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Por qué Extremadura se abstiene en la senda del déficit y por qué no hay lío con Ferraz
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HACIA LA APROBACIÓN DEL TECHO DE GASTO

Por qué Extremadura se abstiene en la senda del déficit y por qué no hay lío con Ferraz

La comunidad es, junto con Murcia, la que cerró 2016 con un mayor desfase, así que necesitaba más esa décima extra dada por Montoro. El presidente había informado a Sánchez de su decisión

Foto: El extremeño Guillermo Fernández Vara (d) y el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, el pasado 3 de julio en Ferraz. (EFE)
El extremeño Guillermo Fernández Vara (d) y el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, el pasado 3 de julio en Ferraz. (EFE)

La foto del último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), el de este mismo viernes, no es exactamente igual a la anterior, una semana atrás. No solo porque el ministro de Hacienda logró sumar el apoyo de Canarias a los objetivos de déficit para el trienio 2018-2020, sino sobre todo porque agrietó el bloque de las comunidades socialistas: seis de ellas mantuvieron su no a la senda de consolidación fiscal diseñada por Cristóbal Montoro —Andalucía, Aragón, Baleares, Valencia, Castilla-La Mancha y Asturias— y Extremadura, en cambio, se desmarcó. Votó abstención. El Gobierno de Guillermo Fernández Vara rompió la unidad de acción del PSOE. Y, sin embargo, el gesto no supuso la apertura de hostilidades contra Pedro Sánchez. Ni siquiera un amago de conflicto con Ferraz. Las razones de la abstención hay que buscarlas en las dificultades económicas que atraviesa Extremadura, y la ausencia de batalla con la cúpula federal, en la personalidad del propio Vara y en cómo ha sabido reconstruir su relación con el exdiputado madrileño. Como reconocían incluso en el equipo de Sánchez, si quien hubiera sacado los pies del tiesto fuera Susana Díaz o cualquiera de los barones anteriormente volcados con ella, otro gallo hubiera cantado. Entonces sí se habría interpretado como un bofetón en toda regla. Pero Vara ya es otra cosa. Y además él ya había informado de su giro en el Consejo de Política Fiscal a Sánchez.

Extremadura dio la sorpresa en el CPFF. Una cita convocada dos días antes por Montoro para revisar la senda del déficit aprobada apenas una semana antes para relajar los objetivos de cumplimiento a las comunidades. El ministro les daba una décima más para 2018 del 0,3% al 0,4% del PIB de déficit— y 2019 (del 0% al 0,1%). La meta de estabilidad presupuestaria se aplaza, por tanto, a 2020. Esa décima extra para 2018 y 2019 procederá de la Seguridad Social, gracias a los "buenos datos" de las cotizaciones y por la previsión de nuevos ingresos que llegarán a las arcas públicas gracias a la subida salarial que se espera se fije en la negociación colectiva.

Así que esos nuevos números fueron los que votó este viernes el CPFF. A favor lo hicieron las autonomías gobernadas por el PP —excepto La Rioja, que no asistió—, más las ciudades de Ceuta y Melilla, y Canarias, dirigida por el nacionalista Fernando Clavijo. En contra lo hicieron seis de las siete CCAA socialistas, más Cantabria, en la que cogobierna el PSOE. Y Extremadura se abstuvo. Cataluña no pudo votar porque no acudió a la reunión ningún consejero, solo el secretario de Economía, Pere Aragonés, y estatutariamente pueden emitir su voto en este órgano los que son consejeros autonómicos.

Montoro logra sumar el apoyo de Canarias a los objetivos de déficit, y mueve a Extremadura a la abstención, que reconoce la "rectificación"

La titular de Hacienda extremeña, Pilar Blanco-Morales, intentó explicar como pudo las razones de la abstención. El Gobierno de Vara entiende que esa décima extra es una "rectificación" de Montoro, y "se aproxima" a lo que había demandado, aunque seguía sin estar de acuerdo con la nueva regla de cálculo planteada por el ministro, "ni en el fondo ni en la forma". "Extremadura se ha abstenido porque nuestra situación económica y nuestras dificultades para llegar al cumplimiento justificaban esta posición", indicaba.

Foto: El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, saluda al consejero de Aragón, Fernando Gimeno, en el inicio del CPFF. (Efe)


Un -1,64%, por el 0,7% exigido

Extremadura es, en efecto, de todas las comunidades la que tiene mayores problemas de déficit, junto con Murcia. En 2016 cerró con un desfase presupuestario equivalente al 1,64% de su PIB, esto es, un 130% más de lo permitido por Hacienda (exigía un 0,7%). Este año volverá a sobrepasar el límite de déficit autonómico, que es del 0,6% del PIB. De hecho, hasta mayo su desfase alcanzaba el 0,51%. Esto es, ha agotado casi todo el margen y no ha pasado ni la mitad del año. De las CCAA socialistas, todas cumplieron con el 0,6% en 2016, salvo Extremadura, Valencia (-1,5%) y Aragón (-1,1%).

