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Podemos calienta el 20-M en la calle con las caras de Cifuentes y Rajoy: 'Hay que echarlos'
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"moción de censura ciudadana"

Podemos calienta el 20-M en la calle con las caras de Cifuentes y Rajoy: 'Hay que echarlos'

La formación ha decidido apostar una buena parte de su capital político a la movilización social. En clave destituyente y agitando el tablero institucional desde la calle

Foto: Uno de los carteles para la manifestación del 20-M.
Uno de los carteles para la manifestación del 20-M.

Charlas temáticas en los círculos con cargos públicos para presentar las mociones de censura contra Mariano Rajoy y Cristina Cifuentes, quedadas para "cubrir las calles de cada barrio de pueblo que decide su futuro" con carteles de la manifestación que se celebrará este sábado en la Puerta del Sol y un único mensaje con el que los líderes del partido rematan en los últimos días la mayoría de sus intervenciones: "Hay que echarlos". Podemos, las confluencias y las formaciones aliadas como IU y Equo han decidido apostar una buena parte de su capital político a la movilización social para sacar adelante una iniciativa que han bautizado como "moción ciudadana". Los apoyos parlamentarios están muy lejos de los 176 votos necesarios, pero la intención de la formación es apoyarse en la calle para agitar desde ella el tablero institucional.

El cerco judicial al PP se ha ido estrechando durante los últimos días, a la par que Podemos subía de intensidad una campaña diseñada en clave destituyente. El tono a campaña electoral permanente, que si bien no se esconde en la denominación del 'Gobierno en la sombra' del partido, Rumbo 2020, en referencia a la fecha de las próximas elecciones, queda disimulado por la excepcionalidad de los acontecimientos. La indignación social por la corrupción apenas se ha traducido en la calle, aunque en el último sondeo del CIS, con un trabajo de campo previo a la difusión en los medios de la operación Lezo, la preocupación de los españoles por la corrupción se disparó. Los últimos sondeos reflejan asimismo un fuerte castigo al partido en el Gobierno. Podemos se ha volcado así en capitalizar el descontento.

Aun celebrando una ronda de contactos con sindicatos y organizaciones de la sociedad civil, la convocatoria para este sábado sale del aparato. La dirección del partido se ha afanado en resaltar su carácter abierto, al mismo tiempo que ha evitado las referencias al partido. Ni en los carteles o pancartas, ni tampoco en el lema de la convocatoria. Las siglas de Podemos han sido sustituidas por diferentes eslóganes de la moción y el símbolo del círculo por una gran 'C' de censura en forma de flecha. La elección de la Puerta del Sol, en sustitución de la plaza del Museo Reina Sofía, donde Podemos suele celebrar este tipo de fastos y que los dirigentes con previsiones más conservadoras de asistencia preferían, es otro gesto de la pretendida apertura.

Con todo, la convocatoria no tiene formato de manifestación, sino de concentración, y sobre la plaza se instalará un escenario por el que pasarán dirigentes de la formación y de organizaciones sociales. Reminiscencias mitineras para fijar un grito de guerra, el de “hay que echarlos”, que no se limitará a la moción de censura. Se trata del eslogan de una campaña de más largo aliento. No en vano, entre los politólogos que abundan en la dirección del partido se defiende que la moción de censura no está diseñada para ganarla en el Congreso, sino posteriormente en las urnas. Como ejemplo, citan la que presentó Felipe González contra Adolfo Suárez, pues a pesar de nacer muerta se convirtió en el impulso de su victoria electoral, dos años después, con mayoría absoluta.

Previamente a la manifestación se celebrará una reunión del consejo ciudadano estatal, el máximo órgano de decisión entre asambleas, que supone su segunda cita desde la asamblea de Vistalegre II. Un encuentro monográfico sobre la moción de censura y su consiguiente análisis político. La fase de impugnación al Gobierno del PP quedará inaugurada, tratando de presentar a la formación como única alternativa.

La maquinaria orgánica ya está en marcha, con todos sus aparatos municipales y autonómicos en movilización permanente para trasmitir a nivel territorial la estrategia destituyente. En Madrid, con el paso al frente de Íñigo Errejón como candidato, la campaña va más avanzada. El equipo del exportavoz parlamentario centra ya sus esfuerzos en colocar a la presidenta regional en la diana. Este mismo miércoles, lanzaron una serie de vídeos tratando de fijar la idea de que “Cifuentes es Aguirre”. Errejón, por su parte, centra su agenda en asuntos de la comunidad, incluso utilizando sus preguntas en sesión parlamentaria para incidir sobre la corrupción en las filas del PP regional.

Sin candidato ni apoyos parlamentarios, y sin ni siquiera haber registrado en el Congreso la moción de censura, Podemos centra todos sus esfuerzos en una iniciativa que busca relanzar la estrategia de fondo salida de la asamblea ciudadana de Vistalegre II. Esto es, mantener “un pie en las instituciones y mil en la calle” para torcer así el brazo al Gobierno. Un "mientras tanto" que se centrará en espolear y capitalizar una oleada de indignación en clave constituyente. Todo ello fiando gran parte de su éxito a una conyuntura histórica que Pablo Iglesias trata de teorizar importando de Italia el denominado caso Tangentópolis, el escándalo que sacudió la vida política de este país llevándose por delante a toda 'la trama'.

Charlas temáticas en los círculos con cargos públicos para presentar las mociones de censura contra Mariano Rajoy y Cristina Cifuentes, quedadas para "cubrir las calles de cada barrio de pueblo que decide su futuro" con carteles de la manifestación que se celebrará este sábado en la Puerta del Sol y un único mensaje con el que los líderes del partido rematan en los últimos días la mayoría de sus intervenciones: "Hay que echarlos". Podemos, las confluencias y las formaciones aliadas como IU y Equo han decidido apostar una buena parte de su capital político a la movilización social para sacar adelante una iniciativa que han bautizado como "moción ciudadana". Los apoyos parlamentarios están muy lejos de los 176 votos necesarios, pero la intención de la formación es apoyarse en la calle para agitar desde ella el tablero institucional.

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