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La 'solución López', ¿una tercera vía muerta?
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LA CRISIS DE LOS SOCIALISTAS

La 'solución López', ¿una tercera vía muerta?

El exlehendakari difícilmente puede ser un candidato de consenso de todas las familias del PSOE, pero sí podría ser un aspirante más por el liderazgo. Su entorno vincula su decisión a sus apoyos

Foto: El lehendakari y expresidente del Congreso Patxi López, el pasado 23 de octubre en Ferraz, en la última reunión del comité federal. (EFE)
El lehendakari y expresidente del Congreso Patxi López, el pasado 23 de octubre en Ferraz, en la última reunión del comité federal. (EFE)

Siempre que sale al patio del Congreso le persigue un círculo de periodistas. Echa un cigarrito, a veces más, y entretanto el círculo se va ampliando. Patxi López cogió la costumbre cuando era presidente de la Cámara y los informadores le tiraban de la lengua para intentar atisbar algo de luz en una legislatura complicada en la que formar Gobierno parecía una tarea titánica (y lo fue, tanto que se convirtió en imposible). Pero cuando ya dejó el cargo no perdió su hábito, y de cuando en cuando abandona el pleno. Charla con la prensa, pero también con sus compañeros, sanchistas o no. Y a todos despacha con su humor y su talante.

Ahora tiene más ojos encima. Los de los que esperan que se lance y se presente a las primarias del PSOE y los que aguardan que haga algún tipo de gesto que permita escudriñar cuál será su futuro. Pero Patxi López (Portugalete, 1959) no suelta prenda. Por ahora. Sabe que cualquier paso en falso puede tener penalización y además no tiene nada decidido. Querría haberse convertido en la verdadera 'tercera vía', en el candidato de integración, al que sus compañeros señalasen como la solución de consenso, superadora. El aspirante perfecto del 'Ni Su ni Sa', el movimiento de aquellos que solo ven contraindicaciones a un enfrentamiento entre Susana Díaz y Pedro Sánchez, por considerarlos implicados hasta el fondo en la guerra civil del último año. Pero esa 'tercera vía', considerada como tal, como una alternativa pactada entre las principales familias del PSOE, se torna cada vez más imposible. Distinto es que pueda ser el tercero en liza, un tercer candidato con su respectiva porción de las bases (y de los cuadros) apoyándole. López no está ni mucho menos fuera de la carrera, pero el trayecto del congreso socialistas sí va adquiriendo un aspecto distinto al que él soñó.

El expresidente del Congreso se mantuvo fiel a Sánchez hasta su caída, pero luego se distanció de él y reconoció sus errores, como ve fallos en Díaz

El exlehendakari ha figurado en más ocasiones en las quinielas socialistas. Él era el preferido de Alfredo Pérez Rubalcaba, pero cuando llegó el momento de la sucesión, tras la debacle de las europeas de 2014, no se tiró a la piscina por falta de apoyos y porque otro vasco, Eduardo Madina, no quiso retirarse de la competición, lo que a su vez hizo a Díaz replegarse en su cuartel de Andalucía y que ella volcara sus apoyos hacia Sánchez. López se integró en la ejecutiva del nuevo secretario general, como secretario de Acción Política y Ciudadanía, y fue uno de sus más fieles colaboradores. Tanto que, tras las generales del 20-D, le premió con un caramelo, la presidencia del Congreso. Estuvo a su lado incluso en los momentos más difíciles, incluso cuando el edificio del sanchismo se hundía y saltaban los cascotes.

Foto: Los sanchistas José Luis Ábalos, Quico Toscano y Adriana Lastra, este 27 de diciembre en un 'business center' de la calle de Serrano de Madrid. (EFE)

Lealtad al proyecto

Pero Sánchez cayó. El 1 de octubre, tumbado por sus críticos. López defendió la pertinencia de mantener el no a Mariano Rajoy, pero acató sin chistar la abstención cuando el comité federal aprobó el histórico viraje. Su distanciamiento hacia el ex secretario general fue progresivo, y encontraba errores en su gestión, como también fallos en Díaz y en su modelo de partido y de país, que no comparte. Le causó estupor la entrevista de Sánchez en 'Salvados', y le generó malestar que este dijera a un grupo de periodistas, en su reaparición en Valencia, que él estaría allá donde estuviera el exlehendakari, y a la inversa.


López suele repetir en privado que su lealtad es al proyecto, no a una persona, que fue fiel a Sánchez mientras ocupaba el trono de Ferraz, porque esa es su cultura de partido, pero él ya no está, y duda de que sea la mejor solución para sacar al PSOE de su crisis. Por eso no viajó a Xirivella, ni a El Entrego (Asturias), ni acompañó a los pretorianos del exlíder en su reunión del martes pasado en Madrid. Representa un espacio distinto al de Díaz pero también alejado del sanchismo puro y duro.

