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Sánchez avisa de que el PSOE puede ser tercera fuerza si gana Díaz las primarias
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LA CUENTA ATRÁS DE LAS PRIMARIAS

Sánchez avisa de que el PSOE puede ser tercera fuerza si gana Díaz las primarias

El exlíder, en una entrevista en Telecinco, la primera en TV desde que es candidato, se apoya en que su proyecto es el "preferido" con claridad por los votantes socialistas, según las encuestas

Foto: Pedro Sánchez, este 17 de abril, durante la presentación del último libro del hispanista Ian Gibson, este 17 de abril en Madrid. (EFE)
Pedro Sánchez, este 17 de abril, durante la presentación del último libro del hispanista Ian Gibson, este 17 de abril en Madrid. (EFE)

El PSOE se juega "ser primera o tercera fuerza" en España. Y se lo juega en estas primarias. Este aviso, clarísimo, de Pedro Sánchez, va para los militantes, los que tendrán que elegir a su secretario general. Y con una carga de profundidad, también clarísima, hacia Susana Díaz: si ella es la que vence, el PSOE se puede despeñar y quedar tercero, adelantado incluso por Podemos.

El ex secretario general no había dado una sola entrevista en dos meses. La última se publicó el 6 de febrero, en el diario '20 minutos', y este lunes reapareció en los medios con una entrevista en 'Informativos Telecinco', conducida por el periodista Pedro Piqueras. Y quiso remarcar ese mensaje. Hasta en dos ocasiones: "Los afiliados tienen en su mano hacer que el PSOE sea primera fuerza o, si optan por otras opciones, pasar a ser la tercera", puesto que "todas las encuestas que han venido publicándose" en los últimos meses muestran que el proyecto "preferido", de manera "abrumadora" por los votantes socialistas es el que él encabeza. Y muy por detrás queda el de Díaz.

Foto: Pedro Sánchez saluda a los militantes y simpatizantes socialistas a su llegada al acto de Basauri, Bizkaia, el pasado 7 de abril. (EFE)

Es cierto: él sale mejor parado en los sondeos encargados por los medios —también por El Confidencial—, el que es señalado por los electores del PSOE, pero también lo es que el 21 de mayo quienes votan son solo los militantes —y no hay encuestas a afiliados porque solo Ferraz tiene acceso a los datos personales del censo— y que él mismo, siendo el candidato a La Moncloa, llevó a su partido a los peores resultados de su historia, tanto en las generales del 20-D como en las del 26-J, y se libró del 'sorpasso' de Podemos por muy pocos votos. Por apenas 356.308 sufragios. En aquella campaña, además, cargaba contra los sondeos que pronosticaban una caída al tercer cajón del podio, bajada que no se produjo, aunque sí el recorte de 90 a 85 escaños. Además, ahora ningún estudio avanza que el PSOE recupere la primera posición: el PP seguiría ganando.

Su proyecto busca que el PSOE "renazca, se refunde, vuelva a liderar la izquierda de este país" y sea capaz de "vertebrar el cambio político"

Sánchez defendió que él y Díaz representan "dos modelos distintos, pero no antagónicos", que "pueden convivir" dentro del PSOE. El suyo es el que quiere que el PSOE vuelva a la izquierda, mientras que "la candidatura de la gestora" desea que el partido siga "en tierra de nadie". Su proyecto busca que el PSOE "renazca, se refunde, vuelva a liderar la izquierda de este país" y sea capaz de "vertebrar el cambio político". Algo que cree que con la presidenta andaluza al frente no será posible, ya que hundirá las expectativas electorales de los socialistas, al no saber recuperar a los votantes que se marcharon a Podemos. El exlíder explicó que el PSOE ha sufrido "una crisis de identidad", ya no es visto como "la fuerza del cambio" ni tampoco ha "evolucionado", y su candidatura sí tiene "respuesta" para estos tres déficits, y su receta es que el PSOE vuelva a ser "el partido de la izquierda" en España.

