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Así funciona el mayor prostíbulo de Madrid: licencia de gimnasio y gestora de avicultura
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solo una inspección a vive madrid en un año

Así funciona el mayor prostíbulo de Madrid: licencia de gimnasio y gestora de avicultura

Vive Madrid, cuyo propietario fue detenido por la UDEF, apenas ha sido inspeccionado por la Policía Municipal en el último año, en contraste con otros locales de la capital

Foto: Una de las estancias con jacuzzi y cama en la parte baja del local. (Foto: vive-madrid.com)
Una de las estancias con jacuzzi y cama en la parte baja del local. (Foto: vive-madrid.com)

El mayor prostíbulo de Madrid funciona con una licencia de gimnasio. El local, situado en pleno centro de la capital de España, se divide en dos espacios diferenciados. Por un lado, el denominado Nirvana, repleto de supuestas masajistas y salas privadas, que es el establecimiento que funciona con la citada licencia de gimnasio. El segundo, el conocido propiamente como Vive Madrid, un sitio que opera con dos declaraciones de responsabilidad —solicitudes de licencia no resueltas pero que permiten desempeñar la actividad—, una de discoteca y otra de sala de fiestas. Estas dos últimas declaraciones son incompatibles entre sí. En el momento en que el ayuntamiento le entregue la licencia, deberá decantarse solo por una de las dos solicitudes.

Vive y Nirvana son dos espacios conectados y en la práctica no diferenciados por los clientes, que acceden de uno a otro sin apenas solución de continuidad. Nirvana, sin embargo, cuenta con la peculiaridad de estar explotado por una mercantil con un objeto social que poco tiene que ver con la actividad real que tiene lugar en el establecimiento. Según el Registro Mercantil, la sociedad Natural Events —que tiene la titularidad de las actividades de Nirvana— está dedicada a la avicultura, es decir, a la cría de aves, algo muy alejado de lo que ocurre verdaderamente entre las paredes del edificio.

En su web, sin embargo, Vive se define como "club de espectáculo erótico". "Cada día nos visitan hermosas chicas esperando conocerte", revela en el portal el propio establecimiento, que el próximo 28 de febrero celebra su 13 aniversario. Las fuentes consultadas explican que las mujeres que ofrecen su cuerpo en Vive pagan una cuota al local por entrar para captar clientes y luego tienen la opción de quedarse para realizar el servicio en las propias instalaciones o marcharse a su casa, de ahí el elevado número de taxis que hay en la puerta cada noche.

A pesar de esta peculiar situación, el local apenas recibe la visita de la Policía Municipal de Madrid. Tan solo una vez en el último año han acudido a Vive Madrid funcionarios de la corporación dirigida por Andrés Serrano para inspeccionar el establecimiento. Un escaso número de controles en comparación con el que han recibido otros locales como la Sala Lab, vinculada al condenado por el Madrid Arena Miguel Ángel Flores, que desde que abrió el pasado diciembre con licencia de restaurante espectáculo ha recibido media docena de visitas.

"El modelo de club de alterne de media-alta gama [como Vive Madrid] se ha convertido en el más sofisticado de explotación sexual ajena"

Fuentes del sector explican que, desde que el Ayuntamiento de Madrid permitió durante la época de Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde que los locales pudieran empezar a funcionar con declaraciones de responsabilidad, esta figura se ha convertido en un auténtico coladero. La mayor parte de locales que funcionan en la capital tienen solo este tipo de permiso municipal, que en el fondo no es más que una declaración de intenciones del propietario del local de que va a actuar bajo los parámetros que contempla la ley para la licencia que solicita, según explican las mismas fuentes.

La Agencia de Actividades (ADA) del Ayuntamiento de Madrid, que tiene el objeto de tramitar "los procedimientos necesarios para implantar o modificar una actividad", como señala la propia web del consistorio, se encarga de centralizar la concesión de licencias y declaraciones responsables a través de dos empresas de intermediarios. Este organismo actualmente permite que haya locales que se tiren durante incluso años con la mera autorización de la citada declaración responsable.

El dueño de Vive, Ángel C. G., fue detenido e imputado en el marco de la operación Pompeya, desarrollada por la Policía Nacional en junio de 2015. La actuación destapó una trama de fraude financiero y blanqueo de capitales en una docena de macroprostíbulos de toda España, entre los que se encontraba Vive, en torno a los datáfonos con los que los clientes pagaban los servicios, que realmente servían para ocultar los abonos por medio de una empresa que coordinaba a la docena de burdeles.

"El funcionamiento de los clubes de alterne de media-alta gama [como Vive] se ha convertido en los últimos años en el modelo más sofisticado de explotación sexual ajena, con una disminución de efectos colaterales para quienes los explotan, habida cuenta de la evolución de la lucha contra estas actividades", expuso la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional, que llevó a cabo las diligencias de investigación de la operación Pompeya, y también investigó el papel que tenían varios lugartenientes de Ángel C. G. en Vive.

El mayor prostíbulo de Madrid funciona con una licencia de gimnasio. El local, situado en pleno centro de la capital de España, se divide en dos espacios diferenciados. Por un lado, el denominado Nirvana, repleto de supuestas masajistas y salas privadas, que es el establecimiento que funciona con la citada licencia de gimnasio. El segundo, el conocido propiamente como Vive Madrid, un sitio que opera con dos declaraciones de responsabilidad —solicitudes de licencia no resueltas pero que permiten desempeñar la actividad—, una de discoteca y otra de sala de fiestas. Estas dos últimas declaraciones son incompatibles entre sí. En el momento en que el ayuntamiento le entregue la licencia, deberá decantarse solo por una de las dos solicitudes.

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