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Sánchez avisa a los barones: "Defiendo un PSOE de militantes, no de notables"
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LA LUCHA DEL 39º CONGRESO FEDERAL

Sánchez avisa a los barones: "Defiendo un PSOE de militantes, no de notables"

El exlíder dice al tiempo que tras las primarias estará "al lado" de presidentes y alcaldes socialistas. Niega "volantazos" y aplaza la decisión sobre la censura a Rajoy a después del congreso

Foto: Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa de este 12 de mayo en el Casino de la Reina de Madrid, en una sala repleta de militantes. (EFE)
Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa de este 12 de mayo en el Casino de la Reina de Madrid, en una sala repleta de militantes. (EFE)

Pedro Sánchez defiende que no hay "volantazos" en su proyecto, que no hay cambios en su concepción de cómo tiene que ser la relación con Podemos, como le acusan Susana Díaz y Guillermo Fernández Vara, pero lo cierto es que se resiste a anticipar cómo será el diálogo con el partido de Pablo Iglesias hasta que pase el 39º Congreso Federal. No dice tampoco cómo intentará cerrar la sima que le separa con los presidentes y barones autonómicos que están en su contra, aunque sí les lanza un aviso: "Yo defiendo un PSOE de militantes, no de notables".

El ex secretario general quiso este viernes resarcir, de forma imprevista, a los medios de comunicación, a los que este jueves, tras un acto con militantes y tras criticar su trabajo, se negó a contestar. Y para ello convocó para las 13 horas una rueda de prensa, la primera desde el 26 de septiembre de 2016, cuando aún estaba al mando de Ferraz. Lo hizo, eso sí, con escasa antelación y cuando los informadores que siguen habitualmente al PSOE ya habían sido citados a un encuentro informal con Díaz a mediodía. Pero no solo hubo una contraprogramación —nada extraño entre los candidatos en esta campaña de primarias—, sino que fusionó el acto que tenía previsto protagonizar, 'Por la diversidad y las migraciones', con la comparecencia, de forma que en la misma sala, apiñados, estaban periodistas y militantes. Estos cuchicheaban con las preguntas de la prensa y recibían con un aplauso las respuestas del aspirante, hasta que este pidió a los suyos que no le ovacionaran tras sus palabras. Al final, tras media hora contestando a los medios, les pidió "disculpas" por el trato dispensado y se despidió de ellos y de sus seguidores. La cita había sido en una apretada sala del Casino de la Reina de la capital, en el multicultural barrio de Lavapiés, y tenía que partir al aeropuerto, rumbo a Galicia. Aquello no había sido una rueda de prensa.

Pedro Sánchez niega un volantazo y aplaza la decisión sobre moción de censura

Uno de las dudas que planean sobre estas primarias es qué ocurrirá el día siguiente, cómo se reconfigurará el partido y si el dramático enfrentamiento y fractura que vive el PSOE se logrará suturar. Los presidentes autonómicos que respaldan a Díaz sí temen ser "laminados" por Sánchez si este vence o bien ver desestabilizadas sus federaciones. Fue entonces cuando el candidato encabezó su respuesta de forma contundente: "Yo defiendo un PSOE de militantes y no de notables". Aplauso automático de las bases.

Insiste en que la palabra que saldrá de su boca tras las primarias será "lealtad", porque sabe bien "qué significa ser cuestionado" por la organización

Esa fue la advertencia más directa, porque luego se agarró a las palabras que lanza en sus numerosos mítines: que serán las urnas, el voto de los afiliados, las que "reconstruyan la unidad", que esta puede recomponerse antes del 21 de mayo —como intentó con Patxi López, tendiéndole la mano, sin éxito— o después. "Al día siguiente, y lo digo de corazón, el secretario general estará al lado de los presidentes autonómicos y alcaldes socialistas para cambiar la vida de los municipios y las comunidades y cambiar el Gobierno de España. En esto he sido muy taxativo y me gustaría reafirmarlo porque es importante, en un proceso de primarias, no sembrar dudas y que el debate sea de argumentos, no de supuestas falacias y mentiras para alimentar el discurso del miedo".