No a los "clichés"

El aspirante volvió al tenebroso comité federal del 1 de octubre en el que tuvo que dimitir al ser derrotada su propuesta de congreso exprés. Aquel día fue "muy duro en lo personal", pero quiso subrayar que lo importante es la "cuestión política" —uno de sus ejes de campaña—, el "derrocamiento del secretario general por determinados dirigentes socialistas para facilitar el Gobierno de la derecha", de forma que en las primarias del 21 de mayo los militantes tendrán la "oportunidad de refrendar ese proyecto impuesto por las bravas" el 1 de octubre o bien apostar por el proyecto que "humildemente" él encabeza. Una abstención, que "se demostraría lo absurda que fue" si Mariano Rajoy logra sacar sus Presupuestos de 2017 armando una mayoría alternativa a la que le dio las llaves de La Moncloa.

Remarca que las bases tendrán la "oportunidad de refrendar ese proyecto impuesto por las bravas" el 1 de octubre o bien apostar por su propuesta

A Sánchez se le atribuye moverse ahora guiado por la ira o el afán de revancha. Él lo negó. Aspira a ser el líder de los cerca de 200.000 afiliados socialistas y a garantizar la "unidad" el día después, porque "nadie mejor" que él mismo sabe lo que significa "ser cuestionado a nivel interno", una debilidad que solo sirve para "dar armas a la derecha". El exdiputado también negó que la reivindicación constante que hace de las bases, enfrentándolas a los aparatos, ahonde la fractura interna, porque las dos "rupturas" que él ha detectado es la "quiebra de confianza" con los votantes —la falta de credibilidad, en suma, por decir "una cosa" y hacer "la contraria"— y la "quiebra de confianza" entre los afiliados y la dirigencia, puesto que "se tomó una decisión trascendental", la de facilitar la investidura de Rajoy con la abstención, "de espaldas" a los militantes, y eso "no puede volver a ocurrir". Los oficialistas, ante esa afirmación, siempre le recuerdan que pudo haber convocado aquel 1 de octubre una consulta a las bases sobre la reelección del líder del PP (que habría ganado con holgura) y no un congreso, y si eligió esta segunda vía, la que provocó que los barones le pararan los pies, fue para "blindarse" en el poder.


Para Sánchez, es falsa la dicotomía entre votantes y militantes: los dos "piensan lo mismo", y es que el PSOE sea "de izquierdas, coherente y creíble". Lo fundamental, enfatizó, es que los afiliados "reconstruyan" ahora con su voto la "unidad entre las bases y su dirigencia" y la "credibilidad con sus votantes".

Pedro Sánchez vaticina que si gana Susana Díaz las primarias el PSOE será tercera fuerza

El candidato, ataviado por cierto con una americana color berenjena, rechazó los "clichés" que le endosan, como el ser el competidor más "radical". "Yo no soy presidente por el voto contrario de Podemos", recordó, pues fue la formación morada la que se unió al PP y se negó a investirle hace un año. Sánchez dijo también que no cree que Javier Lambán, Ximo Puig o Emiliano García-Page "se hayan podemizado" por haber pactado con el partido de Pablo Iglesias para conseguir sus Gobiernos autonómicos, ni cree que Patxi López se hubiera "derechizado" por aliarse con los populares para sacar del Ejecutivo vasco al PNV en 2009 —aseveración que provocó la respuesta del exlendakari en Twitter—, ni cree que Díaz se "derechizase" por acordar su investidura con Ciudadanos.

El PSOE, esgrimió, debe ser "la alternativa a la derecha" y al tiempo tener el "diálogo como piedra angular". En su proyecto apuesta directamente por las alianzas con Podemos y con los sindicatos, aunque en la entrevista no hizo una defensa tan explícita. En sus mítines, sin embargo, sí ha intentado situar a los susanistas en la "derecha" del partido.

No habrá "choque de trenes"

También hubo palabras para López. Reconoció que fue "duro en lo personal" que él y el resto de sus colaboradores de confianza montaran otra candidatura. "Cómo no va a serlo. Saben lo que ha pasado. En lo político se equivocan", porque la "encrucijada" solo tiene dos opciones", la suya o la de la "candidatura de la gestora". Pese a esa disyuntiva, rechazó plantear las primarias como un "choque de trenes" entre él y Díaz —como alerta el exlendakari—, con la que por cierto no ha hablado telefónicamente, ni se ha intercambiado ningún mensaje, según reconoció.

Una cosa es integrar y otra cosa es integrar una ejecutiva y que el 50% te dimita para derrocarte como secretario general

Si gana el 21 de mayo, ofrece "integrar" a sus dos oponentes. Pero con esta advertencia, nada baladí: "Una cosa es integrar y otra cosa es integrar una ejecutiva y que el 50% te dimita para derrocarte como secretario general". "Espero que aprendamos la lección", recalcó, recordando lo ocurrido en los días previos al 1 de octubre y defendiendo que a un secretario general elegido por la militancia también tienen que "quitarlo los afiliados y afiliadas al PSOE".

