la diferencia es que ahora sí hay una ejecutiva "fuerte, con mando y que va ganando espacio en los territorios". El secretario general puede estar tranquilo. No habrá por ahora conatos de escaramuzas, más allá de las luchas en los congresos regionales que ya están en marcha. Pero tiene un poder mayúsculo y un proyecto a su medida.

La entrada de una sanchista más en la cúpula del grupo y las salidas de la Diputación Permanente

En los próximos días se materializará el último ajuste dentro del Grupo Socialista en el Congreso. Como adelantó 'El Mundo', en la dirección entrará de nuevo la diputada balear Sofía Hernanz, amiga personal de Pedro Sánchez, y de ella saldrá la manchega Isabel Rodríguez, que pasará a ocupar la vacante de la Presidencia de la Comisión de Justicia, el cargo que ejercía Margarita Robles, nueva portavoz parlamentaria

El cambio es fruto de un cambalache frustrado. Sánchez quería tener a una persona de su confianza, a Hernanz, en la Mesa del Congreso, y para eso pensó en remover al segoviano Juan Luis Gordo, secretario segundo. Pero este se negó a marcharse, y sin su renuncia era imposible propiciar su relevo, que tendría que haber sido votado por el pleno de la Cámara. La cúpula propuso entonces a Isabel Rodríguez ocupar la vacante en Justicia. A la diputada manchega le pareció bien el cambio (llevaba en el 'staff' del grupo desde 2014) y se sentía "cómoda" con su nuevo destino, según fuentes próximas a la parlamentaria. Su marcha permitía así encajar a Hernanz en la dirección del grupo, de la que salió en noviembre pasado cuando la gestora la castigó por votar no en la investidura de Mariano Rajoy

La dirección en el Congreso queda más uniforme pero, a cambio, más desequilibrada territorialmente: estarán en ella los dos diputados de Baleares (Hernanz y Pere Joan Pons), pero solo hay uno de Andalucía (Felipe Sicilia), la federación que más escaños aporta, y ninguno de Castilla-La Mancha, Castilla y León o Extremadura. 

La cúpula liderada por Margarita Robles también ha comunicado los cambios en la Diputación Permanente, el órgano que sustituye al pleno en periodos de vacaciones parlamentarias. Salen de ella parlamentarios asociados a la etapa anterior o promocionados por la gestora (Antonio Hernando, Antonio Trevín, Ricardo Cortés, Miguel Ángel Heredia, César Luena, Óscar Galeano... o el propio Juan Luis Gordo, pese a ser miembro de la Mesa), y entran dirigentes de la ejecutiva y cercanos a ella (Adriana Lastra, Odón Elorza, Susana Sumelzo, Sofía Hernanz, Zaida Cantera, Luz Martínez Seijo...). 

Con estos relevos, la dirección socialista del Congreso da por cerrada la reestructuración interna, que tuvo su primer aperitivo con los cambios en las portavocías. La previsión es que estos retoques los apruebe el plenario del grupo este martes. 

Es cierto que no han pasado ni cien días y que los periodos de gracia cada vez se acortan más. Pero también lo es que el PSOE que ha emergido tras la insólita resurrección de Pedro Sánchez tiene ya un aroma distinto al que desprendía la gestora de Javier Fernándeze incluso al del primer Pedro Sánchez. Mucho más exigente con Mariano Rajoy, sin ánimo de entenderse más que en lo fundamental con el Gobierno —y en esa liviana carpeta está Cataluña—, resituado en la izquierda y a la búsqueda de la confluencia en las políticas con las "fuerzas del cambio", especialmente con Podemos. Está rodeado de los suyos en Ferraz y en el Congreso, sin voces críticas alrededor ni una oposición interna fuerte y pertrechada. Susana Díaz, su principal rival en las primarias, está completamente desactivada y reacomodándose en Andalucía, consciente de que la primera líder territorial en pasar por las urnas puede ser ella. El resto de presidentes autonómicos que la apoyaron busca también cómo sobrevivir en su territorio, y algunos como Ximo Puig o Javier Lambán no lo tendrán fácil.

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