'Rodea el Congreso' prepara una primavera caliente en la calle a Mariano Rajoy

Los promotores de 'Rodea el Congreso' están trabajando junto a otros movimientos de la izquierda radical para impulsar una oleada de protestas que explote la debilidad del Gobierno del Partido Popular y devuelva la tensión a la calle. Los planes de la llamada Coordinadora 25-S y sus aliados políticos pasan por aprovechar la manifestación contra la investidura de Mariano Rajoy, que recorrió el centro de Madrid el pasado 29 de octubre, para lanzar una fase de movilizaciones similar a la que ya lograron promover entre septiembre de 2012, con el inicio de las convocatorias para rodear la Cámara Baja, y marzo de 2014, con las llamadas Marchas de la Dignidad, que dieron entrada a una etapa de aletargamiento que se había prolongado hasta ahora.

Según ha podido saber El Confidencial, preparan un calendario de protestas que arrancaría el próximo febrero. Por lo pronto, ya están celebrando encuentros para acordar la estrategia y lograr el mayor número posible de adhesiones. La portavoz de la Coordinadora 25-S, Elena Martínez, admite a este diario que quieren capitalizar la marcha que convocaron bajo el lema 'Ante el golpe de la mafia, democracia'. “Fue una manifestación que tuvimos que convocar en poco tiempo porque no se supo la fecha hasta última hora, pero creemos que fue un éxito. Lo que queremos es utilizar esa inercia para convocar movilizaciones a más largo plazo que estén más trabajadas y coordinadas, con más planificación detrás. Lo del 29 de octubre es un punto de partida”, reconoce la representante del movimiento, vinculada a Izquierda Castellana y asesora de EH Bildu en el Congreso.

Aseguran que 150.000 personas salieron a la calle ese sábado, una cifra que las autoridades rebajaron apenas a 6.000 asistentes. Con todo, fue la primera protesta significativa que acogía la capital en dos años. Se sumaron a la iniciativa Izquierda Anticapitalista, Partido Comunista de España, Sindicato de Estudiantes, Antifascistas, Izquierda Revolucionaria, Unidad Popular, Plataforma por la Salida del Euro, No Somos Delitos, Yayoflautas y otras corrientes de la extrema izquierda. Izquierda Unida también se adhirió a la convocatoria, al contrario que Podemos, que optó por un respaldo intencionadamente difuso. Sin embargo, sus dirigentes fueron los más aclamados por los asistentes que se congregaron frente a la Cámara Baja cuando ya se había disuelto la marcha. Los mismos que insultaron y lanzaron objetos a los diputados de Ciudadanos que abandonaban el Congreso tras la sesión de investidura.

La celebración de nuevas manifestaciones podría suponer solo la primera fase de una estrategia más ambiciosa. Fuentes policiales aseguran a El Confidencial que el verdadero propósito de la Coordinadora 25-S y sus socios políticos es generar el clima necesario para poder convocar una huelga general antes del verano, un objetivo que también tiene el apoyo implícito de Podemos, que se ha fijado como prioridad regresar a las calles para amplificar la voz de los 71 escaños (46 sin alianzas) que tiene en el Congreso. La convocatoria de una huelga general es una de las mejores opciones que tiene a su alcance para lograrlo.

El propio Pablo Iglesias reconoció en un mitin el pasado 14 de octubre que su formación ya trabaja en esa meta. “Si hay una huelga general, tenemos que tener una máquina de combate para demostrar que somos la oposición, porque podemos ayudar a las organizaciones de la clase trabajadora a convocar esa huelga”, advirtió. “Si finalmente las organizaciones de la clase trabajadora convocan una huelga general, que Podemos esté preparado para que esa huelga general sea distinta”.

Según ha podido saber este diario, los sindicatos tradicionales serían los encargados de convocar la huelga, pero Podemos pretende fijar el calendario y asumir el liderazgo político de la protesta. Sería la tercera que sufre el Gobierno de Rajoy. Las dos primeras tuvieron lugar en marzo y noviembre de 2012, pero fueron fatídicas para las centrales de trabajadores. El fracaso de ambas convocatorias desactivó a sus promotores durante el resto de la legislatura. El partido de los círculos quiere ahora utilizar su implantación social para asegurarse el éxito de un nuevo intento, y la Coordinadora 25-S jugaría un papel clave, generando el clima más propicio para conseguirlo.

Desde la Coordinadora 25-S, aseguran que la convocatoria de una huelga todavía no se ha puesto sobre la mesa en sus reuniones internas. “Puede ser una opción, pero es algo que no hemos tratado en las reuniones de trabajo”, afirma la portavoz del movimiento. “En lo que estamos ahora es en la convocatoria de nuevas manifestaciones y jornadas de protesta ante unas primeras decisiones del Gobierno que ya sabemos cuáles van a ser”, asegura Elena Martínez, antes de que el Ejecutivo de Rajoy haya tenido tiempo de tomar la primera.

Lo cierto es que, si el inicio de la recuperación económica y la institucionalización de Podemos habían contribuido a rebajar la conflictividad social en los últimos meses hasta niveles previos a la crisis, la minoría del PP en la Cámara Baja y la batalla que libra el partido de Iglesias con el PSOE por la hegemonía en la izquierda han abonado otra vez el terreno para que vuelvan a las plazas los megáfonos y las pancartas.