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Pedro, el frutero "bonachón" que atracaba bancos con el revólver de 'Harry el sucio'
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siete sucursales y 350.000 euros de botín

Pedro, el frutero "bonachón" que atracaba bancos con el revólver de 'Harry el sucio'

Su 'modus operandi' era siempre el mismo: entablaba conversación con algún empleado y durante un momento de la conversación sacaba el arma. Ahora ha sido detenido en Alicante

Foto: Imagen de uno de los atracos que llevó a cabo. (Guardia Civil)
Imagen de uno de los atracos que llevó a cabo. (Guardia Civil)

Los poco más de mil habitantes de Hondón de los Frailes, en Alicante, no salen de su asombro desde que a principios de mayo detuvieron al frutero del pueblo por atracar siete sucursales bancarias en los últimos cuatro años. "Nos hemos quedado helados", explica la dueña del restaurante Pepín, un local que le compraba las frutas y las patatas al que hasta ahora era uno de los fugitivos más buscados de España.

Según explica, todos le tomaban por "un hombre humilde y bonachón", y más de una vez le vieron descargando cajas a primera hora de la mañana frente a su tienda, en el número 7 de la calle Ernesto Galiana. El hombre que trabaja en el local de al lado, Francisco Antonio, tampoco se explica que Pedro fuera un atracador, aunque señala que no era él quien más tiempo pasaba en la frutería, sino su yerno. "Él solo aparecía de vez en cuando y además no era de aquí".

Pese a la conmoción que ha causado la noticia en el pueblo, la operación que ha llevado a cabo la Guardia Civil revela la doble vida que llevaba el frutero. Mientras que de cara a los vecinos "ni siquiera iba bien vestido", desde 2012 habría atracado siete sucursales bancarias con el mismo revólver que utilizaba Clint Eastwood en 'Harry el sucio'. En total, Pedro habría conseguido un botín de 350.000 euros, aunque tras su detención solo se recuperaron 50.000.

Su 'modus operandi' era siempre el mismo: entablaba conversación con algún empleado y de repente sacaba el arma para exigir el dinero. Además, en tres ocasiones maniató a los trabajadores del banco con bridas de plástico para sentirse más seguro, y una vez conseguía el dinero emprendía la huida con discreción, sin despertar las sospechas del resto de ciudadanos.

Según explica la Guardia Civil, las oficinas elegidas estaban situadas en poblaciones pequeñas o pedanías de Alicante o Murcia, pero con múltiples accesos viarios, lo que le facilitaba la huida. Además, Pedro se desplazaba durante días a la localidad de la sucursal elegida y realizaba un minucioso estudio sobre los tiempos de reacción de las fuerzas de seguridad, las fechas y horarios de reparto de los camiones blindados, las costumbres de los empleados, las medidas de seguridad y un largo etcétera de detalles que luego le servían para cometer robos limpios y seguros.

Más allá de su minuciosidad, un aspecto que sorprendió a los agentes durante la investigación era que actuara a cara descubierta. Según explican desde la Guardia Civil —y confirman los vecinos— en su vida diaria Pedro usaba gafas con una importante graduación y tamaño, por lo que cuando se las quitaba para cometer los golpes cambiaba radicalmente de aspecto. Una vez cometido el atraco, volvía a colocarse las gafas, se rasuraba el pelo y recuperaba el aspecto de bonachón, lo que le permitió no ser identificado por vecino alguno.

Tras pasar a disposición judicial, el supuesto atracador ha sido ahora enviado a prisión provisional sin fianza. Su pareja sentimental, una mujer de 48 años que también había sido detenida, ha quedado en libertad con cargos por supuesta encubridora y colaboradora, aunque en el pueblo ningún vecino la ha visto desde entonces. "No sabemos nada de ellos. Ni dónde están ni nada. La frutería está cerrada", explica Francisco Antonio. "No sé si volveremos a verles", dice por su parte la dueña del Pepi, un restaurante que ahora tendrá que buscar un nuevo proveedor de frutas y patatas.

Los poco más de mil habitantes de Hondón de los Frailes, en Alicante, no salen de su asombro desde que a principios de mayo detuvieron al frutero del pueblo por atracar siete sucursales bancarias en los últimos cuatro años. "Nos hemos quedado helados", explica la dueña del restaurante Pepín, un local que le compraba las frutas y las patatas al que hasta ahora era uno de los fugitivos más buscados de España.

Guardia Civil Alicante Robos