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Sánchez consigue acercarse a Podemos sin que Rivera le dé portazo
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UN PRIMER BALANCE DE LA PRIMERA TANDA DE CONTACTOS

Sánchez consigue acercarse a Podemos sin que Rivera le dé portazo

El líder socialista culmina este jueves su ronda con la cita con IU. Pero por ahora ha logrado destensar las relaciones con Iglesias y volver a engrasar el diálogo con C's centrándose en medidas concretas

Foto: Pedro Sánchez charla con Albert Rivera antes de su reunión en el Congreso, este 28 de junio. (EFE)
Pedro Sánchez charla con Albert Rivera antes de su reunión en el Congreso, este 28 de junio. (EFE)

No se ha entrado en el "bucle". Peligro había. El riesgo de que Pedro Sánchez ingresara en una espiral de negociaciones con Podemos y Ciudadanos con el fin de tejer una entente capaz de descabalgar al Gobierno. La meta última para el PSOE sigue siendo esa misma, sacar a Mariano Rajoy de La Moncloa, pero los instrumentos que el secretario general quiere empuñar esta vez no han sido los mismos, porque las circunstancias también han cambiado. Ya no se trata de intentar formar gobierno sino de, como él ha reiterado, construir una "mayoría alternativa" a la del PP. Poco a poco. Paso a paso.

Ese bloque no está ni mucho menos forjado, pero sí que ha conseguido en los últimos tres días relanzar el diálogo con los dos emergentes sin fracasar a la primera. Y sin que Albert Rivera, que mantiene su pacto con Rajoy vivo y coleando y que no está dispuesto a diseñar maniobras para desestabilizarlo, le diera portazo en su reencuentro. Sánchez ha logrado destensar las relaciones con Podemos, allanar el camino de un entendimiento que en el pasado fue imposible, cimentándolo en una agenda social, y al mismo tiempo apuntar alianzas con Ciudadanos, basadas en medidas (limitadas) de regeneración democrática y en el impulso de la reforma constitucional. Es decir, geometría variable. La búsqueda de acuerdos con una fuerza u otra —o con ambas— según las medidas que estén sobre la mesa. Una negociación parlamentaria revestida de mayor rango y con la vista puesta en el futuro. El derribo del Gobierno a corto y medio plazo, vía moción de censura, no está en la agenda de los socialistas en este momento. La obsesión de Sánchez es encontrar puntos de consenso con las que él ha denominado desde las generales del 20-D "fuerzas del cambio", sin descuidar, por cierto, las relaciones con los sindicatos y los movimientos sociales y ecologistas.

El derribo del Gobierno, a corto o a medio plazo, sigue sin estar en la agenda del PSOE. Sánchez piensa más a futuro, en las siguientes elecciones

El líder del PSOE culmina este jueves su primera ronda de contactos desde su vuelta a Ferraz y el cierre del 39º Congreso. A partir de las nueve de la mañana mantiene una entrevista con Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, que forma parte del grupo de Unidos Podemos pero al que Ferraz ha querido otorgar un tratamiento singularizado. Cierra así un círculo que comenzó el lunes, con la reunión de su ejecutiva con las direcciones de CCOO y UGT, que siguió el martes, con el reencuentro con Pablo Iglesias en el Congreso y con su charla con Albert Rivera ayer, también en la Cámara Baja. Las tres citas, celebradas en un ambiente de "cordialidad". La propia ordenación de la agenda ya señalaba cuál es el camino que quiere recorrer el secretario general: prioridad al entendimiento con la izquierda, sin olvidar el centro. Era la plasmación de su estrategia: conquistar el espacio de centro pero una vez afianzado el granero de la izquierda. Y ahora tiene manos libres para desplegarla, pues ha salido reforzado tras barrer con holgura a Susana Díaz en las primarias.

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias conversan al comienzo de su reunión en el Congreso, este 27 de junio. (Borja Puig | PSOE)

Matices sobre el alcance

Aunque obviamente tenía una mayor significación y calado la reunión con Iglesias, por cuanto simbolizaba la reconstrucción de puentes entre dos formaciones más análogas, la cita con Rivera era más 'arriesgada' y podía haber naufragado a la primera de cambio. Había sido el presidente de Ciudadanos el que más esquivo se había mostrado, y el que había lanzado la advertencia de que no iba a entrar en ningún "bucle" que supusiera regresar al fracaso de las negociaciones de investidura de 2016. Sánchez captó el mensaje y solo sacó asuntos que le acercan a la formación naranja: medidas de regeneración democrática, impulso de la reforma constitucional, respuesta al desafío soberanista y ayuda para impedir que el PP bloquee iniciativas de los grupos en el Congreso.

