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Podemos pasa a la fase dos: abre el debate sobre la prensa e invita a ir a los tribunales
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asocia las presiones a "la trama"

Podemos pasa a la fase dos: abre el debate sobre la prensa e invita a ir a los tribunales

Iglesias pone en entredicho el prestigio de la APM invitando a que denuncie las supuestas coacciones de las personas de “su círculo” a periodistas, y Echenique traslada las presiones a "la trama"

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, responde a las preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, responde a las preguntas de los periodistas en los pasillos del Congreso. (EFE)

La política se ha convertido en una guerra por el relato, y Podemos la va ganando. La formación liderada por Pablo Iglesias se ha centrado desde sus inicios en resignificar la realidad, a través de la estrategia populista, y tras Vistalegre II ha redoblado la apuesta pasando de la casta a la trama. La reacción de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), con sus anónimas y no documentadas graves acusaciones, no ha podido facilitar más a Podemos tanto su obsesión por abrir el debate sobre los medios de comunicación como la generalización del término trama, en el que incluyen todos los poderes fácticos: políticos, económicos y mediáticos.

Foto: Pablo Iglesias interviene ante los medios de comunicación el pasado jueves en la Facultad de Filosofía de la UCM. (EFE)

La portavoz parlamentaria, Irene Montero, reconocía este martes por la mañana en público su “alegría” por poder abrir el debate sobre los medios de comunicación, sobre quién los controla y a qué intereses responden. Pablo Echenique, desde Aragón, seguía esta línea casi al mismo tiempo en que intervenía Montero en rueda de prensa, volteando las acusaciones de la APM. Según señalaba, apoyándose en un informe de la propia organización, las presiones corresponderían a los propietarios de los medios y “allegados”, no a Podemos. Tras estallar el conflicto entre el partido y los medios, como ha pasado en otras ocasiones, Podemos pasa a la segunda fase y aprovecha para introducir su punto de vista en este debate, poniendo en duda la libertad de información, que estaría coaccionada por los poderes fácticos.

Una vez allanado el terreno por sus compañeros de filas, Pablo Iglesias se lanzaba a poner en entredicho el prestigio de la APM, invitando a que denunciase las supuestas coacciones y amenazas sobre los periodistas, achacadas en el polémico comunicado a las personas de “su círculo”, excluyendo así a los dirigentes errejonistas. "Creo que cuando alguien denuncia hechos que pueden ser objeto de delitos, les invito a que lo presenten ante un tribunal y tendrá que ser un juez el que dictamine si esos objetos son constitutivos de un ilícito penal o civil o no. Si fuera que no, habría sido un juez el que diría que es mentira", explicaba en los pasillos del Congreso antes de entrar al pleno. La pelota, ahora, está en el tejado de los denunciantes y la asociación que les ha dado 'amparo', asegurando contar con pruebas en su posesión, al igual que su prestigio.

Echenique: "Más allá de las falsedades del comunicado, hay que dar la bienvenida al debate sobre las presiones de los periodistas"

El líder de la formación tampoco dudó en señalar abiertamente que si el comunicado no se traducía en una denuncia en los tribunales, “estaríamos en una situación muy extraña de que alguien haga acusaciones gravísimas sin pruebas. Tengo que decir que me alarmó enormemente que Victoria Prego [la presidenta de la AMP] dijera 'mi palabra sirve como garantía'. En una democracia y un Estado de derecho, lo que hay que hacer es presentar pruebas".

Como ha ocurrido en ocasiones anteriores, puesto que el conflicto buscado por Podemos con los medios tiene episodios periódicos, tras el revuelo informativo, la formación aprovecha para asentar su visión respecto a la salud democrática de la prensa española. Echenique asumió el papel de lanzar el argumentario, tras una breve introducción de la portavoz parlamentaria, centrada en qué haría la formación con los medios de titularidad pública para aumentar su pluralidad e independencia. El líder aragonés señaló así que, "más allá de las falsedades del comunicado, hay que dar la bienvenida al debate sobre las presiones de los periodistas en los medios".

Las supuestas amenazas a periodistas por parte de Podemos, en boca de todos

Tras subrayar que el problema de Podemos no es con los "periodistas de a pie", con quienes dijo mantener buenas relaciones, sino con los "empresarios de la comunicación que violentan el código deontológico", puso el foco en la precarización de la profesión. "Como dice un estudio de la propia APM, los propietarios presionan a sus propios trabajadores, que creemos que deberían tener mejores condiciones laborales y más libertad en su actividad, no solo por derechos laborales, sino porque una prensa libre es una garantía de que una sociedad democrática sea sana y, por tanto, mejor", añadió.

Para el secretario de Organización, las presiones serían fruto de lo que han venido a denominar trama. Es decir, "vienen por un lado de sus dueños [de los medios], del poder económico que paga la publicidad y de los partidos que están en el Gobierno, con leyes como la 'ley mordaza' y a través de la publicidad institucional". Echenique achacó el comunicado de la APM a una "operación mediática" y excluyó a Podemos de cualquier responsabilidad, "porque no gobernamos ni hacemos publicidad institucional".

La labor de Podemos para marcar el relato y cuestionar el papel de los medios de comunicación se complementa a través de las redes sociales. En estas, cuentan con las denominadas 'brigadas moradas', que según explicaba el propio Iglesias en un encuentro con estos ciberactivistas, se centran en intercambiar información, debatir y, sobre todo, “combatir esos marcos e ideas que se imponen históricamente desde el poder y que han servido para mantener relaciones sociales injustas”. Cuando se ataca a Podemos, continuaba Iglesias, "hay decenas de miles de personas que solo con un teléfono móvil están dispuestas a discutir tranquilamente sus ideas con otros en esos espacios y que, curiosamente, en esos espacios cada vez hay más gente que está de acuerdo con nuestras razones”. La guerra por el relato sigue su curso, mientras Podemos consigue avanzar posiciones con facilidad.

La política se ha convertido en una guerra por el relato, y Podemos la va ganando. La formación liderada por Pablo Iglesias se ha centrado desde sus inicios en resignificar la realidad, a través de la estrategia populista, y tras Vistalegre II ha redoblado la apuesta pasando de la casta a la trama. La reacción de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), con sus anónimas y no documentadas graves acusaciones, no ha podido facilitar más a Podemos tanto su obsesión por abrir el debate sobre los medios de comunicación como la generalización del término trama, en el que incluyen todos los poderes fácticos: políticos, económicos y mediáticos.

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