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El PSOE hace un guiño a Podemos y retira su apoyo al libre comercio de la UE con Canadá
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EL PRIMER VIRAJE ESTRATÉGICO

El PSOE hace un guiño a Podemos y retira su apoyo al libre comercio de la UE con Canadá

Narbona anuncia por Twitter que los socialistas cambian de criterio y ya no respaldarán el polémico tratado CETA cuando se vote la próxima semana en el pleno. Era uno de los gestos que pedía Iglesias

Foto: Pedro Sánchez, flanqueado por Cristina Narbona y Adriana Lastra, presidenta y vicesecretaria general del PSOE, en la ejecutiva del 19 de junio. (EFE)
Pedro Sánchez, flanqueado por Cristina Narbona y Adriana Lastra, presidenta y vicesecretaria general del PSOE, en la ejecutiva del 19 de junio. (EFE)

Podemos pedía "hechos" para creerse la reubicación en la izquierda del PSOE de Pedro Sánchez y ya tiene uno muy simbólico y de calado: los socialistas ya no apoyarán el tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA), pese a que hasta ahora el partido, como su familia política en Europa, sí lo respaldaba. Este es el primer giro estratégico que ordena el reelegido secretario general y con el que pretende mostrar una línea divisoria respecto a la etapa anterior. Un gesto previo a la reunión que Sánchez e Iglesias mantendrán el próximo martes en la Cámara Baja.

[Consulta aquí en PDF el Acuerdo Económico y Comercial Global (CETA) entre la Unión Europea y Canadá]

El último sí al CETA lo dio el PSOE este mismo martes, en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. Entonces, votó a favor del dictamen sobre el tratado de libre comercio y su portavoz, el extremeño Nacho Sánchez Amor, advirtió a Podemos de que la posición de su partido sobre el CETA no había cambiado hasta ese momento. Incluso emplazó a la formación de Iglesias a aclarar "si cree o no en el proyecto europeo". Pues la postura del PSOE sí va a cambiar. Y la anunció públicamente por Twitter la nueva presidenta, la exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona. Pero el runrún ya venía de días atrás, desde el 39º Congreso.

"Apoyar el CETA no es de izquierdas pero a Ciudadanos les encantará", comentaba un usuario en la red social. Narbona contestó tajante. "No lo vamos a apoyar", escribió la exministra, acompañando su réplica del 'hashtag' 'Por una nueva socialdemocracia', el título del programa político de Sánchez. Una internauta preguntaba a Narbona a qué obedecía el cambio de criterio y advertía del "grave error". "Los acuerdos internacionales tienen que redefinirse para no concentrar más poder en las grandes corporaciones a costa de derechos", respondía a su vez la presidenta del PSOE.

Ayer martes esta cuestión del CETA no se abordó en la reunión del grupo parlamentario en la que se procedió a la renovación de las direcciones institucionales. No se anunció el viraje porque el acuerdo internacional será sometido a votación del pleno del Congreso la próxima semana, previsiblemente el jueves, para de ahí pasar al Senado. En la Comisión de Exteriores, explicaban fuentes próximas a la nueva portavoz, Margarita Robles, se mantuvo el sí al dictamen porque era "puro trámite". El texto salió validado por 28 votos a favor y 8 en contra, los de Unidos Podemos y ERC. No obstante, Sánchez Amor sí estaba prevenido, por Robles y la secretaria de Asuntos Europeos de la ejecutiva, la eurodiputada Iratxe García, de que el sentido del voto "se iba a reevaluar" de cara al pleno. De modo que los tres pactaron las líneas maestras de la intervención en comisión. Así, el diputado sostuvo que la posición del PSOE no había variado hasta ese momento, que era "hartamente conocida", pero no anticipó que fuera a seguir siendo la misma ni defendió con ardor el CETA, consciente de que podría haber una revisión. Si se mantuvo el voto sí, abundaban fuentes socialistas, era porque en efecto la nueva posición no está aún afianzada.

