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El Supremo deja impune la pesca 'pirata' en alta mar: así escapó el clan Vidal de la justicia
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EL SUMARIO EN LA AUDIENCIA NACIONAL

El Supremo deja impune la pesca 'pirata' en alta mar: así escapó el clan Vidal de la justicia

La Guardia Civil cifra en 86 millones el botín conseguido por la familia gallega con la merluza antártica. Interpol, Australia y Nueva Zelanda ayudaron a España en la operación frustrada

Foto: Pesca de merluza negra en la Antártida en el 'Kunlun', un buque de los Vidal, fotografiada por una patrullera de Nueva Zelanda.
Pesca de merluza negra en la Antártida en el 'Kunlun', un buque de los Vidal, fotografiada por una patrullera de Nueva Zelanda.

Los Vidal son una leyenda de los mares. Para Australia, Nueva Zelanda, la Interpol y la Guardia Civil española, están entre los clanes de pesca pirata del mundo. Sostienen que durante años han pescado merluza negra en la zona protegida de la Antártida, provocando sonoros encontronazos con patrulleras de estos países. Su suerte pareció haber cambiado en 2015, cuando por orden de la Audiencia Nacional fueron detenidos acusados de pesca ilegal, organización criminal y blanqueo. Pero los Vidal suelen caer de pie. El pasado mes de diciembre, el Supremo les dio la razón y anuló toda la investigación al considerar que no se les podía perseguir penalmente por pesca ilegal en aguas internacionales. Un magistrado emitió un voto particular en el que señaló que el procedimiento era insólito e inédito y que equivalía a permitir a españoles tirotear inmigrantes en alta mar. Con el sumario, 5.000 folios en 17 tomos de documentación a los que ha tenido acceso El Confidencial, reconstruimos una de las mayores operaciones contra la pesca pirata del mundo y su abrupto final.

Retrocedamos hasta enero de 2015. Es verano austral y tres barcos relacionado con los Vidal, el 'Songhua', 'Yongding' y 'Kunlun', hacen lo que otras veces: pescar la preciada austromerluza. Llevan años faenando allí. Son buques con aspecto andrajoso, que han cambiado tantas veces de nombre y de bandera que no es fácil seguirles la pista. Están en una zona protegida por la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), pero ellos han faenado allí antes. Enarbolan bandera de Guinea Ecuatorial y formalmente los barcos son propiedad de empresas panameñas. En la práctica, es como si eso fuera tierra de nadie. Pero esta vez los ecologistas de Sea Shepherd, patrulleras de Nueva Zelanda y Australia, los vigilan.

El 7 de enero de 2015, “una lancha de la Real Patrulla Naval de Nueva Zelanda sorprendió al 'Kunlun' pescando ilegalmente en la zona regulada por la CCRVMA. En el momento de su detección, el 'Kunlun' estaba izando unas redes de enmalle cargadas de austromerluza ('dissostichus'). La utilización de redes de enmalle es un método de pesca prohibido en el área regulada por la CCRVMA. Cuando la lancha patrullera se acercó al 'Kunlun', su tripulación siguió faenando y no dio ningún signo de que fuera a interrumpir la pesca y a abandonar la zona”, según Interpol.

Al día siguiente, el 'Kunlun' mandó un correo electrónico desde aguas antárticas a la oficina en Ribeira de Ángel Vidal Pego, conocido como 'Nano', hijo de Antonio Vidal Suárez, el patriarca, alias 'Tucho el Coyo'. “A zorra sigue o costado, aproveché que se separó un poco y arriamos baliza vamos largando la 1a de 3 y de momento no se enteró, piensa que vamos capeando proa al viento a 4 nudos. un saludo”. La Guardia Civil, que posteriormente intercepta los mensajes, los traduce: “Cuando se hace referencia a la 'zorra', se están refiriendo a: la patrullera neozelandesa 'Wellington', a los barcos de la ONG Sea Shepherd llamados 'Bob Barker' o 'San Simon', o algún otro barco como el 'Aurora australis' que se encuentre por la zona y que ellos entiendan que puede poner en riesgo la pesca”.

