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Maillo y Villegas, encargados de atajar la crisis de Murcia en medio de la guerra PP-C's
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MOMENTO DIFÍCIL PARA LOS SOCIOS DE INVESTIDURA

Maillo y Villegas, encargados de atajar la crisis de Murcia en medio de la guerra PP-C's

La crisis de Murcia va camino de convertirse en la guinda de los desencuentros entre PP y C's. Sus interlocutores intentan 'salvar los muebles' mientras empeora la relación entre partidos

Foto: El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, junto al secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. (EFE)
El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, junto al secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. (EFE)

Que la relación entre PP y Ciudadanos atraviesa sus momentos más difíciles no es ningún secreto. El portavoz parlamentario naranja reconocía que la "desconfianza" ha aumentado entre ambos, sobre todo ante el incumplimiento del partido del Gobierno en las exigencias de regeneración firmadas en el pacto de investidura el pasado verano. La guerra en que están sumidos se plasmó nuevamente este miércoles en el Congreso, primero en un enfrentamiento directo entre Mariano Rajoy y Albert Rivera a causa de la investigación sobre la financiación del PP, que los de centro quieren abrir en sede parlamentaria. Horas más tarde, Ciudadanos se retrataba con PSOE y Unidos Podemos para ponerla en marcha ante la enésima negativa de los populares, que optaron por registrar una bajo su propio sello y que afecta a todas las formaciones políticas, intentando diluir su causa.

Entretanto, la crisis institucional abierta en Murcia continúa copando el esfuerzo de los interlocutores designados por ambas formaciones —el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, y el secretario general naranja, José Manuel Villegas—, encargados de buscar soluciones a lo que se puede convertir en la guinda del desencuentro ciudadano-popular. Y es que después de las primeras conversaciones entre los centristas y el PSOE murciano para iniciar el mecanismo de una moción de censura contra el presidente de Murcia, Pedro Antonio Sánchez —imputado en el caso Auditorio—, el PP ha hecho llegar a Rivera el mensaje de que está dispuesto a convocar elecciones en la comunidad antes de que se materialice cualquier acuerdo tripartito entre los socialistas, Podemos y el partido de centro.

En fuentes de los populares, reiteran su apoyo a Sánchez —al menos hasta que se produzca lo que consideran su ‘imputación formal’, es decir, la apertura de juicio oral— frente al ultimátum de Ciudadanos, que puso la fecha del 27 de marzo como límite para el relevo del presidente autonómico y reiterando su amenaza de pactar con el PSOE un candidato socialista para una moción de censura que, a su vez, tendría la única finalidad de convocar nuevos comicios, según explican desde la formación naranja.

En el PP son conscientes de que la consumación de una moción de censura impediría el adelanto de elecciones, y por ello reiteran que no darán tiempo a que fragüe ningún acuerdo entre los grupos de la oposición con Sánchez. El presidente de la comunidad es además el único candidato para dirigir a los populares murcianos que se presentará al inminente congreso regional de la formación, convocado para la próxima semana.

El plan del PP local, que cuenta con el aval del aparato de Génova, consiste en disolver la Cámara autonómica inmediatamente, antes de cualquier moción de censura, si Ciudadanos insiste en seguir adelante. Sánchez volvería a presentarse con el fin de rentabilizar el “acoso judicial” del PSOE (16 iniciativas en los tribunales) contra su persona e intentar alcanzar la mayoría absoluta en las urnas, un escaño más que los obtenidos en los comicios de mayo de 2015. La apuesta de los populares parte de la premisa de que en los próximos días el tribunal archivará la causa contra su presidente autonómico.

Cosa distinta piensan en Ciudadanos, según explican fuentes de la cúpula, al mostrarse convencidos de que la decisión judicial podría retrasarse incluso meses, teniendo en cuenta la reciente aportación de nueva documentación, que requerirá de un estudio sosegado. Por eso, Rivera y los suyos insisten en que el PP debe cambiar a su presidente y designar a otro compañero de Sánchez o seguirá adelante con la moción de censura planteada junto al PSOE.

Aun así, el propósito de esta moción no sería otro que la celebración de elecciones anticipadas. Según explicaron fuentes de la cúpula, el acuerdo al que llegarían con los socialistas —y en el que estaría Podemos necesariamente— pasaría por designar un candidato de consenso para arrebatar la presidencia al dirigente conservador y que de forma inmediata se disuelva el Parlamento autonómico. El propio Rivera aseguró que si Sánchez no se marcha, “o el PP convoca elecciones o lo haremos desde la oposición”, por lo que el adelanto de comicios es en estos momentos la opción más probable en la Región.

En el partido de centro, estudian ya las posibles consecuencias de ese escenario y no lo valoran de forma negativa, pese a ser conscientes de que el PP luchará por la mayoría absoluta. Sobre todo porque la nueva ley electoral —ya en vigor— elimina los cinco distritos anteriores, que quedan sustituidos por una circunscripción única, lo que facilita el acceso a los escaños. En otras palabras, manteniendo el mismo porcentaje de voto, Ciudadanos podría acceder a dos o tres diputados más en la asamblea autonómica.

En todo caso, el partido de centro no contempla recular con respecto a Sánchez, excepto si el juez archivara la causa antes de que caduque el plazo del ultimátum, ya que si se produce la desimputación del presidente, no se estaría incumpliendo el acuerdo, como sucede en la actualidad. Si las cosas siguen como hasta ahora, Ciudadanos llegará hasta el final con su órdago y Murcia repetirá las elecciones en unos meses.

Que la relación entre PP y Ciudadanos atraviesa sus momentos más difíciles no es ningún secreto. El portavoz parlamentario naranja reconocía que la "desconfianza" ha aumentado entre ambos, sobre todo ante el incumplimiento del partido del Gobierno en las exigencias de regeneración firmadas en el pacto de investidura el pasado verano. La guerra en que están sumidos se plasmó nuevamente este miércoles en el Congreso, primero en un enfrentamiento directo entre Mariano Rajoy y Albert Rivera a causa de la investigación sobre la financiación del PP, que los de centro quieren abrir en sede parlamentaria. Horas más tarde, Ciudadanos se retrataba con PSOE y Unidos Podemos para ponerla en marcha ante la enésima negativa de los populares, que optaron por registrar una bajo su propio sello y que afecta a todas las formaciones políticas, intentando diluir su causa.

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