Foto: Pedro Sánchez, este 20 de junio, durante la reunión con el Grupo Socialista en el Congreso. (EFE)

Decisión, el lunes; lo probable, la abstención

El equipo de Sánchez argumenta que el cambio de criterio se debe a que las resoluciones aprobadas en el 39º Congreso, celebrado el pasado fin de semana, indicaban que ese y no otro era el camino. En concreto, los delegados dieron el visto bueno a este texto: "La izquierda socialdemócrata no está en contra del comercio internacional, pero lo quiere con condiciones y regulaciones que aseguren la universalización de derechos y con las protecciones sectoriales sensibles en cada caso. Negar el comercio es cerrar la puerta a la internacionalización, a las exportaciones y a la competitividad. Es negarse al progreso y al crecimiento. Pero hay que hacerlo con acuerdos que respeten los convenios fundamentales de la OIT [Organización Internacional del Trabajo] y tengan en cuenta estándares de dignidad social, laboral, de protección de los consumidores y medioambiental, así como defendiendo los servicios públicos y los intereses nacionales”.

Ferraz se apoya en lo aprobado en el 39º Congreso, que pide pactos internacionales que respeten, entre otros, estándares de "dignidad social y laboral"

Ferraz agregó que "en este momento la dirección está estudiando la coherencia entre este posicionamiento adoptado en el 39º Congreso y las posiciones anteriormente adoptadas respecto al CETA". Quien está examinando el encaje es, entre otros, el secretario de Política Económica y Empleo de la nueva dirección federal, Manu Escudero. La decisión final, no obstante, no se tomará hasta el próximo lunes, cuando se reúna la comisión permanente de la ejecutiva —el núcleo duro de Sánchez—, y se trasladará al grupo el martes. No obstante, fuentes parlamentarias socialistas aseguran que, por ahora, la opción más probable es la abstención.

El PSOE, igual que sus hermanos de Partido de los Socialistas Europeos, había venido respaldando el CETA en la Eurocámara. Y en España, en los dos debates en pleno que ha habido, también. "Estimamos que el acuerdo comercial de la UE con Canadá es un buen acuerdo. No es el mejor acuerdo, pero es fruto de un acuerdo con un país democrático, progresista, que respeta nuestros valores y estándares tanto desde el punto de vista laboral, medioambiental como social y democrático", alegaba la diputada socialista Soraya Rodríguez, todavía presidenta de la Comisión Mixta para la UE. Y añadía que el CETA "tiene una importancia estratégica en este momento en el que el populismo proteccionista recorre Europa y gobierna en Estados Unidos". Rodríguez defendía que el acuerdo "abre una vía por la que transitar para regular y gobernar la globalización del siglo XXI". Estas palabras eran del 18 de mayo, apenas tres días antes de las primarias en las que Sánchez arrolló a Susana Díaz, la candidata, por cierto, a la que apoyaba Rodríguez.

El tratado pasó este martes por la Comisión de Exteriores y la próxima semana va al pleno del Congreso para su ratificación. En principio, aunque el PSOE se abstenga o vote no, la aprobación del CETA no corre peligro, pues lo apoyan PP, Ciudadanos, PNV y PDeCAT (la antigua Convergència). Tras el visto bueno del hemiciclo, pasaría al Senado, donde los populares disponen de mayoría absoluta.

Temor a la asimilación con Podemos

"Nos entregaremos al discurso más radical de Podemos contra el libre comercio, contra la competencia de la UE para negociar tratados comerciales, y las grandes multinacionales aplaudirán con las orejas al ver que estas tesis de la izquierda populista y la extrema derecha se abren camino y pueden salvarse del nuevo modelo de resolución de conflictos que acaba con el arbitraje internacional privado para tener que someterse a un verdadero tribunal internacional, que se crea siguiendo el modelo de la Corte Penal Internacional, en la selección de jueces y en el funcionamiento del tribunal", comentaba con pesar una de las diputadas socialistas que más han trabajado sobre este tema y que ya se veía venir el viraje desde hace días, cuando la diputada gallega Rocío de Frutos, que se mantuvo fiel al no a Mariano Rajoy y que estuvo con Sánchez en las primarias, desveló que existía "una corriente en el partido que no apoya este tratado y los efectos que puede llegar a tener". "Es mentira que se rebaje la protección a los trabajadores o que permite la privatización de los servicios públicos", contraponían los defensores del acuerdo dentro del Grupo Socialista que, no obstante, acatarán lo que decida la dirección.

