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Nóos: temor y nervios en el entorno de la Infanta ante una sentencia "ejemplarizante"
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A LAS 12 SE CONOCERÁ EL FALLO

Nóos: temor y nervios en el entorno de la Infanta ante una sentencia "ejemplarizante"

A las 12 se conoce la sentencia del histórico juicio que marcó un antes y un después en la Casa Real y, sobre todo, supuso el distanciamiento tajante entre Felipe VI y su hermana

Foto: La infanta Cristina, la reina Letizia -entonces princesa- y Felipe VI en una imagen de archivo. (EFE)
La infanta Cristina, la reina Letizia -entonces princesa- y Felipe VI en una imagen de archivo. (EFE)

Este mediodía la Audiencia de Palma dará a conocer la sentencia de un juicio histórico, el relativo al caso Nòos que, fuera de toda duda, ha sido el proceso más perjudicial y complicado para la Monarquía en este país. La implicación formal de la infanta Cristina en abril de 2013 cuando el juez Castro la imputó por primera vez por dos delitos fiscales, marcó un antes y un después en la Casa Real y, sobre todo, en la relación con su hermano, hoy Rey de España.

La Jefatura del Estado espera dar por concluida su estapa más dura, aunque el contenido del fallo será crucial en este sentido y, según ha podido saber este diario, el entorno de la Infanta afronta con dudas e inquietud la cuenta atrás. Sobre todo teniendo en cuenta el precedente que podrían sentar otras sentencias "ejemplarizantes" recientes como ha sucedido con la primera condena por la trama Gürtel valenciana. En el ámbito de la defensa de doña Cristina, capitaneada por Miquel Roca, no se descarta, por tanto, la posibilidad de que Iñaki Urdangarin pudiera entrar en prisión de forma inmediata y, sobre todo, se preparan para jornadas maratonianas de trabajo teniendo en cuenta que cuentan solo con cinco días para preparar los recursos una vez se conozca el fallo.

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En realidad, el distanciamiento entre la hija menor de Juan Carlos I y la institución comenzó a producirse bastante tiempo antes. La celebración de la Fiesta Nacional de 2011 fue el último acto oficial en el que estuvieron la Infanta y su marido acompañados del resto de la Familia Real. El otoño de aquel año fue el verdadero origen de todo: la Fiscalía Anticorrupción de Baleares había comenzado una investigación sobre el desvío de fondos públicos a empresas privadas, algunas de ellas propiedad de Urdangarin, a raíz de la actividad del Instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro. En diciembre el marido de la Infanta fue imputado.

A partir de aquel momento, la hermana de Felipe VI fue apartada de toda agenda institucional y sus apariciones hasta ahora, seis años después, han sido absolutamente puntuales. Ejemplo de ello fueron las tres últimas operaciones del rey emérito entre 2012 y 2013, durante las que la Infanta y los actuales Reyes coincidieron en el hospital aunque evitaron la fotografía conjunta.

El punto de inflexión llegó sin duda en junio de 2015 cuando, a punto de cumplir su primer año de reinado, Felipe VI revocó a su hermana el título de Duquesa de Palma en un gesto sin precedentes en la Jefatura del Estado. El golpe de efecto del recién llegado al trono iba encaminado a una demostración de ejemplaridad ante la sociedad española, tras años de dificultades en los que la imagen de la Monarquía se había visto deteriorada. Aunque el empeño de Felipe VI y la reina Letizia por marcar distancias se hizo patente ya durante la última etapa de Juan Carlos al frente de la Corona, a partir de aquel momento fue tajante.

La marcha de Cristina de Borbón y su familia a Ginebra en 2013 ayudó en tanto a que su presencia en España -al menos lo que trascendió a la opinión pública- fue casi imperceptible y solo se conocieron encuentros con su madre, la reina Sofía, que públicamente defendió acudir a eventos familiares como el cumpleaños de sus nietos. La ausencia de la Infanta en la proclamación de Felipe VI, en junio de 2014, fue la más notable de todas coincidiendo con el momento en que ella y su hermana Elena dejaban de formar parte de la Familia Real para convertirse en 'familia del Rey'.

El último golpe a la institución llegó en marzo del pasado año con la imagen histórica de una Infanta de España sentada en el banquillo de los acusados. En su declaración, Cristina -como también su marido- insistió en sobreexponer a la Casa Real, al afirmar que estaba al corriente de todas sus actividades. Urdangarin incluso señaló el conocimiento directo del rey emérito admitiendo reuniones periódicas con el abogado de don Juan Carlos, José Manuel Romero -conde de Fontao- "para ver cómo iban las cosas".

Aún así, aquellas declaraciones de las que están a punto de cumplirse un año, no hicieron sino reforzar el distanciamiento de Felipe VI con su hermana y su cuñado, además de evidenciar la existencia de 'dos Casas reales'. Todas las personas a las que doña Cristina apuntó como su círculo de confianza ante las magistradas -Romero, Carlos García Revenga y Federico Rubio, asesor fiscal de Zarzuela y hombre que controlaba las cuentas del monarca- pertenecen a la etapa del rey Juan Carlos al frente de la Corona. "Todo lo que hacíamos estaba controlado por los asesores", afirmó entonces la Infanta.

Ninguno de los citados, como tampoco otros, permanecen hoy junto a Felipe VI después de que el Rey diseñara el nuevo organigrama de la institución con personas pertenecientes a su entorno más cercano y con el objetivo de renovar la Casa Real a todos los efectos. De hecho, la 'actual' institución con don Felipe al frente se ha visto completamente al margen de toda relación con el caso Nóos e incluso con el matrimonio Urdangarin-Borbón, como consecuencia de la contundente actuación del actual Rey, que aún siendo Príncipe, se mostró crítico con la situación que atravesaba su hermana y su cuñado, y que agudizó asumiendo su papel de monarca.

Este mediodía la Audiencia de Palma dará a conocer la sentencia de un juicio histórico, el relativo al caso Nòos que, fuera de toda duda, ha sido el proceso más perjudicial y complicado para la Monarquía en este país. La implicación formal de la infanta Cristina en abril de 2013 cuando el juez Castro la imputó por primera vez por dos delitos fiscales, marcó un antes y un después en la Casa Real y, sobre todo, en la relación con su hermano, hoy Rey de España.

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