De nuevo, reiteró que tras el escrutinio la palabra que saldrá de su boca será "lealtad", porque sabe muy bien "qué significa ser cuestionado", porque eso "debilita" al PSOE y fortalece al PP. Cuando le inquirieron si, como ha prometido la jefa de la Junta, llamará al ganador para ponerse a su disposición, simplemente soltó un "es que va a ser al revés", dando por hecho que él se convertirá de nuevo en el capitán de los socialistas. Una afirmación que despertó los inmediatos vítores de los militantes.

Foto: Pedro Sánchez, durante la presentación del documento definitivo 'Por una nueva socialdemocracia', este 11 de mayo en la Casa del Reloj de Madrid. (EFE)

"A ver si convenzo a Susana"

Sánchez tuvo que responder, básicamente, a dos cuestiones a lo largo de su comparecencia, sobre las que los periodistas volvieron una y otra vez y él no terminaba de aclarar. Una, la relación con Podemos y una eventual moción de censura. Otra, el encaje del reconocimiento del Estado "plurinacional" que ahora defiende dentro de la Constitución.

Sostiene que no renuncia a "vertebrar el cambio", pero no anticipa cómo: su primera misión, dice, es ganar las primarias y luego la dirección verá

Se notaba que el exlíder era muy consciente de que los susanistas le iban a atacar por sus "vaivenes" en dos temas nucleares. Y por eso, desde el primer minuto, dio la "bienvenida" a las críticas, porque al menos él tiene un proyecto, deslizando de paso que su principal rival no ha presentado aún ningún documento (ella lo hará el próximo martes en Madrid). Y a continuación negó tajantemente cualquier cambio de criterio respecto a Podemos, pese a que el documento final que presentó ayer jueves ya no hable de "unidad de acción" con el partido morado, como se decía en el borrador inicial, sino de una alianza con las fuerzas sociales, un distanciamiento con Pablo Iglesias que los suyos atribuyeron a que las bases no entendían bien esa mano tendida. Sánchez recalcó que el "único volantazo" que se ha producido fue cuando el PSOE decidió abstenerse para facilitar el Gobierno a Mariano Rajoy contra el criterio de la militancia. "Y luego ha seguido conduciendo en sentido contrario". "Lecciones de coherencia por parte las puedo asumir por parte de otros compañeros, pero esa credibilidad la tengo yo", añadió, porque dimitió como jefe de Ferraz y para no violar la palabra dada renunció a su escaño y se fue al paro.

De nuevo, insistió en que el PSOE de la abstención se ha colocado como "tercera fuerza" en España —ya sería segunda, según el último CIS, aunque solo dos décimas por encima de Podemos— y por debajo del 20%, lejos aún del 22,6% que él cosechó en las generales del 26-J. "A ver si en el debate [del próximo lunes] convenzo a Susana de que la abstención fue una mala idea".


El dirigente madrileño enfatizó en todo momento que su candidatura "no renuncia a vertebrar el cambio" en España, y para eso el PSOE "debe mirar a la izquierda y no a la derecha". A partir de ahí, no dijo cómo. Se le preguntó reiteradamente si estaría dispuesto a impulsar una moción de censura contra Rajoy con el concurso de Podemos. Sánchez señaló que el Gobierno del PP "es censurable", pero no a la manera en que quiere hacerlo Podemos, porque estas iniciativas "hay que trabajarlas primero" y anunciarlas después: "Las cosas no se hacen como las hace Pablo Iglesias a no ser que se aspire a que no prospere la moción, sino a que se evidencia que la izquierda camina dividida de nuevo. Si se plantea una moción de censura hay que reivindicar que es de carácter constructivo y ganarla con el diálogo y la negociación, no a golpe de ruedas de prensa".

No hubo forma de tirarle más de la lengua. Insistió en que su primera misión es ganar las primarias del 21 de mayo, y luego ya se analizará el nuevo escenario y se verá si hay que abrir o no negociaciones con Iglesias. La idea de que no renuncia a "vertebrar el cambio" se traduce en que "no va a volver a haber una abstención al PP". "Defendemos un PSOE que no regala gobiernos al PP. Cómo se enfoque el trabajo de la nueva dirección [que salga del 39º Congreso, en junio], veremos", remató.

