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Granados ordenó borrar su rastro en Internet antes de que estallara la Púnica
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"NO quiero impertinencias"

Granados ordenó borrar su rastro en Internet antes de que estallara la Púnica

Las conversaciones del sumario revelan que el cabecilla de la trama quería eliminar sus comentarios y perfiles en redes sociales

Foto: Francisco Granados en una imagen de archivo. (EFE)
Francisco Granados en una imagen de archivo. (EFE)

Antes de octubre de 2014 el cabecilla de la trama Púnica aún no tenía colgada esta etiqueta. Por aquel entonces Francisco Granados era uno de los hombres fuertes de Esperanza Aguirre y su consejero de confianza en el PP de Madrid. Todo esto cambió radicalmente tras quedar destapadas sus cuentas en Suiza durante el mes de febrero. En aquel momento, Granados dió una orden a su experto en redes sociales, el empresario Alejandro de Pedro. "Eliminalo todo. No quiero impertinencias", le dijo en un mensaje incorporado al sumario del caso, al que ha tenido acceso El Confidencial.

En la conversación detectada tras la apertura del móvil Iphone del experto online de Púnica, De Pedro le informa de que ha hecho desaparecer su perfil de Facebook y le pide la contraseña de Twitter para borrar todo lo demás. "¿Estás seguro de que lo elimine todo?", pregunta y el que fuera responsable de la Consejería de Presidencia madrileña responde: "Si. No quiero impertinencias".

Con el encargo ya realizado De Pedro advierte de que disponen de 28 días para recuperar el contenido y Granados se despide con un "gracias, Alex". Días después avisa de que aún hay alguna página web que sigue activa y el experto le explica que quitar ese enlace de las redes sociales depende de Google y él no puede hacer nada. Sólo quedaban unos meses para que ambos ingresaran en prisión acusados de traficar con adjudicaciones públicas a cambio de suculentas comisiones.

Este fue uno de tantos favores que los empresarios de la trama gestionaban para su jefe. "Es que tira de mi pa tó", se quejaba otro de los principales imputados, David Marjaliza en referencia a su amigo de la infancia. También se ocupaban, por ejemplo, de ayudarle con algún capricho, como para la búsqueda de un barco en el que estaba interesado.

Un barco 'seminuevo'

En sus comunicaciones De Pedro le informa de que la presidenta del Puerto de Marbella ha quedado en avisarle si había alguna embarcación interesante a la venta y le pide detalles sobre la eslora para que se haga una idea de lo que busca. Granados explica que anda detrás de algo con pocos años y de 22 metros o así. "Paco, me comenta mi amigo de los barcos que ha encontrado un Uniesse 58 del 2006, el precio es 550 lo que tasa el banco, esta súper nuevo y vale la pena", le indica sólo unos días después.

Las conversaciones cruzadas entre los tres investigados muestran una relación estrecha y un trato más que habitual. Comidas, cenas e intercambios de datos que apuntan a que el fuera mano derecha de Aguirre contaba con información puntual sobre los movimientos de sus lugartenientes. "Estoy para lo que necesites", resume De Pedro en uno de sus mensajes.

Antes de octubre de 2014 el cabecilla de la trama Púnica aún no tenía colgada esta etiqueta. Por aquel entonces Francisco Granados era uno de los hombres fuertes de Esperanza Aguirre y su consejero de confianza en el PP de Madrid. Todo esto cambió radicalmente tras quedar destapadas sus cuentas en Suiza durante el mes de febrero. En aquel momento, Granados dió una orden a su experto en redes sociales, el empresario Alejandro de Pedro. "Eliminalo todo. No quiero impertinencias", le dijo en un mensaje incorporado al sumario del caso, al que ha tenido acceso El Confidencial.

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