C's y PSOE están más lejos que hace un año, pero se pondrán a trabajar en medidas de regeneración democrática y la reforma constitucional

No hablaron de mociones de censura, ni de propuestas que el PSOE rechaza de plano, caso de la gestación subrogada, medida estrella que el martes vistió de largo el líder naranja. "Hemos hablado de lo que nos une, porque hablar de lo que nos separa no tiene mucho sentido entre dos líderes políticos que buscan trabajar parlamentariamente", indicó Rivera, y en términos similares se expresó el número tres del PSOE, José Luis Ábalos. En la cúpula socialista ni siquiera dicen sentirse molestos por el almuerzo de Rivera y Rajoy del martes con el 'prorrogaron' su acuerdo, y asumen que C's no romperá su entente con el PP. Otra cosa es que sí pueda ser un aliado para cuestiones en las que los conservadores son mucho más reticentes o, directamente, cierran la puerta.

Foto: Pedro Sánchez y Albert Rivera, al comienzo de su reunión en la sala Istúriz del Congreso, este 28 de junio. (EFE)


El impulso de la reforma de la Carta Magna, a partir del otoño, fue el gran acuerdo de los dos dirigentes que hace algo más de un año fueron capaces de firmar en tres semanas un acuerdo de gobierno. Aunque Rivera contó que juristas de ambas formaciones comenzarán a preparar un borrador a la vuelta del verano, Ábalos desinfló las expectativas: lo importante, subrayó, es que se creará ese espacio de diálogo, pero los contornos están "por definir", ya que la de este miércoles era una "primera toma de contacto" en la que no se había "aterrizado tanto".

Sánchez estuvo dando vueltas a los posibles formatos en un almuerzo en las dependencias del Grupo Socialista en la Cámara Baja con su núcleo duro y las direcciones de Congreso y Senado, encabezadas por sus dos portavoces, Margarita Robles y Ander Gil. Una comida que siguió al acto conmemorativo de los 40 años de democracia, presidido por los Reyes, y que sirvió de prólogo al encuentro con Rivera, que arrancó sobre las 16:35 y duró una hora y cuarto. "Ese espacio de diálogo podría ser una subcomisión dentro de la Comisión Constitucional, una comisión de estudio específica sobre la reforma o una comisión de modelo territorial. Hay que ver qué formato es más operativo", aseguraban fuentes de la cúpula parlamentaria.

Sánchez y Rivera pactan trabajar en otoño en un borrador de reforma de la Constitución

La dinámica de trabajo

El hilo de comunicación con C's se mantendrá a partir de ahora en dos escalones: orgánico, entre los números dos y tres de cada partido —José Manuel Villegas, por la formación de centro, y Ábalos, por el PSOE—, y parlamentario, entre la portavoz socialista y su homólogo naranja y su segundo, Juan Carlos Girauta y Miguel Gutiérrez. Con Podemos la dinámica acordada es otra y la relación de futuro, más robusta. Se crearán cinco grupos de trabajo que coordinarán las jefas de los grupos —Margarita Robles y, por Unidos Podemos, Irene Montero— y que buscarán puntos de acuerdo sobre cinco materias: rescate a los jóvenes, relaciones laborales, políticas de igualdad, pensiones y desbloqueo de las iniciativas que tiene atrapadas el PP. Es decir, el PSOE prioriza con Podemos la convergencia en la agenda social y con Ciudadanos, la regeneración democrática, carpeta en la que sabe, porque además así lo reconoce Rivera, que puede haber acercamiento con la formación morada.

Con Podemos Sánchez ahondará en la agenda social. Iglesias aparca las prisas por la moción de censura y aprieta con el techo de gasto

"C's es un partido más institucional, y en cuestiones de regeneración podemos hallar muchas conexiones. Podemos da prioridad a otros asuntos, pero estará también de acuerdo en la supresión de aforamientos, la limitación de mandatos presidenciales o la reforma de la ley electoral [los temas a analizar también pactados entre Sánchez y Rivera]. Se trata de trabajar con cada uno en lo que haya puntos en común. Ahí ha estado la habilidad de Pedro", aseguraban desde el entorno del secretario general.

Iglesias aparcó sus prisas con la moción de censura aunque sí apretó más al PSOE con el techo de gasto. Pero ni una cosa ni la otra están en el menú de la negociación bilateral. Sánchez no quiere "añadir más frustración" entre los votantes progresistas presentando una moción que no tenga los números para prosperar, y hoy por hoy no los hay porque no pretende apoyarse en las fuerzas nacionalistas e independentistas. Y respecto a los objetivos de déficit y deuda, aspira a concertar una posición con los gobiernos autonómicos que preside el PSOE. Para el jefe de Ferraz, de la reunión con Iglesias salió la confirmación de que va a haber un "intento de conseguir una mayoría para desmantelar las políticas del PP", construida a partir de una "agenda común" entre las dos fuerzas progresistas. En todo momento ha insistido que es clave comenzar a edificar la casa por los cimientos, los acuerdos en lo concreto, y no "por el tejado", la moción de censura.

