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Alsasua, misas, monarquía... Podemos consuma su giro y entierra lo transversal
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de la indefinición a las banderas de izquierda

Alsasua, misas, monarquía... Podemos consuma su giro y entierra lo transversal

La indefinición no se sostiene en el día a día de la política parlamentaria. Podemos se ha visto obligado a elegir y ha optado por girar más a la izquierda, de la mano de Izquierda Unida

Foto: Pablo Iglesias, flanqueado por Íñigo Errejón y Alberto Garzón, a su llegada al Congreso durante una sesión de investidura. (EFE)
Pablo Iglesias, flanqueado por Íñigo Errejón y Alberto Garzón, a su llegada al Congreso durante una sesión de investidura. (EFE)

Alsasua, la Iglesia, la monarquía o los homenajes a Fidel Castro. El giro político y estratégico iniciado por Podemos hace ahora medio año, y ratificado formalmente en su última asamblea ciudadana, se ha consumado en los últimos días. La transversalidad, traducida en una falta de posicionamiento político respecto a cuestiones conflictivas o generadoras de división social para evitar el choque con ciertos sectores del electorado, comienza a enterrarse en favor de posiciones más rupturistas. Una apuesta enmarcada en el medio plazo, tras haber fracasado en la guerra relámpago del 'asalto a los cielos', y forzada por su presencia en el Parlamento.

La indefinición no se sostiene en el día a día de la política parlamentaria. El máximo esplendor de la transversalidad coincidió así con la inmaculada imagen de Podemos como fuerza extraparlamentaria y con Íñigo Errejón al frente de la secretaría política, además de responsable de campañas electorales.

Foto: Íñigo Errejón y Pablo Iglesias. (Ilustración: Raúl Arias)

La irrupción de Ciudadanos se trató de contrarrestar con una mayor moderación del discurso, tras los resultados de las elecciones andaluzas que el exportavoz leyó como un fracaso debido al exceso de radicalismo. Una postura que siguió defendiendo hasta el final, pero que las bases penalizaron frente al viraje más a la izquierda del proyecto liderado por Pablo Iglesias. Fue el momento de elegir, entre el cambio descafeinado y una transformación más radical, saliendo victoriosa esta última.

La alianza con Izquierda Unida ha hecho el resto, logrando colocar en el grupo confederal de Unidos Podemos varias de las banderas de la izquierda tradicional. La supresión de las misas en TVE es una iniciativa de IU que Pablo Iglesias ha respaldado públicamente, como corresponde a su papel de presidente del grupo parlamentario. El planteamiento de un referéndum sobre la monarquía forma parte también de una batería de preguntas al Gobierno lanzadas por IU recientemente, coincidiendo con los 1.000 días del reinado de Felipe VI.

Los homenajes a Fidel Castro tras su fallecimiento marcaron en esta línea un antes y un después, si bien Iglesias reconoció "sus luces y sus sombras"

Lejos quedan los guiños de Pablo Iglesias al papa Francisco, que ovacionó su discurso en el Parlamento Europeo, o incluso a la monarquía, como cuando en su cargo de europarlamentario prefería acudir a la recepción de Felipe VI en Bruselas, y fotografiarse con él, a optar por ausentarse en la línea de los representantes de izquierda. Actitud esta última que sí replicó declinando las invitaciones de la Casa Real a los premios Príncipe de Asturias y al Palacio Real con motivo del 12 de Octubre. Eran ya tiempos de campaña interna, en la primera fase del enfrentamiento entre el pablismo y el errejonismo, coincidiendo con la batalla madrileña que disputaron Ramón Espinar, apoyado por el secretario general, y Rita Maestre, la candidata del ex número dos.

El rechazo a la monarquía o el ateísmo fijan a un sector del electorado pero expulsan a otro mayor. No son posiciones transversales, como tampoco lo son el enaltecimiento acrítico de figuras políticas ampliamente contestadas. Los homenajes a Fidel Castro tras su fallecimiento marcaron en esta línea un antes y un después, si bien Iglesias reconoció “sus luces y sus sombras”. Podemos está instalado en una nueva hoja de ruta, y frente a la estrategia del funambulismo político ha decidido mimetizarse con las identidades clásicas de la izquierda. Todo ello respaldado a nivel discursivo y estético.

Podemos está en las instituciones, tiene aliados de la izquierda tradicional y debe elegir. La indefinición 'atrapalotodo' ya no es una posibilidad

El transformismo de Podemos, más cercano a los sectores que lo auparon en sus primeros meses de vida, guarda sin embargo algunos vestigios de su periodo transversal. Este es el caso de la tauromaquia, cuyo rechazo es otra de las banderas habituales de la izquierda clásica y que Podemos se sigue resistiendo a enarbolar.

Recientemente, la portavoz Irene Montero echaba mano del argumentario transversal en un acto celebrado por la revista 'Mongolia' en el que se preguntaba sobre la posición de Podemos sobre la tauromaquia: “Tiene mucho rechazo y respaldo popular en según qué sitios y tradiciones. Los partidos no tenemos que tener todas las soluciones a todas las cosas”. Montero evitaba así posicionarse vinculando las soluciones a “un debate ciudadano” en lugar de que las “decrete un partido”.

"Los partidos no tenemos que tener todas las soluciones a todas las cosas", reconoció Irene Montero preguntada sobre la tauromaquia

Las apelaciones al patriotismo son otro vestigio de la “hipótesis populista” y siguen presentes en el discurso de Podemos. La última acepción que han añadido a este significado vacío es la del patriotismo empresarial, es decir, de los pequeños y medianos empresarios patrios frente a los del Ibex 35 o, lo que es lo mismo para los voceros de la formación, “la trama”.

Más polémica y criticada ha sido su adhesión a la declaración impulsada por los familiares de los detenidos en Alsasua por agredir a agentes de la Guardia Civil, seguida de unas declaraciones de la portavoz adjunta, Ione Belarra, equiparando a unos y otros como “víctimas”. Con todo, las críticas se hubiesen producido igualmente entre ciertos sectores e incluso aliados políticos si no se adhirieran, pues todos sus socios de gobierno en Navarra la respaldaron. Podemos está en las instituciones, tiene aliados electorales y debe elegir. La indefinición 'atrapalotodo' ya no es una posibilidad.

Alsasua, la Iglesia, la monarquía o los homenajes a Fidel Castro. El giro político y estratégico iniciado por Podemos hace ahora medio año, y ratificado formalmente en su última asamblea ciudadana, se ha consumado en los últimos días. La transversalidad, traducida en una falta de posicionamiento político respecto a cuestiones conflictivas o generadoras de división social para evitar el choque con ciertos sectores del electorado, comienza a enterrarse en favor de posiciones más rupturistas. Una apuesta enmarcada en el medio plazo, tras haber fracasado en la guerra relámpago del 'asalto a los cielos', y forzada por su presencia en el Parlamento.

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