Es noticia
De la 'guerrilla' ciberactivista a las 'brigadas moradas': así manda Podemos en las redes
  1. España
CAMPAÑAS Y CONTRACAMPAÑAS EN LAS REDES

De la 'guerrilla' ciberactivista a las 'brigadas moradas': así manda Podemos en las redes

La conflictiva relación de Podemos con los medios se remonta a sus orígenes. Una confrontación buscada para la que el partido cuenta con un ejército de activistas digitales

Foto: La portavoz parlamentaria de Podemos, Irene Montero, durante un encuentro con sus seguidores en redes sociales. (EFE)
La portavoz parlamentaria de Podemos, Irene Montero, durante un encuentro con sus seguidores en redes sociales. (EFE)

"Existe un auténtico activismo en las redes sociales que es invisible y que es una forma muy innovadora para cambiar la política de este país". Esta afirmación la lanzaba Pablo Iglesias en un encuentro con 300 de sus seguidores más influyentes en redes sociales el pasado mes de enero, y a quienes él mismo apodó como “brigadas moradas”. Una denominación con connotaciones bélicas, en línea con los conceptos estratégicos del partido (“la política es tanto boxeo como ajedrez”), que hace referencia a la estrategia de contrainformación y respuesta rápida ante situaciones de crisis comunicativas que afectan a la imagen de la formación.

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (d), el diputado Íñigo Errejón (c) y la portavoz parlamentaria, Irene Montero (i). (EFE)

Como explicaba el líder de Podemos en el mismo encuentro, la labor de estas brigadas se centra en intercambiar información, debatir y, sobre todo, “combatir esos marcos e ideas que se imponen históricamente desde el poder y que han servido para mantener relaciones sociales injustas”. Una lectura que coincide con las ideas fuerza de los manuales de comunicación política digital, según los cuales la opinión pública ya no es tanto la opinión publicada, sino la compartida en las redes sociales. Cada seguidor es un medio de comunicación en sí mismo que, coordinándose bajo unas mismas pautas, puede acabar influyendo en la esfera pública, ya sea para fijar una idea o contrarrestar un ataque.

[Cuatro casos de ataques en redes sociales a periodistas que cubren Podemos]

La denominada guerrilla comunicativa de Podemos fue en los orígenes de la formación la vanguardia de esta estrategia en redes. Desde el canal público de Telegram 'Guerrilla', donde tras visibilizarse en los medios sus gestores decidieron guardarse el derecho de admisión, se fijaban los “colaboradores”, las horas, mensajes, 'hastags', e incluso se aportaban recursos gráficos, para lanzar una determinada campaña o contracampaña.

Foto: Pablo Iglesias interviene ante los medios de comunicación el pasado jueves en la Facultad de Filosofía de la UCM. (EFE)

Los principales 'trending topic' que logró fijar el partido durante sus primeros dos años de vida, obligando así a los medios tradicionales a hacerse eco de ellos, llevan su firma. Con una 'guerrilla' de entre 300 y 400 usuarios, era suficiente para poner en circulación un mensaje que luego se multiplicaba por acción del resto de seguidores más pasivos (la cuenta de Podemos rebasa ya los más de 1.173.000 seguidores, y la personal de Pablo Iglesias roza los dos millones).

Las supuestas amenazas a periodistas por parte de Podemos en boca de todos

Con el paso del tiempo, y tras romperse el vínculo con 'Guerrilla' por su alineamiento con el número dos del partido, Íñigo Errejón, su papel fue asumido directamente por los dirigentes del partido, también con cuentas públicas de difusión en Telegram. En ocasiones, a través de señalamientos públicos a rivales políticos, medios o periodistas, a los que se suman sus seguidores como una bola de nieve distribuida que logra multiplicar su impacto. Después de una entrevista televisiva o una intervención parlamentaria, se seleccionan los extractos del discurso que más interesen difundir y los que ocultar para que el ejército de cibervoluntarios haga su trabajo en las redes, realizando así su propia labor de selección y jerarquización informativa.

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias, responde a las preguntas de los periodistas en los pasillos de Congreso de los Diputados. (EFE)
TE PUEDE INTERESAR
Cuatro casos de ataques en redes sociales a periodistas que cubren Podemos
Datos y Gráficos: Daniele Grasso y Cristina Suárez

Los ejemplos son numerosos, desde la famosa "máquina del fango" para responder a las filtraciones sobre la compra-venta de un piso de Ramón Espinar o las acusaciones públicas a determinados grupos mediáticos, y han llegado a generar encendidos debates sobre la relación de Podemos con los medios de comunicación. Los límites, según la opinión de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), se habrían rebasado, al denunciar a través de un comunicado una “campaña sistematizada de acoso personal y en redes que viene llevando a cabo contra profesionales de distintos medios, a los que amedrenta y amenaza cuando está en desacuerdo con sus informaciones”.