Los barcos tienen bandera de Guinea y dependen de firmas en Panamá. Para la Guardia Civil, los dirigen "desde España los miembros del clan familiar Vidal"

El 26 de febrero de ese año, 2015, una patrullera de Nueva Zelanda aborda el 'Kunlun'. Este almacena en su bodega 182 toneladas de merluza de profundidad, según informó más tarde Tailandia. Aunque los mandos son gallegos, formalmente el 'Kunlun' pertenece a la empresa Stanley Management LTD, con sede en Panamá. Cuando intentaron hablar con los barcos, estos contestaron con evasivas. “El capitán del 'Kunlun' indicó que pescaban colas de ratas, cangrejos y otras con redes de unas 3-4 millas de longitud, [...] que podían ir a cualquier país de África y que se encontraban realizando 'pesca experimental". Los días siguientes, la patrullera neozelandesa fotografió a los pescadores del 'Kunlun' subiendo con ganchos grandes merluzas que habían quedado atrapadas en las redes. "Veo que un pez grande que identifico como merluza negra del Antártico entra en la red. Es arponeada por la tripulación". "Veo otra merluza negra grande que requiere tres personas con un arpón cada una para arrastrarla al lateral de la embarcación", escribe en el diario de a bordo Alan Drake, oficial de vigilancia pesquera de Nueva Zelanda.

Los abordajes y el asedio de las patrulleras no afectaron a los Vidal. Sin embargo ya se había puesto en marcha una maquinaria mundial para atacar la pesca pirata en aguas antárticas y singularmente ir a por los Vidal. Los días 18,19 y 20 de agosto de ese 2015 se celebró en Singapur una cumbre sobre la pesca ilegal en la Antártida. Asistieron representantes de Tailandia, Australia, Nueva Zelanda, Malasia y la Interpol. Por España fueron dos agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil —que desde abril de ese año tenía su propia investigación sobre los Vidal— y un representante del Ministerio español de Pesca. En esa cita, Nueva Zelanda entregó a España “las hojas de actividad diaria de la patrullera 'Wellington' de la Armada de Nueva Zelanda” con fotos y vídeos, que había seguido en aguas antárticas a los buques 'Songhua', 'Yonding' y 'Kunlun'. Australia aportó la información obtenida en el abordaje del 'Kunlun'. Ninguno de esos buques tenía bandera española y encima pertenecían a empresas de Panamá, pero sus capitanes hablaban español y todos los presentes en la reunión sabían que tenían un apellido y un lugar de origen común: Vidal en Ribeira (A Coruña). Según la Guardia Civil, "todas las actividades de los barcos son acordadas y dirigidas desde España por los miembros del clan familiar 'los Vidal".

Agentes de la Guardia Civil comenzaron a hacer seguimientos ante la sede en Ribeira. Incluso recogían papeles de las bolsas de basura de las empresas de los Vidal para reconstruir documentación. En un contenedor apareció el pago de un repostaje oficialmente abonado por la empresa Millenium Trading Invest, “supuestamente en calidad de intermediaria o empresa pantalla”. En la basura frente a la sede de Ribeira también apareció la “solicitud de baja en el registro de Guinea Ecuatorial de los buques 'Songhua' y 'Yongding', efectuada por la empresa High Mountain Overseas”, con sede en Panamá. Si eran empresas panameñas, ¿qué hacían esos documentos en un contenedor en Ribeira?