El PSOE dice que el espacio de diálogo para la reforma constitucional está por definir

"Mesa del cambio" también fuera del Congreso

"Éramos conscientes de las actitudes [de Podemos y Ciudadanos]. Pero la agenda del cambio que ha planteado el PSOE está en marcha", celebró Ábalos tras la entrevista con Rivera, en la que quitó hierro a que el diálogo deba fluir en conversaciones bilaterales, y no en una mesa a tres. "Rivera ha dicho que para llevar a cabo una reforma de la Ley Electoral encuentra más sintonía con Podemos. El veto no es universal", señaló como ejemplo de que hay formas de sortear el rechazo recíproco entre los dos emergentes.

"La agenda de cambio que ha planteado el PSOE está en marcha", celebra Ábalos. La cúpula pone como ejemplo de éxito el acuerdo sobre RTVE

En Ferraz y en la dirección parlamentaria se afanan en apuntar a lo que ocurrió hace justo una semana: fue posible trenzar, a iniciativa del PSOE, un pacto para reformar y despolitizar RTVE, al que se sumó a última hora el PP "para no quedarse solo". "Esa es una prueba de que la mesa del cambio funciona y es viable", insisten. "Claro que puede haber una mayoría alternativa, aunque ahora se ve muy difícil. Esta legislatura durará unos tres años —calcula uno de los altos cargos más cercanos al líder—. Si Pedro lo hace bien, podemos recuperar votantes por la izquierda y por el centro, crecer en escaños y formar un Gobierno alternativo. Por eso subrayamos tanto que haremos una oposición de Estado, pero seria y con sentido de Estado". Sánchez, en consecuencia, está sembrando hacia el futuro, con vistas a los electores y con la confianza de que las urnas le premien la próxima vez y fuercen una convergencia que en el pasado no fue factible.

placeholder Pedro Sánchez, sentado solo durante el acto por los 40 años de las elecciones de 1977. Delante, José María Aznar, Carlos Lesmes y Juan José González Rivas. (EFE)
Pedro Sánchez, sentado solo durante el acto por los 40 años de las elecciones de 1977. Delante, José María Aznar, Carlos Lesmes y Juan José González Rivas. (EFE)


Sánchez seguirá empleándose a fondo, dicen en Ferraz, para que la "mesa del cambio" vaya avanzando. Tanto a nivel parlamentario como fuera de los muros del Congreso. Un dato importante, dado que él no es diputado, como comprobó con crudeza en el homenaje a la Transición. Por eso también entablará contactos con organizaciones y movimientos ecologistas, feministas o sociales. La idea es erosionar al Ejecutivo del PP. Es el objetivo que hace de motor de su estrategia, y el estado mayor del PSOE está por ahora satisfecho con los primeros resultados.

Encuentro en Ferraz con sus consejeros para pactar una postura sobre el techo de gasto

Pedro Sánchez se reúne a las 9 de la mañana con Alberto Garzón en el Congreso, mientras el pleno debate sobre el tratado de libre comercio de la UE con Canadá (CETA). Luego, ambos se irán a la apertura del 11º Congreso Confederal de CCOO, en el que se despedirá Ignacio Fernández Toxo. 

Para la comida está prevista un encuentro entre miembros de la ejecutiva federal -los secretarios de Política Económica, Manu Escudero; Política Federal, Patxi López, y Relaciones Institucionales, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis- y los consejeros autonómicos para intentar ahormar una posición común sobre los objetivos de déficit y deuda para 2018. Por la tarde, se reúne el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) y Ferraz quiere concertar una postura con sus gobiernos, aun siendo consciente de que los consejeros representan a sus respectivas instituciones, y sus intereses no tienen por qué ser coincidentes. De hecho, en diciembre, cuando la gestora y las comunidades pactaron con Hacienda, Valencia y Baleares se desmarcaron porque la flexibilización acordada con Cristóbal Montoro, un 0,6% de déficit para 2017, la creían insuficiente. 

El ministro de Hacienda tiene previsto reunirse con la dirección del PSOE (lo hará con el resto de formaciones) a finales de esta semana, una vez que se haya reunido el CPFF, para abordar el techo de gasto de los Presupuestos de 2018 y la nueva senda de consolidación fiscal para los próximos tres años. 

La posición del PSOE comenzó a desbrozarse en la comida que mantuvo Sánchez con las direcciones parlamentarias. El secretario general se inclina por votar no, sin descartar la abstención, pero antes quiere escuchar a sus consejeros autonómicos. 

No se ha entrado en el "bucle". Peligro había. El riesgo de que Pedro Sánchez ingresara en una espiral de negociaciones con Podemos y Ciudadanos con el fin de tejer una entente capaz de descabalgar al Gobierno. La meta última para el PSOE sigue siendo esa misma, sacar a Mariano Rajoy de La Moncloa, pero los instrumentos que el secretario general quiere empuñar esta vez no han sido los mismos, porque las circunstancias también han cambiado. Ya no se trata de intentar formar gobierno sino de, como él ha reiterado, construir una "mayoría alternativa" a la del PP. Poco a poco. Paso a paso.

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