López, según afirman sus colaboradores, podría desvelar sus intenciones en pocas semanas, una vez fijado el calendario del 39º Congreso Federal

Por ahora, López mira el escenario y calibra sus opciones. Aunque hay quienes aseguran que comenzó a sondear apoyos a través de su mano derecha, su exconsejero Rodolfo Ares —otro de los fieles escuderos de Sánchez hasta su caída—, ambos lo niegan. Es pronto. Su círculo más cercano sí precisa que, una vez que el comité federal del 14 de enero fije, siquiera de forma "orientativa", el calendario del 39º Congreso, él desvelará sus intenciones. "Patxi se tomará unas semanas para ver qué respaldo tiene y entre finales de enero y principios de febrero dirá qué tiene en la cabeza, si compite o no en primarias. Tiene muy claro que no quiere tener a la gente en vilo. No va a mantener la incógnita hasta abril [cuando se convoque efectivamente el cónclave], al margen de lo que hagan los demás candidatos", señalaba este 1 de enero uno de sus colaboradores de confianza, que le ve "animado" para lanzarse al ruedo, pero muy consciente de que antes ha de saber aproximadamente con qué apoyos cuenta.

Foto: Pedro Sánchez y Patxi López, el pasado 26 de octubre en el Congreso, antes de que el ex secretario general renunciara a su escaño. (EFE)

Solución "colectiva"

Sánchez ha descubierto cómo parte de los generales que le acompañaban en su cruzada contra Díaz se han distanciado de él. Algunos como el que fuera su número dos, César Luena —secretario general en La Rioja—, o la líder vasca, Idoia Mendia, creen que debe retirarse y apoyan con más claridad a López. Otros barones, como Sara Hernández (Madrid), Rafa González Tovar (Murcia), Luis Tudanca (Castilla y León) o Francina Armengol (Baleares) consideran que aún no hay que hablar de candidatos (y por eso no respaldan el manifiesto sanchista), comparten en mayor o menor medida los recelos hacia el exlíder y creen que debe trabajarse en una solución "colectiva", que represente al amplio espacio contrario a la jefa de la Junta. Estos últimos no ven con malos ojos a López, aunque añaden otros nombres a esa nómina —desde la propia Armengol, que se descarta, hasta el eurodiputado Jonás Fernández—, y no desechan del todo a Sánchez.

El comité federal del PSOE del 14 de enero fijará la fecha "orientativa" del congreso

El exlehendakari, por tanto, llegado el caso, podría contar con el aval de los barones críticos. No es poca cosa. De hecho, en las cúpulas autonómicas lejanas a la gestora inciden en que la reunión de los sanchistas de la semana pasada era "poco representativa", "de chichinabo", en la medida en que no congregó a ningún barón, y el único número dos que se acercó fue el secretario de Organización de Navarra, Santos Cerdán, una federación pequeña e históricamente muy ligada al PSE. Por eso mismo, en el entorno de Mendia no descartan que López pueda concurrir en primarias, aunque también lo haga Sánchez. "Es que igual tiran cartuchos sin bala, tanto los susanistas como los sanchistas", aducen en el 'staff' vasco. Sus colaboradores subrayan que el exlehendakari "no tiene por qué eliminarse de la carrera" en caso de que el ex secretario general concurra: "Su decisión depende más de sí mismo y de los apoyos que vea, más que de los demás. Si habla primero, puede que reúna a toda la corriente en contra de Susana".

Sánchez ha perdido el apoyo de algunos de los barones críticos, que ahora miran al exlehendakari como una alternativa más viable frente a Díaz

Tanto los sanchistas como los oficialistas desechan la 'vía López'. Los primeros han venido cargando en los últimos días contra él, mostrando sin ambages que no se fían. Algunos ven detrás de su potencial candidatura la mano de Rubalcaba, pero el ex secretario general apoya, como todos los notables del PSOE, a Díaz, aunque sienta respeto por el expresidente del Congreso, aprecie su "profunda cultura de partido" y lo conciba como un dirigente en las antípodas de Sánchez, sobre todo porque no cree que pueda infligir "daño" al PSOE, como confirman en su entorno más cercano. Los partidarios de Sánchez recelan de López porque creen que acabaría pactando con la baronesa andaluza. Quico Toscano, alcalde de Dos Hermanas (Sevilla), ya repitió ese resquemor el pasado miércoles: "Solo Sánchez podrá confrontar legítimamente [contra Díaz]. No veo que Patxi llegue a la militancia con la convicción con la que llega Pedro". José Luis Ábalos, diputado y secretario provincial en Valencia, también ha advertido de que el capital atesorado por Sánchez es "intransferible" hacia otro candidato.

68 cargos del PSOE piden a Pedro Sánchez que se presente a las primarias del PSOE

Los defensores del ex secretario general le ven con más ganas de dar la batalla después de digerir el alejamiento de los barones críticos. Él ya adelantó a 'El Mundo' que no hablará de su candidatura hasta que se convoque el congreso, así que es probable que no muestre sus cartas hasta la primavera. Los impulsores del manifiesto de apoyo estiman que el movimiento puede animarle y al tiempo ayudar a desactivar a López. Si Sánchez renunciara, los suyos no descartan buscar otra alternativa distinta a la del exlehendakari.