No es un motivo únicamente ecologista. La pesca en la Antártida es muy lucrativa. Según los informes de la Guardia Civil, solo en enero de 2015, estos tres buques pescaron 174.356 kilos de merluza. La investigación calcula que los “beneficios antes de impuestos obtenidos por la venta del pescado capturado de forma ilegal pueden ser superiores a los 8.000.000 de euros/año”. Tras analizar las facturas incautadas en la empresa, la Guardia Civil concluyó que "los barcos 'Kunlun', 'Songhua' y 'Yongding' asociados al Grupo Vidal capturaron durante el periodo comprendido entre agosto de 2010 a marzo de 2015, un total de 5.800.198,29 kilos de merluza negra valorados en 81.080.780,24 euros". En total, los barcos del grupo capturaron merluza negra valorada en 86,99 millones de euros, principalmente en aguas antárticas protegidas. En 2013 se les hundió un barco y declararon al seguro unas pérdidas de 7,4 millones, aunque acabaron aceptando una indemnización de algo más de cinco millones.

Según la Guardia Civil, "los beneficios antes de impuestos por la venta del pescado capturado de forma ilegal pueden superar los ocho millones/año"

En marzo de 2016, casi un año después de que hubiera comenzado la investigación en secreto, agentes de la Guardia Civil y la Interpol entraban en las oficinas de los Vidal en Ribeira. La juez consideraba, como la Fiscalía, que había indicios de que eran un grupo criminal y que sus delitos de pesca ilegal podían ser perseguidos en España. Para la magistrada Carmen Lamela, “a pesar de la interposición de empresas en terceros países, la relación directa entre los buques y los investigados se encuentra totalmente contrastada”. “Carecen de autorizaciones oportunas para desarrollar su actividad, utilizan buques incluidos en las listas de buques IUU (del inglés, 'illegal, unreported, unregulated'), utilizan redes de enmalle, artes de pesca expresamente prohibidos debido a que causan graves daños al medio ambiente marino y en muchas de las especies de los recursos vivos marinos, realizan actividades de pesca comercial en zonas en las que únicamente se autoriza la pesca con fines científicos, ignoran el resto de medidas de conservación”, añadía.

Estaban investigados por "delito contra los recursos naturales y el medio ambiente", "pertenencia a grupo criminal", "blanqueo de capitales, al derivar los beneficios obtenidos de la actividad ilícita a otras empresas del grupo, de manera que los mismos queden justificados y les permita su libre disposición” y “falsedad documental, al utilizar declaraciones de carga fraudulentas en los puertos de destino de la carga, lo que les permitiría introducir el producto en el mercado legal”. Llegó a mandar a seis de ellos a prisión bajo fianza que salieron en cuanto pagaron.

“Una vez capturada la pesca, podrían estar realizando declaraciones falsas en los puertos de descarga para evitar ser detectados y facilitar la introducción de la mercancía en el mercado asiático, como apuntan las informaciones obtenidas de Tailandia y Senegal. [...] Cabe destacar los enormes beneficios que esta actividad ilícita genera”, añadía la juez. El 'Kunlun', por ejemplo, fue intervenido en Pukhet (Tailandia) el 16 de marzo de 2015, dos meses después de su encuentro con la patrullera. Entonces ya se llamaba 'Taishan'. Oficialmente había descargado “183 toneladas de mero congelado cuando en realidad se llevó a cabo la descarga de 183 toneladas de merluza de profundidad”, según un informe de la Guardia Civil que figura en el sumario.

A los Vidal hay que reconocerles arrojo. El 'Kunlun/Taishan' escapó del puerto el 6 de septiembre de 2015 después de haber repostado 80.000 litros de combustible. Alegaron que necesitaban fuel para mantener las cámaras frigoríficas y salieron de puerto sin enarbolar bandera alguna. Cuando llegó a Dakar, ya se llamaba 'Asian Warrior' y tenía bandera de San Vicente y Granadinas. Allí supuestamente descargó atún. La carga viajó entonces en contenedores desde Dakar a Haipong (Vietnam), donde fueron requisados por orden de la juez española después de un intenso intercambio de correos. El 21 de julio de 2016, tras analizar muestras de ADN del pescado traído desde Vietnam, el Laboratorio de Identificación Molecular del Museo Nacional de Ciencias Naturales concluyó: "Todas las muestras analizadas se corresponden con la especie 'Dissostichus mawsoni". Ni atún ni mero. Era merluza de profundidad.

