Granados contra Marjaliza: el político del PP culpará de la trama a su antiguo socio

Francisco Granados, presunto cerebro de la trama Púnica, no planea rendirse. Su declaración voluntaria este miércoles ante el juez Eloy Velasco, instructor del caso, se había interpretado como un giro en su estrategia de defensa que pasaba por reconocer parte de los hechos que se le imputan y colaborar con la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que lidera las pesquisas sobre esta red corrupta. Pero el exconsejero de Presidencia de la Comunidad de Madrid y exsecretario general del PP autonómico pretende utilizar su primera comparecencia voluntaria ante el juez para negar los negocios y fondos que se le atribuyen y combatir la declaración de su antiguo socio y amigo David Marjaliza, que optó por tirar de la manta y dejó a Granados al borde del precipicio.

Casi dos años y medio después de que estallara el escándalo, el exdirigente popular es el único involucrado que permanece en prisión. El pasado 28 de noviembre, la Audiencia Nacional tumbó su último intento de quedar en libertad a la espera del juicio. Había motivos para pensar que necesitaba un nuevo plan. Tras la decisión de la Audiencia, Granados se apresuró a solicitar su comparecencia voluntaria. Velasco aceptó la petición y fijó la cita para el 11 de enero. Pero el principal acusado tenía prisa y solicitó un adelanto. Finalmente, se sentará ante el juez este miércoles.

Su giro había generado tanta expectación que hasta la Fiscalía maniobró para tratar de averiguar qué buscaba exactamente Granados con esa urgencia. No era lo que esperaba. Fuentes próximas al político del PP consultadas por El Confidencial adelantan que no solo va a negar los cargos que se le imputan, sino que pretende detenerse en el relato de Marjaliza para refutarlo y acusar al constructor de ser el verdadero responsable de la trama corrupta. Granados niega haber utilizado a su antiguo jefe de gabinete, Ignacio Palacios, y la mujer de este, María José Marijuán, para dar grandes pelotazos urbanísticos controlando hasta el 33% de empresas como Servicios Patrimoniales Obras y Vías y ejecutar proyectos como la ampliación del metro de Moscú mediante una participación similar en la mercantil Bustren PM.

Granados también niega la fortuna que los investigadores le atribuyen en bancos extranjeros. Según ha asegurado a su entorno, pretende demostrar que los únicos fondos que tenía fuera de España son los 1,5 millones de euros encontrados en 2014, que procederían de su anterior trabajo como gestor en Société Générale. Marjaliza también sería el único responsable, a su juicio, de los más de 12 millones de euros en presuntas comisiones ocultos en Suiza que la UCO atribuye a ambos. También rechaza ser el verdadero propietario de las fincas y viviendas a nombre de terceros que le han atribuido los investigadores desde que fue detenido en octubre de 2014.

La determinación de Granados es absoluta. De hecho, pretende responder a todas las partes. Incluso contestará a los letrados del resto de implicados en la causa, que confían en utilizar su testimonio exculpatorio para mejorar la situación procesal de sus clientes. El sumario los vincula a casi todos, de un modo u otro, con la actividad del principal protagonista de la trama. La declaración será maratoniana. De hecho, con más de un centenar de implicados esperando acribillar a preguntas al presunto cerebro de la red, la comparecencia podría obligar al tribunal a habilitar otra jornada después de Navidad. Velasco ya ha informado a las partes de que el 22 de diciembre se va de vacaciones.

“Soy inocente. Jamás he metido la mano en la caja. He dado lo mejor por mi partido y mi comunidad autónoma”, declaró Granados desde la cárcel

La negación de las acusaciones ante el juez será una novedad relativa. Cuando fue detenido, ni siquiera reconoció que le pertenecieran los 1,5 millones de euros descubiertos por Suiza. Solo admitió haber tenido en ese país un máximo de 340.000 euros antes de dar el salto a la política. “Firmé papeles en blanco porque en los bancos suizos nunca firmas los impresos rellenos”, alegó. También rechazó haber participado en negocios inmobiliarios. “Jamás he tenido negocios con Marjaliza ni con nadie”, afirmó ante el juez.

Granados no se movió de esa posición en ninguna de sus dos declaraciones por videoconferencia ante la comisión de investigación sobre la corrupción de la Asamblea de Madrid. En la primera, el 22 de abril, dijo sentirse “decepcionado y maltratado por la Justicia”. Denunció que estuvo cinco días incomunicado en un calabozo y que, a pesar de que en ese momento llevaba año y medio entre rejas, aún no sabía de qué se le acusaba. “Soy inocente. Jamás he metido la mano en la caja. He dado lo mejor por mi partido y mi comunidad autónoma”, declaró desde la cárcel de Estremera.

En su segunda declaración, el pasado 3 de junio, mantuvo la misma tesis y manifestó que se sentía una “víctima” del caso Púnica. También recordó que durante su trayectoria como dirigente político nunca toleró ningún caso de corrupción. El presunto cerebro del caso no tiene ahora ninguna intención de modificar ese discurso.