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Rivera se arma para afianzar a sus votantes de centro y resistir a los ataques del PP
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LA BATALLA ELECTORAL TRAS LOS CONGRESOS

Rivera se arma para afianzar a sus votantes de centro y resistir a los ataques del PP

El PP tiene claro su objetivo: recuperar el centro-derecha. Ciudadanos confía en su suelo electoral y se propone afianzar a sus votantes. El crecimiento llegará a largo plazo

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (d), junto a sus compañeros de partido Juan Carlos Girauta (2d), Melisa Rodríguez, José Manuel Villegas (2i) y Miguel Ángel Gutiérrez, en el Congreso. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (d), junto a sus compañeros de partido Juan Carlos Girauta (2d), Melisa Rodríguez, José Manuel Villegas (2i) y Miguel Ángel Gutiérrez, en el Congreso. (EFE)

Los congresos nacionales de los partidos —a excepción del PSOE, cuyo turno no llega hasta el mes de junio— han dejado una conclusión clara encima de la mesa: las formaciones comienzan a armarse para enfrentar el próximo proceso electoral de 2019. La batalla por el centro-derecha está asegurada. Si la pasada semana Albert Rivera confirmaba que Ciudadanos dedicará estos dos años a prepararse para entrar en todos los gobiernos que sea posible, el PP concluyó este domingo su cónclave haciendo un llamamiento a la movilización de los populares para recuperar los votantes perdidos y volver a acariciar la mayoría absoluta. Unas declaraciones que no sientan bien en el partido de centro, cuya estrategia pasará por fidelizar al máximo sus votantes y consolidar el centro en España.

En las elecciones del 26-J, en que el PP subió cuatro puntos y medio sumando 14 diputados con respecto a las generales de diciembre, Ciudadanos apenas bajó un 0,8% sus votos, aunque esto le costó ocho escaños (de 40 pasó a 32). Las encuestas más recientes auguran leves caídas en el partido de centro —el CIS de febrero le da un 12,4% del voto y el del pasado octubre garantizaba a la formación naranja el 12,8% de los electores—. En todo caso, el partido de Rivera tiene como principal objetivo afianzar el suelo electoral con el que cuenta, que no sería inferior al 12%. En la ejecutiva naranja, señalan "el temor" de los conservadores que "añoran" el tiempo de las mayorías absolutas y que a ojos de los centristas no volverán. "El PP no quiere ver que esto ha cambiado y que va a seguir siendo así. Nosotros hemos llegado para quedarnos", insisten.

Aunque el mandato del presidente del partido es "ganar", como insistió en la asamblea general celebrada en Coslada (Madrid), la cúpula naranja es consciente de que el gran reto está en consolidar a su masa de votantes para crecer en un futuro más a largo plazo. La clase media y los autónomos son la principal bandera de apoyos en Ciudadanos, pero el sector que los de centro necesitan seducir en los próximos dos años es el de los jóvenes. Un voto que en el último proceso electoral estuvo muy reñido entre Podemos y el partido naranja, y que es menos accesible a PP y PSOE.

En esa línea, la estrategia de Ciudadanos es seguir situando al partido del Gobierno como "conservador y caduco", poniendo en contraposición su ideología "liberal y progresista". Para los centristas, es esencial mostrar al PP como un partido "inmovilista y muy conservador". La corrupción seguirá siendo el principal arma de ataque para los de Rivera, aunque en las últimas elecciones el inicio de varios juicios que afectaban de lleno al PP no les pasara factura precisamente. El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, respondía al alegato de Cospedal —que llegó a afirmar en su congreso que los partidos nuevos no eran de fiar— asegurando que "lo que no es de fiar es tapar la corrupción". El número dos de Rivera concluyó con que la pérdida de votos señalada por su homóloga popular es consecuencia de "engañar a los españoles, no ser valientes y permanecer en el inmovilismo, como se ha visto en este congreso".

Evitar el debate ideológico: el centro existe

Ciudadanos no quiere que la actualización del ideario naranja —que confirmó su ideología de liberalismo progresista en la asamblea general y retiró el término 'socialdemocracia'— se vea politizado. Dirigentes de la ejecutiva aseguran que no se trata de un giro hacia el centro-derecha, y matizan que en realidad lo que ha hecho el partido es plasmar sobre el papel el ideario puesto en práctica desde hace años. El nacimiento de Ciudadanos, insisten, "sí bebía del liberalismo progresista y la socialdemocracia, pero sería absurdo identificarnos hoy en día con lo segundo". El portavoz naranja el Congreso, Juan Carlos Girauta, así lo reconocía en una entrevista con este diario.

Lo cierto es que el partido de Rivera ha puesto al día sus valores, pero insiste en no entrar al debate puramente ideológico. Para la formación naranja, es fundamental seguir en el espacio de "lo nuevo y lo viejo", evitando en entrar en "derechas e izquierdas". Sin embargo, la hoja de ruta explicada por Rivera en la asamblea del pasado fin de semana y en la presentación del nuevo comité ejecutivo días antes hablaba en todo momento de "ganar a los conservadores" para no conformarse con "pactar" y entrar en gobiernos, sino "liderarlos". De ahí que la batalla del centro-derecha sea la verdadera cuestión en la guerra electoral de autonómicas y municipales de 2019.

Los congresos nacionales de los partidos —a excepción del PSOE, cuyo turno no llega hasta el mes de junio— han dejado una conclusión clara encima de la mesa: las formaciones comienzan a armarse para enfrentar el próximo proceso electoral de 2019. La batalla por el centro-derecha está asegurada. Si la pasada semana Albert Rivera confirmaba que Ciudadanos dedicará estos dos años a prepararse para entrar en todos los gobiernos que sea posible, el PP concluyó este domingo su cónclave haciendo un llamamiento a la movilización de los populares para recuperar los votantes perdidos y volver a acariciar la mayoría absoluta. Unas declaraciones que no sientan bien en el partido de centro, cuya estrategia pasará por fidelizar al máximo sus votantes y consolidar el centro en España.

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