En las oficinas en Ribeira, la Guardia Civil no solo encontró facturas y sellos de empresas de fuera de España, como la suiza HCA Helvetic Celtic Alimenta, que vendía el pescado, sino que aparecieron papeles que vinculaban a los Vidal con estos barcos y que permitieron reconstruir un imperio empresarial salpicado de empresas pantalla en países como Belice o Panamá. Su intereses iban desde la pesca al sector eólico. Utilizaban vehículos de alta gama, como un todoterreno Bentley Continental, una Harley-Davidson, un Porsche Cayenne automático, un BMW X6 o un Mercedes todoterreno GLK 350. Había también documentación de las reuniones de "la Familia" en la que los Vidal se dotaban de un orden del día para tratar los negocios entre todos los miembros (las comunicaciones muestran disensiones entre ellos por las crecientes investigaciones a "la Familia").

El Supremo justifica: "Podría decirse que el ciudadano español que viaja más allá de nuestras fronteras no lleva en su mochila un código penal"

Desde el primer momento, la defensa de los Vidal se centró en la forma de la investigación, en tumbar el caso alegando que la justicia española no podía perseguir la pesca en aguas internacionales. "Se entiende que los tribunales españoles carecen de jurisdicción para la instrucción y enjuiciamiento de los hechos que nos ocupan, teniendo en cuenta, como declama, que se trata del análisis de actividades pesqueras realizadas por buques abanderados y registrados en terceros países, en aguas internacionales", señaló la defensa en abril de 2016. Y añadió: "Nos encontramos además con la investigación de un supuesto caso de pesca no regulada o no reglamentada (que no ilegal, puesto que no se ha realizado en aguas bajo la jurisdicción de Estado costero alguno)".

En junio de 2016, la sala de lo penal de la Audiencia Nacional dio la razón a la juez Lamela frente al recurso de la defensa de los Vidal y permitió que siguiera investigando. El caso llegó entonces al Supremo, que el pasado 23 de diciembre tumbó toda la causa de un plumazo. En su sentencia, el alto tribunal alaba la "elogiable meticulosidad analítica" de la juez Lamela en su auto para mantener la jurisdicción sobre los Vidal, pero inmediatamente le quita la razón: "La sala entiende, sin embargo, que ni la Convención para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos del Antártico, ni los preceptos indicados de la Ley Orgánica del Poder Judicial proporcionan las bases necesarias para la proclamación jurisdiccional". Señala que en zonas como alta mar se puede perseguir penalmente narcotráfico, tráfico de personas y otros delitos, pero no pesca. La jurisdicción universal está mutilada.

La sala puso un símil. "De forma bien plástica, podría decirse que el ciudadano español o el extranjero naturalizado que viajan más allá de nuestras fronteras no llevan en su mochila un código penal". En este caso, añadió, "el hecho delictivo fue cometido, según aclara la querella del Ministerio Público, en aguas internacionales, eso sí, abarcadas por el tantas veces citado Convenio para la Conservación de los Recursos Marinos Antárticos". Sin embargo, "la lectura de los principales preceptos de la Convención no revela un propósito de las partes contratantes de imponer la persecución penal obligatoria de las infracciones de pesca en la captura de austromerluza". Por todo, concluyó dictando el archivo y el sobreseimiento libre de los Vidal "por falta de jurisdicción de los tribunales españoles".

placeholder Pesca de merluza de profundidad en uno de los buques de Vidal.
Pesca de merluza de profundidad en uno de los buques de Vidal.

