Génova se prepara para media legislatura de comisión anti-PP y el desgaste de Rajoy

Ni el PSOE de Pedro Sánchez 'podemizado' ni los Presupuestos para 2018, la principal preocupación parlamentaria del PP para lo que queda de año y el siguiente es la comisión que han montado PSOE, Podemos y Ciudadanos en el Congreso contra los populares. Con el crecimiento económico y el empleo al alza, la oposición se agarra al principal factor de desgaste del Gobierno y de su presidente, la corrupción, e intenta que esté presente en la vida parlamentaria hasta el final de la legislatura. Concluirán entonces que el PP es un partido "estructuralmente corrupto" y exigirán la dimisión de Mariano Rajoy.

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Frente a esos planes y a la causa general en su contra que se abre en el Congreso, el Grupo Popular quiere que el TC acote los objetivos de la comisión y amenaza con replicar en el Senado los desfiles de dirigentes propios con los de socialistas, podemitas y riveristas para que informen sobre la financiación y los escándalos de sus respectivos partidos.

La última semana de junio tiene ya tres citas relacionadas con ese pulso parlamentario a costa de la corrupción que marcará la legislatura. Este lunes acude Luis Bárcenas a la comisión anti-PP creada en la Cámara baja. Es la primera pista sobre la intención del nuevo PSOE, Podemos y Albert Rivera de estirar al máximo los trabajos de la misma. Antes de que Sánchez volviera a ponerse al frente de su partido había un preacuerdo entre los tres partidos constitucionalistas para que fuera Rajoy quien abriera los trabajos de la comisión.

Con el crecimiento económico y el empleo al alza, la oposición se agarra al principal factor de desgaste del Gobierno y de su presidente: la corrupción

El secretario general de los socialistas, nada más ser reelegido, se apuntó a las posiciones de Iglesias y ambos arrastraron a Albert Rivera. Prefieren 'calentar' primero el ambiente durante este verano con el extesorero y sus antecesores hasta la década de los años 80 y dejar para después las citas del presidente del Gobierno y de José María Aznar. Manuel Fraga se libra por motivos obvios, pero no Rosendo Naseiro, el último tesorero de Alianza Popular. Rajoy puede ser llamado varias veces, según han advertido desde la oposición, y no solo al final de las comparecencias.

Bárcenas fue convocado el primero a sabiendas de que no iba a decir nada por su propio interés. Después de cambiar varias veces de versión sobre la presunta 'caja B' del PP, su nuevo abogado no le iba a dejar contestar a nada en sede parlamentaria para no complicar su situación procesal. Los partidos de la oposición lo sabían, pero les viene bien para prolongar las sesiones. De todas formas, el extesorero tiene que acudir a la Cámara y los distintos portavoces dispondrán de su turno de 20 minutos para acusar al exgerente y al PP de todo lo que quieran, además de proclamar la existencia de un "pacto de silencio" entre el interrogado y su antiguo partido.

Para el mes de julio, la oposición ha citado al antecesor de Bárcenas, Álvaro Lapuerta (89 años), pese a su avanzado deterioro mental, reconocido por los tribunales, que le impide desde el año pasado mantener una conversación. La familia del extesorero se tendrá que ocupar de recordar el dato a la comisión, un hecho público que también conocían los partidos de la oposición cuando le citaron. También tienen previstas citas para Ángel Sanchís y Rosendo Naseiro, responsables de las finanzas de AP y del PP entre 1982 y 1990.

El próximo martes, el Grupo Popular volverá a recurrir en la Mesa del Congreso contra esa "causa general" dirigida contra el PP, desde sus orígenes y sin ninguna concreción, que persiguen los partidos de la oposición. Será un trámite previo por el 'no' descontado para plantear después la petición de amparo al Tribunal Constitucional. Los populares no tienen mayoría en ese órgano de la Cámara. Ciudadanos, la clave de la mayoría en la Mesa, participa en primera línea en la estrategia de desgaste de los populares y se sabe principal beneficiario de la pérdida de votos del PP por la causa de los casos de corrupción.

El Grupo Popular volverá a recurrir el martes en la Mesa del Congreso contra esa "causa general" con la que le persiguen los partidos de la oposición

A la espera de la decisión que pueda tomar el TC en los próximos meses, el partido en el poder ha decidido activar otra comisión de investigación en el Senado que permita un desfile de dirigentes de las demás formaciones, y para hablar de sus respectivos escándalos de corrupción: los ERES del PSOE, la financiación chavista de Podemos o el origen de los fondos de la campaña nacional de Albert Rivera.

El día 29 y con el margen que le da la mayoría absoluta en la Cámara alta, el PP decidirá cómo administra las citas a Sánchez, José Luis Rodríguez Zapatero, José Bono, José Manuel Chaves, Susana Díaz, José Antonio Griñán, Juan Marín, Alberto Garzón, Pablo Iglesias o incluso el presidente de la Asamblea de Venezuela, Henry Ramos.

El PP pretendía buscar mesura en el acoso del PSOE por la corrupción en el Congreso con la oferta de no devolverle los golpes en el Senado. Se trataba de no desprestigiar al sistema y evitar que Podemos se beneficiase del desgaste general. Con la vuelta de Sánchez, esa táctica de defensa de los populares se complica. Al secretario general hasta le puede venir bien el desfile de expresidentes, barones, exbarones y de Susana Díaz por la Cámara alta para hablar de casos de corrupción. El renacido líder socialista solo responde ante sus bases y su objetivo es convencer a las de Podemos.