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Rajoy da árnica a Rivera para priorizar su pacto y aplacar el celo por la gran coalición
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ACERCAMIENTO DE POSTURAS Y CENA EN MONCLOA

Rajoy da árnica a Rivera para priorizar su pacto y aplacar el celo por la gran coalición

La cena entre altos dirigentes de los partidos demuestra la prioridad de cuidar las relaciones con Ciudadanos tras algunas tiranteces a causa del entendimiento entre PP y PSOE

Foto: El portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, Albert Rivera y Mariano Rajoy conversan en el hemiciclo. (Reuters)
El portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, Albert Rivera y Mariano Rajoy conversan en el hemiciclo. (Reuters)

La cena "distendida" entre altos cargos de PP y Ciudadanos en el Palacio de la Moncloa el lunes por la noche tuvo fundamentalmente un objetivo: acercar posturas tras las últimas semanas de tiranteces entre los dos socios de investidura y, por parte de los populares, dar una muestra de 'cariño' político a Albert Rivera y los suyos, insistiendo en que son los socios preferentes del Gobierno, aunque la aritmética les obligue a entenderse con el Partido Socialista. Ambas partes aseguran que el encuentro estaba pendiente desde la intensa negociación del pasado agosto a modo de "reconocimiento" por el trabajo realizado, pero, en realidad, la cita llegó en el momento justo para calmar aguas revueltas y cuidar las relaciones que permitan encarar un complejo 2017.

El contenido del encuentro, eso sí, no ha trascendido. La formación naranja asegura que "el debate presupuestario" no estuvo encima de la mesa, aunque la cita se prolongó hasta pasadas las 12 de la noche. Lo que sí afirman en el entorno del partido centrista es que las relaciones son "cordiales y buenas", por mucho que la afinidad entre líderes no se escenifique a menudo y pese a que algunos de los últimos gestos en el Congreso no hayan sido especialmente favorables para Ciudadanos.

Cena "distendida" en Moncloa

Ejemplo de ello fue el primer acuerdo entre el Ejecutivo y el PSOE sobre el techo de gasto y la subida de los impuestos especiales —la formación de Rivera se sumó después—, el aumento del 8% del SMI o el pacto sobre la financiación del bono social —amén de incluir propuestas de C's— que sellaron el ministro Álvaro Nadal y el portavoz socialista, Antonio Hernando, excluyendo a los naranjas de la fotografía.

En el entorno del partido centrista, aseguran que las relaciones con los populares son "cordiales". Los Presupuestos no estuvieron sobre la mesa

Escenarios que en aquel momento llevaron a dirigentes de Ciudadanos a calificar el entendimiento de "rancio bipartidismo" y que ahora, tras un balance sosegado, no tienen tanta relevancia en el imaginario naranja. Al menos en ese sentido se ha expresado en los últimos días el propio presidente centrista, que incluso reconoce sentirse "satisfecho" con el ritmo de implementación del acuerdo de investidura. "Llevamos ocho semanas de legislatura, pero dura cuatro años", sentenció Rivera este martes en su comparecencia en el Ayuntamiento de Madrid.

En el entorno de Ciudadanos son partidarios de empezar a detener esas afirmaciones de aislamiento por el efecto PP-PSOE y sacar pecho por "lo logrado" hasta ahora —tramitación de la ley de autónomos y del pacto nacional por la educación, para el que se creará una subcomisión propia, y la aprobación del aumento de baja por paternidad que entró en vigor el 1 de enero—. Pero, sobre todo, los de centro continuarán insistiendo mucho en la cuestión aritmética. "Con 32 escaños, hemos conseguido todas estas cosas". De hecho, la cúpula naranja considera que es importante hacer pedagogía con los avances conseguidos, pese a no sumar una mayoría parlamentaria con el PP, para que la sociedad reconozca las reformas naranjas aunque salgan adelante necesariamente con apoyo socialista.

En realidad, la vuelta oficial a la cercanía en la relación tuvo lugar el penúltimo día de 2016, cuando el presidente del Gobierno habló a calzón quitado de Rivera, situándolo como su socio preferente. "El acuerdo que ha firmado mi partido es con Ciudadanos. Por tanto, es nuestro socio preferente, porque nos ha apoyado en la investidura, porque hemos firmado 150 medidas". Un verdadero guiño lanzado en clave de calma ante los chascos de las últimas semanas y para reafirmar el compromiso del Ejecutivo de dar cumplimiento a lo pactado entre los equipos negociadores de ambos partidos.

Los mismos que no se perdieron la cita en Moncloa la pasada noche. Por parte de los populares, acudieron los ministros de Energía, Sanidad y Empleo —Álvaro Nadal, Dolors Montserrat y Fátima Báñez—, esta última convertida en un verdadero enlace con las filas naranjas por su buena sintonía, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, el secretario general del grupo parlamentario, José Antonio Bermúdez de Castro, y los vicesecretarios Fernando Martínez-Maillo y Andrea Levy. Del lado naranja, también acudió la comitiva al completo. Es decir, el vicesecretario del partido, José Manuel Villegas, el portavoz en el Congreso, Juan Carlos Girauta, la portavoz adjunta, Melisa Rodríguez, el secretario del grupo parlamentario, Miguel Gutiérrez, y los miembros del equipo económico Luis Garicano y el diputado Toni Roldán.

La cena "distendida" entre altos cargos de PP y Ciudadanos en el Palacio de la Moncloa el lunes por la noche tuvo fundamentalmente un objetivo: acercar posturas tras las últimas semanas de tiranteces entre los dos socios de investidura y, por parte de los populares, dar una muestra de 'cariño' político a Albert Rivera y los suyos, insistiendo en que son los socios preferentes del Gobierno, aunque la aritmética les obligue a entenderse con el Partido Socialista. Ambas partes aseguran que el encuentro estaba pendiente desde la intensa negociación del pasado agosto a modo de "reconocimiento" por el trabajo realizado, pero, en realidad, la cita llegó en el momento justo para calmar aguas revueltas y cuidar las relaciones que permitan encarar un complejo 2017.

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