El magistrado Antonio del Moral García emitió un voto particular en el que discrepaba de los otros cuatro magistrados que firmaban la resolución. Consideró que un archivo así, en esta fase de la tramitación, es algo inédito e insólito, que el Supremo normalmente espera a que haya sentencia para entrar pero no entierra investigaciones en fase de instrucción. "El principio de personalidad no permite perseguir una conducta que se ha realizado en un país cuya legislación no la castiga. Pero creo que no es correcto de ahí colegir que los espacios terrestres, marinos o espaciales, situados al margen de toda soberanía nacional se convierten en pleno siglo XXI en ciudades sin ley, donde todo se puede hacer, salvo los delitos en los que rige el principio de justicia universal y que conforman un listado amplio pero en cualquier caso limitado y con notables ausencias".

Del Moral prosiguió en el voto particular con su razonamiento: "Pienso en embarcaciones sin pabellón (y, por tanto, no sujetas en principio a soberanía de ningún Estado cuando están en alta mar), o en las que llevan varios pabellones o un pabellón de conveniencia, sin vínculos reales con el país [...] Pues bien, eso supondría que actos como acribillar a disparos desde un barco en alta mar a náufragos que luchan por no ahogarse (un supuesto que no es fruto de la imaginación, como enseñan unas terribles imágenes filmadas que circulan por la red), desde un barco sin pabellón, sería ajeno a la jurisdicción española aunque los autores sean españoles, residan en España y desembarquen en territorio español".

Un juez: "Actos como acribillar a disparos desde un barco en alta mar sin pabellón a náufragos [...] serían ajenos a la jurisdicción española"

Carlos Pérez Bouzada, abogado de los Vidal, muestra su satisfacción con la decisión del Supremo. "Siempre dijimos que los tribunales españoles no tenían jurisdicción para enjuiciar pesca en aguas internacionales y con barcos de bandera de otros países. Es una cuestión jurídica de bastante enjundia". Pérez Bouzada explica que los Vidal no atienden a la prensa y destaca que los últimos avistamientos de barcos relacionados con los Vidal en aguas antárticas son de principios de 2015: "Se les ha perseguido durante muchos años. Se les ha identificado como los piratas por excelencia de estos caladeros. Aunque hay muchos barcos, les han identificado a ellos, y eso que estaban en aguas internacionales".

El abogado considera que en el caso hay intereses de Nueva Zelanda y Australia por controlar esas aguas: "No hablamos de actividades claramente delictivas, sino de pesca. Son buques de países no firmantes de un convenio internacional, y que no vengan con historias de que [la austromerluza] es una especie en extinción, es un caladero con cuotas de miles de toneladas". Pérez Bouzada niega las cifras de negocio que da la Guardia Civil: "El hecho cierto es que las empresas del Grupo Vidal tienen enormes problemas financieros desde hace tiempo".

"Este caso ha sido muy importante por la impunidad y el descaro con el que actuaban. En Nueva Zelanda ha sido un escándalo nacional"

María José Cornax, responsable de Pesquerías de Oceana, ha vivido con desazón el sorpresivo cierre de la causa. "Hemos celebrado las actuación de la Guardia Civil y del ministerio porque [los Vidal] llevaban más de 10 años de operaciones ilegales hasta que por fin hubo una actuación contundente contra la pesca ilegal. La decisión del Supremo ha sido una gran decepción". Cornax explica que en la pesca pirata los Vidal no están solos, pero sí son los más representativos: "Hay flota china que también lo realiza, pero este caso ha sido muy importante por la impunidad y el descaro con el que actuaban. En Nueva Zelanda ha sido un escándalo nacional".

Oceana se personó en la causa para impulsar la instrucción. Lo mismo hizo Greenpeace. Celia Ojeda, de esta ONG, muestra la misma preocupación: "Esperemos que no sea un ejemplo para otras compañías pirata. No deja muy bien a España". La responsable de la ONG ecologista destaca que el archivo "se ha producido de una manera muy sorprendente. El Supremo ha abortado la investigación sin esperar a que hubiera sentencia y sin escuchar a todas las partes".