Foto: Pedro Sánchez, en una rueda de prensa en Ferraz el pasado 1 de octubre, tras anunciar su dimisión como secretario general del PSOE ante el comité federal. (Reuters)
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El recuento de apoyos

Los susanistas no ven al vasco "con fuerza" suficiente como para competir contra la presidenta de la Junta. Ellos hacen números y aprecian que cuenta con el apoyo de las grandes federaciones, lo que hace que, "de entrada", disfrute del respaldo de "la mitad del PSOE". Por eso mismo, aducen sus partidarios, es imposible que López sea un candidato de integración, porque Díaz, que aún no se ha postulado, no prevé retirarse a estas alturas. "Las terceras vías solo surgen al final, y para evitar un choque de trenes, y no estamos en ese punto", sostiene una veterana dirigente. El miércoles pasado, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, descartó a López porque formó parte de un proyecto que llevó al PSOE a un "mal resultado" y el partido necesita "personas nuevas" para liderarlo.

Sanchistas y susanistas calculan que López puede acabar pactando con Díaz, pero en su entorno insisten en que si se lanza, aguantará el pulso

También entre los seguidores de Díaz cunde la impresión de que López pactaría con ella antes de sufrir un batacazo en las primarias. De hecho, eso es lo que desean, que se entienda con ella, dirigentes como el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara (uno de sus amigos personales), y así se lo trasladó vía entrevista. Pero tanto en el PSE como entre los colaboradores de López y en su círculo más próximo subrayan que si decide competir no lo hará para al final pactar con la andaluza, dado que sus proyectos son distintos, y adelantan que el entendimiento llegaría tras la votación de las bases, no antes. "Hay una parte del antisusanismo que se puede ordenar en torno a Patxi, no en torno a Pedro. Lo lógico es que él prefiera contar apoyos antes de sumar con ella", manifiesta una responsable que lo conoce muy bien. Sí hay plena consciencia en el PSOE de que un combate entre la jefa de la Junta y Sánchez sería la opción más sangrienta. Contra el expresidente del Congreso la confrontación, calculan, sería dura, pero más soportable para un partido muy dividido.

A estas alturas, tanto López como sus contrarios —sanchistas y oficialistas— asumen que no podrá ser, al menos por ahora, un aspirante de consenso. Sería "un candidato más". O contra Díaz o contra Díaz y Sánchez. O contra quien decida tirarse a la piscina. Todas las combinaciones, hoy por hoy, son posibles.

Talante y "cultura de partido", a su favor; sus resultados, en su contra

Por las venas de Patxi López (Portugalete, Vizcaya, 1959) corre socialismo por los cuatro costados. Su padre, Eduardo 'Lalo' López Albizu, era un alto dirigente de UGT por cuya casa pasaron numerosos dirigentes del PSOE en la clandestinidad, como Manuel Chaves -uno de sus grandes referentes-, Felipe González, Joaquín Almunia o Ramón Rubial. López ingresó en las Juventudes en 1975 y dos años más tarde en el PSE. En 1985 se convirtió en secretario general de la organización juvenil en el País Vasco y dos años después aterrizaría en el Congreso, pero dos años más tarde dejó la Cámara y volvería a Euskadi, donde hizo toda su carrera política. De 2002 a 2014 lideró el PSE y en 2009 se convirtió en el primer lehendakari socialista de la historia. Su mandato concluyó en 2012. En 2014 dejó la política vasca para centrarse en su actividad en Madrid, en la ejecutiva de Pedro Sánchez, que lo propondría como candidato a la presidencia del Congreso en enero de 2016. La Cámara se disolvió en mayo. 

Esa "cultura de partido", el talante conciliador y su carácter previsible -nadie se lo imagina rompiendo el contacto con los territorios, como sí ocurrió con Sánchez- le convierten en un aspirante respetado internamente. López defendería un modelo de partido alejado del estilo de Susana Díaz, pero también distanciado de los modos del exlíder.

Pero sus detractores no olvidan que apoyó la estrategia de Sánchez, por mucho que quiera distanciarse. Y le hacen copartícipe de los malos resultados del PSOE en Euskadi: bajó de 25 a 16 diputados de 2009 a 2012, 14,23% en Euskadi en las generales del 26-J (13,91% en Vizcaya, la circunscripción que él lideró), 11,94% en las últimas autonómicas. Los susanistas consideran que no puede tirar del carro del partido un dirigente procedente de una federación pequeña (en torno a 5.000 afiliados) y con escaso éxito electoral. 

Siempre que sale al patio del Congreso le persigue un círculo de periodistas. Echa un cigarrito, a veces más, y entretanto el círculo se va ampliando. Patxi López cogió la costumbre cuando era presidente de la Cámara y los informadores le tiraban de la lengua para intentar atisbar algo de luz en una legislatura complicada en la que formar Gobierno parecía una tarea titánica (y lo fue, tanto que se convirtió en imposible). Pero cuando ya dejó el cargo no perdió su hábito, y de cuando en cuando abandona el pleno. Charla con la prensa, pero también con sus compañeros, sanchistas o no. Y a todos despacha con su humor y su talante.

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