Prótesis de metal e injertos musculares: los cirujanos salvan un pie al 'niño del metro'

El niño de 13 años que fue atropellado por el metro en Madrid, tras subirse entre dos vagones y resbalar el pasado 28 de mayo, recuperará una de sus piernas. Los cirujanos del hospital La Paz le intervinieron hace 10 días y le implantaron una prótesis de metal e injertos musculares en la extremidad inferior izquierda, que es la que salió mejor parada del accidente. Pretendían de este modo sustituir una parte del hueso dañada, por un lado, y regenerar la masa muscular perdida, por otro.

La caída del chico provocó que las ruedas del tren le pasaran por encima y le destrozaran prácticamente en su totalidad la pierna derecha. La otra, sin embargo, aunque quedó seriamente perjudicada, ha podido de momento ser recuperada por el equipo médico del hospital, que aún se encuentra a la espera de que tanto la prótesis como, sobre todo, los injertos musculares agarren y se incorporen a la parte natural de la extremidad inferior izquierda como si de ella misma hubieran salido.

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La operación, que podría ser completada por futuras intervenciones complementarias, permitirá al chaval hacer vida más o menos normalizada con la ayuda de otra prótesis en la pierna perdida o algún otro tipo de apoyo, lo que mejorará considerablemente su calidad de vida en comparación con la que hubiera tenido de haber perdido ambas piernas, como todos los medios anunciaron al día siguiente del accidente. Aunque por el momento es imprescindible esperar a ver cómo se acopla el tejido incorporado por los cirujanos a la pierna intervenida.

El tren de la línea 1 de Metro de Madrid le pasó por encima sobre las 20:00 del pasado 28 de mayo, justo después de que cayera desde la plataforma situada entre vagones. El niño se había subido ahí porque tenía prisa. Las puertas del tren se habían cerrado en la estación de Sierra de Guadalupe y quería coger el convoy como fuera. Corrió detrás y saltó hasta la intersección de coches. Sin embargo, una vez dentro del túnel, resbaló y cayó a la vía a escasos 30 metros de la estación. Las ruedas le atropellaron sin que el conductor se percatara de nada y el niño quedó tirado en medio de la oscuridad.

Su instinto de supervivencia hizo que, prácticamente amputado y desangrándose, el chico —de nacionalidad marroquí— consiguiera reptar, salir de la vía y evitar de ese modo que otro tren que venía en dirección contraria le arrollara. Luego logró alcanzar un hueco de ventilación que estaba cinco metros más arriba y desde allí pidió ayuda a voz en grito hasta que un ciudadano que andaba por la calle le escuchó, se asomó por la rejilla y llamó a Emergencias. Fue entonces cuando los bomberos y los profesionales de protección civil y el Samur se personaron en la zona y consiguieron sacarle del suburbano y llevarle al hospital La Paz.

Cuando llegó al centro sanitario, el chaval presentaba fuertes hematomas y graves fracturas no solo en ambas piernas sino también en la cabeza y otras partes del cuerpo. La pierna derecha se encontraba prácticamente destrozada a la altura de la tibia y la izquierda también visiblemente dañada. Tras dar por perdida la primera, los médicos centraron sus esfuerzos en recuperar la segunda, que a día de hoy se encuentra prácticamente estabilizada y con muchas posibilidades de ser rehabilitada.

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Fuentes de Metro de Madrid confirman que lo que ocurrió el 28 de mayo no tuvo nada que ver con un supuesto juego, como apuntaron algunos medios, dado que ese mismo día se distribuyó por las redes un vídeo de dos chicos subidos a la fatídica plataforma. Desde el ente público, no tienen datos para confirmar que se trate de una práctica habitual, aunque están recabando información con el fin de determinar objetivamente si se trata realmente de un asunto extendido o no. Desde el principio, en cualquier caso, Metro ha recordado insistentemente que tanto lo que hizo el niño que resultó amputado como el vídeo de los otros dos son ejercicios que están prohibidos por la normativa del suburbano.

Tras el suceso, Metro también anunció que tiene previsto poner en marcha un plan de comunicación a través de las redes sociales para concienciar a los usuarios del peligro que representa para su integridad saltarse la norma, subirse a los trenes en marcha, viajar entre vagones, cruzar las vías u otras prácticas similares. "Uno se juega la vida cuando hace esto", recuerdan desde el ente público, que está también recopilando datos relativos a estas actuaciones ocurridos en los últimos años.

La entidad hará una valoración cuando tenga las mencionadas estadísticas, aunque por el momento entienden desde Metro que son prácticas aisladas en una instalación por la que pasan 2,3 millones de personas todos los días. "Es una auténtica ciudad subterránea con 300 kilómetros de red y 290 estaciones, por lo que los accidentes que hay son casos aislados", valoran las fuentes consultadas.