Y si pierde, ¿montará una escisión? Sánchez respondió simplemente que exigirá "lealtad" al partido, y se la exigirá a sí mismo, porque después de estos "dos años", sabe lo que es estar cuestionado permanentemente a nivel interno". "El 21 y el 22 de mayo, gane o pierda, la palabra que se escuchará de mi boca será lealtad con el resultado y con el mandato de ese resultado", aseguró.

Piqueras le preguntó por una de las polémicas del día, sobre la que él ya se había pronunciado en Twitter: el 'tramabús' puesto en circulación por Podemos este lunes, el autocar con el que quiere "visibilizar" a los protagonistas de los vínculos políticos, económicos y mediáticos que continúan "saqueando" a los ciudadanos. En uno de los laterales del vehículo aparece pintado el rostro del primer presidente socialista en democracia.

"Uno puede discrepar de Felipe González siendo el líder de otra formación política, pero me repugna que se le vincule con tramas de corrupción como [Luis] Bárcenas o Gürtel, que afectan claramente a un partido, como es el PP". De nuevo, regresó a la fallida investidura de hace un año: "En este comportamiento de Podemos denota que hay una izquierda que está más pendiente de que no gobierne la izquierda a que gobierne la derecha. Iglesias tuvo en sus manos poder cambiar este país, y que Rajoy dejara de ser presidente. Debería hacer una reflexión autocrítica de lo que ocurrió en marzo".

Las grabaciones "obscenas" pilladas al hombre de Díaz en el Congreso

Pedro Sánchez fue interpelado por la posibilidad de que tras las segundas elecciones, las del 26-J, intentara montar un Gobierno con Podemos y las formaciones independentistas. Ese fue el argumento que blandió el número dos del Grupo Socialista en el Congreso y hombre de Susana Díaz en la Cámara baja, Miguel Ángel Heredia, en una reunión privada con miembros de Juventudes Socialistas para explicarles por qué los barones tuvieron que remangarse para derrocarle. Les había prevenido de esa maniobra, dijo Heredia, el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. Los audios de aquella cita, que tuvo lugar en noviembre de 2016, trascendieron poco antes de Semana Santa. Toxo negó radicalmente haber conversado nunca con Heredia. 

El exlíder calificó de "obscenas" las palabras del secretario general del grupo en el Parlamento, aunque no pidió su dimisión, como sí ha reclamado sin éxito su equipo. ¿Buscó un pacto con los separatistas tras las últimas generales? Defendió que "ahí están los hechos" y el voto en contra de su investidura después de las elecciones del 20-D de ERC y de la antigua Convergència (hoy PDeCAT), porque no transigió con el "derecho de autodeterminación de Cataluña". Pero Pedro Piqueras le había preguntado por lo que ocurrió tras el 26-J, y no por el 20-D. En todo caso, su propuesta, esgrimió, es resolver el conflicto soberanista por "una vía constitucional". No volvió a las palabras de su proyecto, que apuesta por fortalecer el carácter "plurinacional" del Estado

Esa mayor flexibilidad con Cataluña también la mostró en la entrevista anterior en televisión, la que concedió a Jordi Évole en 'Salvados' (La Sexta) justo después de renunciar a su escaño, en octubre. Entonces incluso argumentó que no había podido ser presidente por una conspiración de los poderes económicos, políticos y mediáticos. Y aquí incluía a Prisa, la editora de 'El País', que le fustigó sin piedad antes de su caída. Piqueras le preguntó si mantenía sus palabras. "Siempre he respetado a los medios, la pluralidad informativa, y sí he criticado algunas líneas editoriales", dijo, sin querer mojarse más ni abrir más incendios con el grupo de Juan Luis Cebrián. 

El PSOE se juega "ser primera o tercera fuerza" en España. Y se lo juega en estas primarias. Este aviso, clarísimo, de Pedro Sánchez, va para los militantes, los que tendrán que elegir a su secretario general. Y con una carga de profundidad, también clarísima, hacia Susana Díaz: si ella es la que vence, el PSOE se puede despeñar y quedar tercero, adelantado incluso por Podemos.

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