La Junta contaba con tener una transferencia de Hacienda de 60 millones de la deuda histórica, pero finalmente se quedaron en 10 millones

La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) considera que el desfase extremeño estará cerca del 1% del PIB este 2017, lo que significa que casi doblará el objetivo y hará imposible que en 2018 pueda cumplir. La Junta de Extremadura contaba con tener una transferencia del Ministerio de Hacienda de 60 millones de la deuda histórica, pero finalmente se quedaron en 10 millones en los Presupuestos Generales del Estado. Después de este revés se vuelve más difícil que sea capaz de bajar del 1% de déficit al cierre del año.

Vara negoció con Montoro esa transferencia de 60 millones, por eso se sorprendió cuando apareció en los PGE una partida de 'solo' 10 millones. Una situación que contrasta con el trato 'preferente' que tuvo Canarias o el País Vasco. Son las consecuencias de negociar con Montoro o mantenerse en el no. Por eso el gesto de Extremadura con el ministro rompiendo el voto unánime del PSOE y absteniéndose a los nuevos objetivos de déficit tiene tanta importancia.

Foto: Pedro Sánchez charla con Cristina Narbona minutos antes del comienzo de la permanente de la ejecutiva federal de este 3 de julio. (EFE)

Montoro reconoció el gesto de Vara: “Es una posición muy legítima y muy de agradecer y democrática”, remarcó el ministro. La consejera Pilar Blanco-Morales le devolvió el gesto tras el CPFF con un mensaje entre líneas para Ferraz: “La vida sigue y la política es entendimiento, búsqueda de consenso de aquellos aspectos donde podemos estar todos de acuerdo”. La responsable regional sostuvo que su Ejecutivo defiende la "normalidad institucional", lo que incluye la aprobación de los PGE. "Queremos que este país funcione y funcione mejor, y que el crecimiento llegue a todos. Queremos seguir hablando para resolver los problemas de las personas", abundó.

Extremadura se abstiene sobre el déficit porque ve una aproximación del Gobierno

Llamada de Vara a Sánchez y Escudero

Con la décima extra, por tanto, Extremadura "se aproxima un poquito más al cumplimiento" del techo de déficit. Algo importante para el Gabinete de Vara, que ha defendido "cumplir sin recortar" y cumplir "en el mismo plazo que tiene el Estado". "Son pasos significativos que llevamos manteniendo dos años", esgrimió Blanco-Morales, que reiteró que no se ha abierto "ninguna brecha" con Ferraz, porque allí ella estaba expresando la voz de Extremadura y no de su partido.

Extremadura agradece el gesto de Montoro. Ferraz aduce que se trata de un síntoma de "normalidad institucional" y mantiene el no al techo de gasto

Sin embargo, ese gesto de "agradecimiento" a Montoro —así lo definían en el gabinete de la consejera— no era preciso, porque el ministro cuenta con el 50% de los votos en el CPFF, y tenía además el apoyo de todas las autonomías del PP más Canarias. "Es un regalo envenenado, es verdad, pero nos hacía falta esa décima", justificaban. Fuentes próximas a Blanco-Morales negaban tajantemente que la abstención se debiera a la necesidad de lanzar un guiño al PP. Vara ha sacado los dos Presupuestos regionales de esta legislatura —los de 2016 y los de 2017— gracias a los populares, ya que Podemos le dio portazo. También rechazaban que hubiera voluntad de confrontar con Ferraz. La propia consejera había dicho a los medios que la cúpula federal estaba informada del giro.

placeholder Vara, con la consejera de Hacienda, Pilar Blanco-Morales, a su derecha, el 7 de julio de 2015. (EFE)
Vara, con la consejera de Hacienda, Pilar Blanco-Morales, a su derecha, el 7 de julio de 2015. (EFE)


Era verdad. Vara comunicó por teléfono a Sánchez y al secretario de Política Económica, Manu Escudero, que su titular de Hacienda se abstendría en el Consejo de Política Fiscal, según confirmaron ambas partes a El Confidencial. Y la dirección dio el visto bueno sin problemas. "Claro que nos lo comunicó —confirma Escudero a este periódico—. No cabe interpretar esa abstención sino a partir de la normalidad institucional en la que las CCAA velan sobre todo por los intereses de sus ciudadanos. Por otra parte, los otros siete votos negativos [las de las seis autonomías socialistas, más Cantabria] hacen ver un descontento muy generalizado con un modo precipitado, opaco y muy poco favorable a la consolidación de los servicios de bienestar autonómicos por parte del Gobierno central".

