Pablo Iglesias abre la vía a los 'anticapis' tras confirmarse el portazo de Errejón

Los acuerdos entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón para evitar un choque de trenes en Vistalegre II se antojan casi imposibles a menos de una semana para que se acabe el plazo de las transacciones marcado en el calendario congresual. La reunión celebrada ayer en la sede el partido solo sirvió para remarcar las diferencias entre ambos dirigentes, y el número dos quiso desdramatizar la posibilidad de concurrir con una lista propia, asumiendo que deberán ser las bases quienes decidan con su voto en dónde situar a cada uno. Sin embargo, no todo fueron desplantes a la ansiada unidad, dejándose entrever puntos de encuentro entre el equipo del secretario general y el liderado por el eurodiputado de Anticapitalistas Miguel Urbán.

Los anticapitalistas acudieron al encuentro con un decálogo de medidas concretas bajo el brazo, que desde el gabinete del secretario general valoraron positivamente, adelantando que a pesar de no haberse discutido en profundidad, existían visos para incorporarlo a su proyecto. En esta línea de acercamiento, calificaron positivamente la “buena predisposición” para buscar acuerdos con la que habrían acudido a la cita los representantes del sector anticapitalista. Las puertas para el pacto están abiertas. Como señalan estas mismas fuentes, es una cuestión de voluntad, pues dan por hecho que existen puntos comunes.

Los equipos de Podemos para Todas —pablista— y En Movimiento Podemos —anticapitalista— ya han pactado el documento de igualdad, uno de los cuatro ejes sobre los que gira el debate congresual, junto al político, organizativo y ético. Un avance que se suma al escenificado en el encuentro de este miércoles, sobre el que Iglesias remarcó también su cercanía con propuestas que anticapitalistas puso sobre la mesa, como el reforzamiento de los círculos y la descentralización de la organización. Esta última propuesta también es compartida por el sector errejonista, aunque cada sector aporta sus propios matices en cómo materializarla.

El espacio de diálogo se mantendrá a lo largo de los próximos días, aunque ya de forma bilateral. Desde anticapitalistas, prefieren no adelantar acontecimientos y evitan valorar las posibilidades de acuerdo hasta que se produzcan nuevos pasos. Reconocen que se ha producido “un buen punto de arranque”, pero subrayan que aceptar el decálogo de medidas planteadas en la reunión no supone que acepten sus documentos completamente. A estas alturas de las negociaciones, aspiran a que sus propuestas, principalmente las políticas y estratégicas, sean asumidas de manera íntegra.

Miguel Urbán se mostraba escéptico hace unos días, en una entrevista con este diario, respecto a la posibilidad de tejer acuerdos con Iglesias, reeditando así unos pactos que se produjeron a nivel autonómico en Andalucía y Madrid. “Yo soy escéptico con que esto pase”, respondía respecto a la reedición de los acuerdos autonómicos, “entre otras cosas porque Iglesias no quiere asumir nuestro documento, sino que quiere llegar a una síntesis entre el de Íñigo y el nuestro. Está en su derecho, pero no es nuestra propuesta”.

Los anticapitalistas de Podemos han presentado un documento de máximos para Vistalegre II, con medidas programáticas más ambiciosas incluso que las defendidas en las elecciones europeas, momento a partir del cual se comenzaron a moderar las propuestas. De este modo, el texto alude a la lucha de clases, a la desobediencia institucional y la profundización de los conflictos sociales como estrategia, además de la colectivización de los sectores estratégicos, la auditoría de la deuda y el impago de la considerada odiosa, o la renta básica universal.

¿Condenados a entenderse?

En lo organizativo siguen existiendo diferencias considerables entre las propuestas de Iglesias y las de Anticapitalistas, que apuestan por una dirección coral o el cambio de la figura de secretario general por la de coordinador, al igual que hizo la líder en Andalucía, Teresa Rodríguez, con la distribución del poder que conllevaría. Con todo, Iglesias ya incluyó en su propuesta organizativa cuestiones defendidas tanto por los errejonistas —principalmente la cláusula contra la fusión con Izquierda Unida— como por los 'anticapis'. Asimismo, la propia denominación del documento, titulado con la máxima zapatista del 'mandar obedeciendo', es un guiño al sector radical del partido que, precisamente, demandó una secretaría general con menos atribuciones y que mandase obedeciendo.

Los equilibrios internos que se desprenden de la consulta del pasado mes de diciembre sobre el sistema de votación para el congreso, en que se midieron los tres sectores (los pablistas obtuvieron un 41,57%, frente al 39,12% de los errejonistas y el 10,5% de los anticapitalistas), dejan todo en el aire y sitúan a los 'anticapis' como determinantes para decantar la balanza hacia uno u otro lado. Por otra parte, el sistema electoral elegido, el denominado DesBorda, invita a los acuerdos al otorgar una prima a las candidaturas que pacten una lista conjunta, al mismo tiempo que perjudica a las corrientes minoritarias.

Los 'anticapis', de presentarse por solitario y de volver a cosechar un 10,5% de los apoyos, verían reducida su representación en el consejo ciudadano estatal a dos asientos, de los 62 en juego. La necesidad de un pacto entre Iglesias y el sector anticapitalista es mutua, aunque en la entrevista antes citada Urbán insistía en que su preocupación es la política y no los sillones, prefiriendo “defender nuestras propuestas y tener cuatro consejeros, yendo solos, que no esconderlas por un reparto de sillones”. La incógnita del juego de las alianzas se resolverá en los próximos días. El plazo máximo para las transacciones se cierra el 1 de febrero.