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El choque entre pablistas y errejonistas se extiende por los territorios
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El choque entre pablistas y errejonistas se extiende por los territorios

El llamamiento de Iglesias a la “contención” no ha impedido que se desactive la territorialización de las campañas para Vistalegre II en clave de guerra fratricida

Foto: El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), acompañado por la candidata a lehendakari, Pili Zabala (2d), y la secretaria general de Podemos Euskadi, Nagua Alba (2i), durante un acto de campaña. (EFE)
El líder de Podemos, Pablo Iglesias (i), acompañado por la candidata a lehendakari, Pili Zabala (2d), y la secretaria general de Podemos Euskadi, Nagua Alba (2i), durante un acto de campaña. (EFE)

Si el epicentro del choque entre el sector pablistas y el errejonista se sitúa en Madrid, las réplicas se están dejando sentir en la mayoría de los territorios. En su mayoría se trata de conflictos latentes que han vuelto a resurgir con fuerza tras el enfrentamiento público protagonizado por los afines a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. En Galicia y País Vasco el intercambio de reproches y acusaciones cruzadas en público ha avivado la fractura en los últimos días, mientras que en Baleares, Valencia o Cataluña se ha intensificado la contestación interna a sus respectivas cúpulas dirigentes. Los llamamientos del propio Pablo Iglesias a la “contención”, para frenar este “espectáculo” ante el riesgo de “destrucción”, no han impedido que se desactive la territorialización de las campañas para el congreso de Vistalegre II en clave de guerra fratricida. Al menos por ahora; y es que en algunos casos las encabezan diputados del grupo parlamentario en el Congreso.

En Galicia fue la líder territorial y diputada autonómica Carmen Santos quien lanzó los primeros dardos. Tras sumarse a la polémica campaña en redes que, bajo el lema de 'Así no Íñigo' trataba de reprobar a los afines a Errejón, señaló directamente a los diputados en el Congreso de En Marea Ánxela Rodríguez y Antón Gómez-Reino por intentar provocar división con sus dimisiones de la anterior ejecutiva. Actitudes que, subrayó, “perjudican mucho a Podemos”. Rodríguez respondía ayer a la que fue su rival en las primarias gallegas censurando su “actitud infantil y poco democrática”.

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En el argumentario de la diputada gallega destacan ideas fuerza que repitieron también los cargos afines al errejonismo al largo del día de ayer tras ratificarse la destitución del portavoz en la Asamblea de Madrid, José Manuel López, en una votación del grupo parlamentario. Una vez producida, López aseguraba ante los medios de comunicación que seguiría trabajando “por un Podemos más plural y proporcional y donde la discrepancia no sea un problema, sino un valor”.

En la misma línea, el diputado afín Hugo Martínez Abarca lamentaba que la decisión rompiese “la dinámica de pluralidad” y trasladase la “imposición de una mitad del partido sobre la otra mitad”. La campaña 'Así no Íñigo' se precipitó precisamente por utilizar este cese, ya anunciado durante la campaña de las primarias, en clave de división interna. Campañas y contracampañas que siguen avivando el conflicto interno, ajenas a las peticiones de contención que han lanzado tanto sectores de las bases, con el conocido como manifiesto del abrazo, como catedráticos y profesores universitarios afines al partido.

En el País Vasco, el conflicto latente entre el sector pablista y la dirección errejonista, elegida el pasado mes de marzo, se ha visibilizado en forma de órdago. Cuatro de los ocho representantes de Podemos en las Juntas Generales de Álava, próximos al sector anticapitalista que en los procesos autonómicos de Madrid y Andalucía presentó listas conjuntas con los pablistas, rompieron la disciplina de voto rechazando los presupuestos el pasado viernes, cuando la consigna de la dirección autonómica era abstenerse. El consejo ciudadano les ha abierto expediente y ha dejado en manos de la comisión de garantías posibles sanciones que podrían derivar en su expulsión. Los junteros díscolos, lejos de intentar apaciguar la situación, consumaron su desafío al apuntar que cumplieron con su “compromiso con los círculos” y “ahora asumiremos las consecuencias”.

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El conflicto entre la dirección errejonista y los consejeros partidiarios de Pablo Iglesias se visibilizó pocas semanas después de que Nagua Alba fuese elegida secretaria general. Coincidiendo con la destitución de Sergio Pascual, cercano a Errejón, como secretario de Organización, varios cargos lanzaron un manifiesto justificando la decisión y arremetiendo contra la dirección que la había criticado. Este mismo sector también denunció en el tribunal interno supuestas operaciones antidemocráticas en el proceso de primarias.

En Cataluña, el conflicto entre sector se ha visto avivado estos días debido a la elección de las personas que conformarán la promotora del nuevo sujeto político de los comunes, con Ada Colau y el portavoz de En Comú Podem en el Congreso, Xavier Domènech, como principales referentes. A pesar de intentar mantenerse al margen de una guerra que circunscriben a Madrid, se han producido posicionamientos a favor de uno y otro sector, además de las acusaciones cruzadas de maniobrar para excluir en el mencionado grupo promotor del nuevo partido al sector rival en favor de los afines.

En Baleares, donde el secretario general autonómico, Alberto Jarabo, es afín a Pablo Iglesias y en Valencia, cuyo líder Antonio Montiel es cercano a Íñigo Errejón, las sonoras críticas han sido auspiciadas desde sectores de base. La más visible se produjo hace casi tres semanas, cuando un grupo de militantes en Palma de Mallorca aprovechó la asistencia del secretario Político, Íñigo Errejón, a un acto del partido en la capital de la isla para mostrar sus críticas contra la decisión de la dirección estatal de expulsar a la presidenta del Parlament balear Xelo Huertas, a la diputada autonómica Montse Seijas y al dirigente Daniel Bachiller.

Entre los carteles que se mostraron se leían algunos pidiendo la dimisión de Jarabo. Los mismos que inundaron la sede de la formación en Valencia, pero dirigidos a Montiel, durante una protesta el pasado día 10 de diciembre. Los miembros de la formación que realizaron el acto de protesta denunciaron "prácticas clientelares e irregulares que se dan en los diferentes procesos internos de contratación de la formación política" y exigieron la dimisión en “bloque” de la dirección. El incendio reavivado en Madrid se ha extendido por una buena parte de los territorios, difuminando el debate de las ideas que se presuponía para Vistalegre II en favor una enfrentamiento en clave de fracción.

Si el epicentro del choque entre el sector pablistas y el errejonista se sitúa en Madrid, las réplicas se están dejando sentir en la mayoría de los territorios. En su mayoría se trata de conflictos latentes que han vuelto a resurgir con fuerza tras el enfrentamiento público protagonizado por los afines a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón. En Galicia y País Vasco el intercambio de reproches y acusaciones cruzadas en público ha avivado la fractura en los últimos días, mientras que en Baleares, Valencia o Cataluña se ha intensificado la contestación interna a sus respectivas cúpulas dirigentes. Los llamamientos del propio Pablo Iglesias a la “contención”, para frenar este “espectáculo” ante el riesgo de “destrucción”, no han impedido que se desactive la territorialización de las campañas para el congreso de Vistalegre II en clave de guerra fratricida. Al menos por ahora; y es que en algunos casos las encabezan diputados del grupo parlamentario en el Congreso.

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