Foto: Susana Díaz, durante la sesión de control al Gobierno andaluz, este 11 de mayo en el Parlamento de Sevilla. (EFE)

"Lo dice el PSOE-A"

Segunda cuestión delicada: la concepción del Estado. Aquí de nuevo defendió que no ha habido cambios desde que decidió abrazar —ya estando fuera de Ferraz— la definición de España como un Estado plurinacional. Más aún, esgrimió que su idea cabe en los documentos elaborados por el PSOE porque bebe de todos ellos. Como argumento nuevo, sacó a colación el trabajo que la Fundación Alfonso Perales, dependiente del PSOE andaluz, hizo en 2012, en el que sí se defiende España como una "nación de naciones". Es más, en ese texto [aquí en PDF], en su página 26, se afirma que o el Estado federal "se conforma como Estado plurinacional o se nos presentarán dificultades prácticamente insalvables para el nuevo pacto que ha de permitir en el futuro la integración en el Estado español de lo que hasta ahora han sido todos sus territorios".

No precisa cómo ha de reconocerse el carácter "plurinacional" de España, pero recuerda que documentos del PSOE andaluz lo recogían

"No lo digo yo, lo dice el PSOE de Andalucía", subrayó, levantando el aplauso de los militantes presentes en la sala, conscientes de que había sido un gancho eficaz contra su rival. El documento de la Alfonso Perales, igual que el que hizo la Fundación Rafael Campalans, la del PSC, que también citó Sánchez, sirvieron de cimientos para la 'Declaración de Granada', consensuada por todos los socialistas en julio de 2013, y en el que ya esos términos desaparecieron.

El proyecto del madrileño apuesta por una reforma de la Constitución que "perfeccione" el reconocimiento de la "plurinacionalidad" de España, "así de sencillo". Pero de nuevo no quiso precisar cómo debe hacerse, si en el Título VIII —el que desarrolla la organización del Estado— o en otros. "Decimos que hay una única soberanía, que es del conjunto de los españoles, un único Estado, el español, pero dentro del cual se puede perfeccionar el caracter plurinacional del país", contestó, rehusando precisar más.

Además de apoyarse en los textos de la Campalans y de la Alfonso Perales, Sánchez usó, para fundamentar su argumentar, las palabras que la exdirigente del PSC Manuela de Madre empleó en el Congreso cuando se debatió el Estatut —Cataluña es una nación cuyo Estado es el español— y la definición que de "nación" hace el Consejo de Europa: una comunidad que se concibe así "por razón cultural, histórica o lingüística", sin que ello suponga una concesión de soberanía ni el derecho a constituirse como Estado. Esa concepción es lo que separa a los socialistas de Podemos, que sí cree que Cataluña tiene soberanía para decidir. De modo que su postura, zanjó, es "congruente" con la historia del PSOE y lo escrito en la 'Declaración de Granada'.

Sánchez aprovechó su acto sobre diversidad para lanzar una promesa: si reconquista el liderazgo del PSOE, su ejecutiva incorporará a personas de orígenes distintos, para que la dirección "se parezca también a España, una sociedad multicultural". No sería una novedad. Ya la última cúpula de José Luis Rodríguez Zapatero, en 2008, incorporó a la dominicana Bernarda Jiménez. Y en las últimas listas a las generales Sánchez llevaba, en la candidatura por Madrid, a la coordinadora del grupo de Afrosocialistas, Consuelo Cruz, pero en el puesto 18, de imposible elección, dados los resultados pésimos que se preveían (y se cumplieron). Ella ahora apoya a Susana Díaz.

Pedro Sánchez defiende que no hay "volantazos" en su proyecto, que no hay cambios en su concepción de cómo tiene que ser la relación con Podemos, como le acusan Susana Díaz y Guillermo Fernández Vara, pero lo cierto es que se resiste a anticipar cómo será el diálogo con el partido de Pablo Iglesias hasta que pase el 39º Congreso Federal. No dice tampoco cómo intentará cerrar la sima que le separa con los presidentes y barones autonómicos que están en su contra, aunque sí les lanza un aviso: "Yo defiendo un PSOE de militantes, no de notables".

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