Cuando se ataca a Podemos, hay decenas de miles de personas que solo con un teléfono móvil están dispuestas a discutir tranquilamente sus ideas

Otros partidos han intentado emular esta innovadora estrategia, sobre todo aquellos con más dificultad para influir en la agenda política y mediática, como es el caso de Ciudadanos (su canal de Telegram recibió el nombre de 'Patrulla', pero sin la misma visibilidad ni efectividad). Y es que pocos son los expertos en comunicación política que dudan a estas alturas sobre el papel central de los entornos digitales a la hora de marcar la agenda informativa, y especialmente de Podemos, que ha conseguido situar en el centro o darles la vuelta a campañas como la de la APM, al final la peor parada en términos de imagen a tenor de la conversación generada en las redes sociales. “Nosotros hemos nacido con la tecnología, fundamentalmente aplicada a las redes sociales, y les llevamos mucha ventaja”, se jactaba el secretario general ante los cibervoluntarios.

La conflictiva relación de Podemos con los medios se remonta prácticamente a sus orígenes. Ahora que están fijando un nuevo concepto, pasando de la casta a la trama, que incluiría tanto a los poderes políticos y financieros como a los medios de comunicación, la campaña de la APM no ha podido ser más oportuna, aunque quizá vehicule hacia sus intereses reforzando sus argumentos. Como ya sucedió cuando se lanzó la primera gran campaña contra los medios no afines, señalando y ensañándose contra un redactor del diario 'El Mundo', Iglesias aprovechó las críticas para movilizar a los cibervoluntarios y focalizar su ira hacia quienes, en su opinión, publican noticias falsas para dañar al partido.

Foto: El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE) Opinión
TE PUEDE INTERESAR
El asalto a la prensa de Podemos
Juan Ramón Rallo

"Creo que también debo decir que me ha sorprendido el ver miles de ciudadanos en las redes sociales que han hecho algunas críticas que quizá yo no debería hacer directamente, pero que seguramente son legítimas, y eso me hace pensar también que hay mucha gente con muchas ganas de plantear determinadas cosas y mucha gente muy enfadada con algunas cosas que han ocurrido en España en los últimos años", reflexionó el líder del partido. Unas horas antes, cuestionada también por la polémica, Carolina Bescansa había demandado la necesidad de "abrir un debate sobre cómo funcionan los medios por dentro". Si se siguen las mismas pautas, no es de extrañar que en los próximos días, y en un contexto de fijar 'la trama' como concepto fetiche, se aproveche para redoblar la ofensiva. La polarización, del ellos frente al nosotros, vuelve a experimentar otro pico.

Nosotros hemos nacido con la tecnología, fundamentalmente aplicada a las redes sociales, y les llevamos mucha ventaja

El secretario de Organización, Pablo Echenique, ya apuntaba hacia este contraataque preguntado por el comunicado de la APM tras la reunión de la ejecutiva: “Decir que en el país de la Ley Mordaza; en el que el 75% de los periodistas, según la propia APM, reconocen recibir presiones por parte no de los partidos sino de los jefes y propietarios de los medios; un país en el cual vimos cómo se echaba a Jesús Cintora como presentador, o un país en el cual Jiménez Losantos amenaza con dispararnos con una escopeta, ha sorprendido bastante”. Una respuesta en la que aportaba diferentes tipos de munición con los que engrosar los tuits contra la APM, que no habría hecho nada ni lanzado comunicados por esta serie de cuestiones.

En la arenga lanzada por Iglesias a las 'brigadas moradas' en su último encuentro, lo reconocía así: “Vosotros sois lo más eficaz, lo más importante que tenemos, y creo que esto lo reconocen nuestros propios adversarios, que cuando se ataca a Podemos hay decenas de miles de personas que solo con un teléfono móvil están dispuestas a discutir tranquilamente sus ideas con otros en esos espacios y que, curiosamente, en esos espacios cada vez hay más gente que está de acuerdo con nuestras razones”. Y es que el número importa para ganar una batalla discursiva en las redes, tanto de seguidores que repliquen un mensaje como de la influencia que estos ejercen a su vez entre sus seguidores.

Los encuentros físicos con las 'brigadas moradas' los inauguró Irene Montero en diciembre del pasado año. Entonces organizó unas jornadas en el Congreso de los Diputados en que les transmitió su agradecimiento por “conseguir hacer fácil lo que a veces las élites nos ponen un poco más difícil”. Podemos es un partido nativo digital, y desde su irrupción mostró como principal fortaleza la capacidad para manejarse en una nueva realidad que es fundamental para ganar tanto la partida de ajedrez como de boxeo con las que Iglesias asocia la política.

"Existe un auténtico activismo en las redes sociales que es invisible y que es una forma muy innovadora para cambiar la política de este país". Esta afirmación la lanzaba Pablo Iglesias en un encuentro con 300 de sus seguidores más influyentes en redes sociales el pasado mes de enero, y a quienes él mismo apodó como “brigadas moradas”. Una denominación con connotaciones bélicas, en línea con los conceptos estratégicos del partido (“la política es tanto boxeo como ajedrez”), que hace referencia a la estrategia de contrainformación y respuesta rápida ante situaciones de crisis comunicativas que afectan a la imagen de la formación.

Irene Montero Comunicación política
El redactor recomienda