Podemos había citado la posición del PSOE sobre el CETA como uno de los asuntos en los que tenía que verse en "hechos" la reorientación de Sánchez

El CETA —a diferencia del TTIP, el tratado con EEUU, que se encuentra aparcado y al que se opone el proteccionista Donald Trump— ya cuenta con el visto bueno formal de los Veintiocho y del Parlamento Europeo. La Eurocámara le dio el plácet el pasado 15 de febrero con el voto favorable del Partido Popular Europeo, conservadores y reformistas (ECR) y liberales (ALDE), mientras que los socialdemócratas se dividieron (los españoles, capitaneados por Ramón Jáuregui, el portavoz designado por la gestora, votaron sí), y la Izquierda Unitaria, los Verdes y los euroescépticos apostaron mayoritariamente por el no. La aplicación provisional del tratado será posible cuando la contraparte canadiense formalice la luz verde, informa Europa Press. Pero la implantación formal no ocurrirá hasta que hayan ratificado el texto todos los parlamentos nacionales.

Podemos recuerda al PSOE que el objetivo de sus pactos debe ser echar a Mariano Rajoy

Este lunes, Podemos mentó la posición del PSOE sobre el CETA como uno de los asuntos donde debía reflejarse en "hechos" la reorientación estratégica de Sánchez y su disposición a llegar a acuerdos con Iglesias y otras formaciones para desmantelar las políticas del PP. Ahora el gesto ya se ha hecho, días antes de la reunión con Iglesias, aunque obedeciendo a la voluntad soberana de los delegados del 39º Congreso socialista. El siguiente que pide Podemos es el no al techo de gasto que presente el Gobierno.

Sánchez anula su agenda en Bruselas para reunirse en Madrid con el comisario Pierre Moscovici

Pedro Sánchez retoma este mismo jueves su agenda internacional, una vez cerrado el proceso de primarias, el 21 de mayo, y el 39º Congreso, el pasado fin de semana. Lo iba a hacer en Bruselas, pero finalmente se queda en Madrid. Se reunirá, en la sede de las instituciones europeas en la capital, con el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, el político socialista francés Pierre Moscovici, a partir de las 11:15 horas. Los dos dirigentes repasarán la situación económica y financiera de la Unión. No está prevista ninguna comparecencia pública de ambos al término. 

Ferraz informó del cambio de agenda del secretario general pasadas las 21 horas de este miércoles. En un principio, estaba programado un viaje relámpago a Bruselas para participar en la reunión de líderes socialdemócratas previa al Consejo Europeo del 22 y 23 de junio.

En esta cumbre preparatoria organizada por el Partido de los Socialistas Europeos (PES), en la que participan primeros ministros, comisarios y líderes socialdemócratas, se abordarán distintos temas. Entre ellos, como había anticipado Ferraz, el curso de las negociaciones sobre el Brexit, la cooperación en materia de seguridad y defensa, asuntos de economía y comercio, flujos migratorios y la política exterior. 

En el marco de este encuentro, Sánchez iba a mantener una entrevista bilateral con el presidente del PES, el búlgaro Sergei Stanishev. Pero ese viaje, que había sido coordinado también por la secretaría de Asuntos Europeos de la ejecutiva del PSOE, la eurodiputada Iratxe García, fue finalmente cancelado. El líder socialista prefirió entrevistarse con Moscovici, una de las piezas clave del Ejecutivo de los Veintiocho, antes que desplazarse a la capital belga. La cita se celebra, pues, en pleno reposicionamiento del PSOE respecto al CETA.

Podemos pedía "hechos" para creerse la reubicación en la izquierda del PSOE de Pedro Sánchez y ya tiene uno muy simbólico y de calado: los socialistas ya no apoyarán el tratado de libre comercio entre la UE y Canadá (CETA), pese a que hasta ahora el partido, como su familia política en Europa, sí lo respaldaba. Este es el primer giro estratégico que ordena el reelegido secretario general y con el que pretende mostrar una línea divisoria respecto a la etapa anterior. Un gesto previo a la reunión que Sánchez e Iglesias mantendrán el próximo martes en la Cámara Baja.

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