Granados se enfrenta hasta a 6 años de cárcel por el juicio del otro 'chivatazo'

El primer juicio que sentará en el banquillo al ex secretario general del PP de Madrid y 'cerebro' de la trama 'Púnica', Francisco Granados, ha subido un grado en magnitud. La vista por el presunto delito de aprovechamiento de revelación de secretos, en el marco de la investigación del supuesto aviso que le dieron dos agentes de la Guardia Civil sobre que la Unidad Central Operativa (UCO) estaba vigilando a su amigo el empresario David Marjaliza, se celebrará finalmente ante un tribunal de tres jueces, debido a que una de las acusaciones populares reclama para él penas superiores a los cinco años de prisión por este 'chivatazo'.

El enjuiciamiento fue encargado en un inicio al juez central de lo Penal José María Vázquez Honrubia. La Fiscalía Anticorrupción solicitaba tres años de cárcel para Granados, por el presunto delito de aprovechamiento de revelación de secretos. Además del exdirigente 'popular', se sentarán en el banquillo el agente de la UCO José Manuel Rodríguez Talamino y su asesor de seguridad, en excedencia, José Luis Caro Vinagre.

También se sentarán en el banquillo el agente de la UCO, José Manuel Rodríguez Talamino, y su asesor de seguridad, José Luis Caro Vinagre

No obstante, la Asociación de Abogados Demócratas por Europa (ADADE) elevó la solicitud de cárcel a los seis años de prisión al considerar que incurrió en un aprovechamiento del delito revelado, por lo que la cuestión dejó de ser competencia de ese Juzgado. Según especifica un auto al que ha tenido acceso El Confidencial, el juez de la 'Púnica' ha mandado a la Sala de lo Penal esta pieza ya cerrada. Subsana con ello el error cometido en el reparto y deja en manos de la terna de jueces a quien corresponda el asunto la fase correspondiente a la vista oral. Los tres magistrados encargados de juzgarle serán, conforme al turno establecido, Fernando Grande-Marlaska, Manuela Fernández Prado y Ramón Sáez Valcárcel, indica otro auto.

Este presunto chivatazo tuvo como marco las fiestas de Valdemoro. El agente Rodríguez Talamino, destinado en la UCO, se dirigió a Granados para advertirle de que había participado en la colocación de un dispositivo de vigilancia a las puertas de las oficinas de las empresas de su amigo y socio el empresario David Marjaliza, en el centro comercial de Pinto.

El agente del Instituto Armado también avisó a Caro Rodríguez, que había pasado a desempeñar a un cargo de confianza en la Comunidad de Madrid a través de Granados. "Decidió hacer un favor a todos ellos facilitándoles información confidencial" y advirtiéndoles de la colocación de la cámara, recalcó el juez Velasco en su auto de apertura de juicio oral, desveló información "a sabiendas de que estaba sometida a absoluta reserva y no debía ser divulgada dada su relevancia para la investigación".

Granados quiso conocer si la investigación sobre su amigo iba dirigida contra él. El objetivo, poner "a buen recaudo su patrimonio de origen ilícito"

Después del aviso, el que fuera 'número dos' de Esperanza Aguirre en el PP madrileño "desplegó una serie de actuaciones" para comprobar el "grado de veracidad de la fuente y ampliar los datos proporcionados por la misma". Aún sabiendo por los distintos cargos que había ostentado –como en la Consejería de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid– que la ley de funcionarios públicos impone "el deber de sigilo y secreto" de los asuntos que conocen a razón de su cargo, Granados quiso conocer si la investigación que recaía sobre su amigo también se dirigía contra él.

El objetivo era poder adoptar medidas para poner "a buen recaudo su patrimonio de origen ilícito" y alertar a Marjaliza de dicha investigación, por lo que partió los fondos "en domicilios de amigos y familiares". Para ello, Granados llamó a Caro Vinagre y le contó que Rodríguez Talamino se le había acercado para hacerle la advertencia. Quería corroborar que efectivamente esta persona era miembro de la UCO y ampliar la información recibida. Marjaliza, que está fuera de la instrucción de esta pieza, "quemó" todos los documentos que le incriminaban después de que Granados le advirtiera.