Los Vidal aún tienen una seria amenaza encima. Un expediente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente por sanciones administrativas graves que suman 17,8 millones de euros y contra el que pueden recurrir en los tribunales. Se admiten apuestas sobre cómo acabará.

Años de encontronazos con la autoridad

En los años noventa, en Estados Unidos descubrieron la merluza negra o austromerluza ('Dissostichus spp'). Al ser un pescado de profundidad, tenía mucho aceite, no se pasaba y aguantaba bien las salsas, como explica María José Cornax, de Oceana.

Comenzó entonces un 'boom' que los Vidal aprovecharon bien. En Europa nunca se consumió mucho, pero con el tiempo se extendió a China, donde es muy demandada por la creciente clase media. En China, la merluza antártica se vende a menudo en lugar de un pescado muy apreciado, el bacalao negro, que llega a alcanzar los 140 euros el kilo. Un estudio en el que participó Cornax  analizó el año pasado 42 muestras vendidas como bacalao, pero el ADN reveló que 36 de ellas pertenecían en realidad a la merluza antártica ('Dissostichus eleginoides' o 'Dissostichus mawsoni').  

El auge de la merluza antártica va paralelo a los problemas de los Vidal. En 2003, uno de sus buques, el 'Viarsa', fue perseguido durante 21 días por patrulleras australianas. Tras una persecución de 3.900 millas náuticas (7.200 kilómetros), fue apresado cerca de Sudáfrica. Sigue siendo el récord de persecución en alta mar.

Antonio Vidal Pego, el hijo mayor del patriarca, fue condenado el 3 de noviembre de 2006 en EEUU por obstrucción a la justicia. La sentencia incluía una multa de 400.000 dólares y la prohibición de comerciar o exportar merluza antártica durante cuatro años.

No es solo eso. La Audiencia de Las Palmas lo condenó en noviembre de 2011 a un año y ocho meses de prisión por estafa. La sentencia declaró probado que el 6 de diciembre de 2005 el 'Hammer', que navegaba entonces con bandera de Togo, fue avistado por una patrullera australiana en aguas de la convención para la conservación de los recursos antárticos. “Como consecuencia de eso, Manuel Antonio procedió a gestionar un cambio de nacionalidad del barco, de forma que el 5 de enero de 2006 el buque pasó a estar bajo bandera de Corea del Norte y a llamarse 'Seoyang', y el 16 de enero de 2006 de nuevo cambió el nombre por el de 'Chilbo-San n° 33", según la sentencia.

En 2006 vendió la carga, que estaba en Pusán (Corea del Sur) por 2,9 millones de euros, sin avisar al comprador de que el buque había sido avistado por la patrullera australiana. Debido a eso, Corea no dejó salir la carga y los Vidal fueron condenados a devolver 2,7 millones.

Los Vidal son una leyenda de los mares. Para Australia, Nueva Zelanda, la Interpol y la Guardia Civil española, están entre los clanes de pesca pirata del mundo. Sostienen que durante años han pescado merluza negra en la zona protegida de la Antártida, provocando sonoros encontronazos con patrulleras de estos países. Su suerte pareció haber cambiado en 2015, cuando por orden de la Audiencia Nacional fueron detenidos acusados de pesca ilegal, organización criminal y blanqueo. Pero los Vidal suelen caer de pie. El pasado mes de diciembre, el Supremo les dio la razón y anuló toda la investigación al considerar que no se les podía perseguir penalmente por pesca ilegal en aguas internacionales. Un magistrado emitió un voto particular en el que señaló que el procedimiento era insólito e inédito y que equivalía a permitir a españoles tirotear inmigrantes en alta mar. Con el sumario, 5.000 folios en 17 tomos de documentación a los que ha tenido acceso El Confidencial, reconstruimos una de las mayores operaciones contra la pesca pirata del mundo y su abrupto final.

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