El voto de Extremadura no cambiaba en nada el resultado del CPFF. La Junta niega que sea un gesto hacia el PP, con quien aprobó las cuentas regionales

Con todos esos elementos, nada cambiará cuando el reparto de los objetivos de déficit entre las Administraciones, junto con el techo de gasto de 2018 —119.834 millones de euros, un incremento de 1.497 millones respecto al de 2017— pase por el Congreso la próxima semana. "Todo esto nos reafirma en el voto negativo en el Parlamento el martes", explicita Escudero.

El CPFF aprueba el nuevo déficit con el no de Cataluña, Cantabria y de 6 CCAA socialistas

El barón de mayor peso a su lado

Ese no fue decidido por la ejecutiva federal el pasado lunes. Una reunión a la que acudió el propio Vara. Él es miembro nato como coordinador del consejo político federal del PSOE, y después compareció en rueda de prensa con el secretario de Organización para defender el rechazo del PSOE a la primera senda de consolidación fiscal planteada por Montoro (el 0,3% de déficit para 2018). Con esa imagen Ferraz quería visualizar la unidad de acción de la ejecutiva y de los barones. El presidente advertía de que además no había habido negociación con el Ejecutivo. Ni cesiones. Ahora "sí se ha movido el PP", admitían incluso en Ferraz. Otros dirigentes, en cambio, señalaban que el presidente extremeño "deberá explicar muy bien" su posición para que se entienda, aunque calificaban su desmarque de "anécdota".

El presidente extremeño está colaborando con la nueva ejecutiva federal, a la que pertenece como coordinador del consejo político federal

Vara apoyó a Díaz en las primarias, pero en cuanto las urnas certificaron la victoria de Sánchez, se puso a su disposición. Igual que hizo en 2014, cuando su candidato, Edu Madina, perdió frente al madrileño. El presidente extremeño ahora es el barón de mayor peso que el secretario general tiene a su lado, y por eso no ha buscado desestabilizarlo en su territorio en el congreso regional ahora en marcha: Vara se enfrenta a otros dos aspirantes, pero ninguno está protegido por Ferraz. De ahí que el gesto de Vara no pueda interpretarse como un desafío a Sánchez.

placeholder Manu Escudero, secretario de Política Económica y Empleo de la ejecutiva de Pedro Sánchez, junto a Pilar Cancela, Isaura Leal y Manuel González Ramos, el pasado 19 de junio en Ferraz. (EFE)
Manu Escudero, secretario de Política Económica y Empleo de la ejecutiva de Pedro Sánchez, junto a Pilar Cancela, Isaura Leal y Manuel González Ramos, el pasado 19 de junio en Ferraz. (EFE)


En el equipo del líder, de hecho, rechazan entrar en las motivaciones que han conducido a Extremadura a desmarcarse, pero insisten en que actúa como Gobierno y en que "en modo alguno se ha abierto ninguna brecha" con Vara, ni abre ninguna "debilidad" en la posición fijada. Pero sí asumen, al tiempo, que el hecho de que quien se haya salido de la senda marcada sea el jefe de la Junta libra al PSOE de dobles lecturas, justo por su nueva alineación con Ferraz. Si la abstención procediera de Andalucía, Castilla-La Mancha, Aragón, Valencia o Asturias, habría sido inevitable interpretar el gesto como un toque de atención a Sánchez o, cuando menos, como un punto de conflicto. Pero no ha sido el caso.

La foto del último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), el de este mismo viernes, no es exactamente igual a la anterior, una semana atrás. No solo porque el ministro de Hacienda logró sumar el apoyo de Canarias a los objetivos de déficit para el trienio 2018-2020, sino sobre todo porque agrietó el bloque de las comunidades socialistas: seis de ellas mantuvieron su no a la senda de consolidación fiscal diseñada por Cristóbal Montoro —Andalucía, Aragón, Baleares, Valencia, Castilla-La Mancha y Asturias— y Extremadura, en cambio, se desmarcó. Votó abstención. El Gobierno de Guillermo Fernández Vara rompió la unidad de acción del PSOE. Y, sin embargo, el gesto no supuso la apertura de hostilidades contra Pedro Sánchez. Ni siquiera un amago de conflicto con Ferraz. Las razones de la abstención hay que buscarlas en las dificultades económicas que atraviesa Extremadura, y la ausencia de batalla con la cúpula federal, en la personalidad del propio Vara y en cómo ha sabido reconstruir su relación con el exdiputado madrileño. Como reconocían incluso en el equipo de Sánchez, si quien hubiera sacado los pies del tiesto fuera Susana Díaz o cualquiera de los barones anteriormente volcados con ella, otro gallo hubiera cantado. Entonces sí se habría interpretado como un bofetón en toda regla. Pero Vara ya es otra cosa. Y además él ya había informado de su giro en el Consejo de Política Fiscal a Sánchez.

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