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La Policía minimiza a los 'payasos asesinos' pero pide estar vigilante este Halloween
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la moda que llega de EEUU

La Policía minimiza a los 'payasos asesinos' pero pide estar vigilante este Halloween

El disfraz de 'clown' es uno de los más recurrentes de cara a la inminente celebración de la estadounidense fiesta de Halloween, que cada año tiene más fuerza en España

Foto: Los 'payasos diabólicos' están atemorizando a la población. (EFE)
Los 'payasos diabólicos' están atemorizando a la población. (EFE)

Su padre le maltrató física y verbalmente, un amigo de la familia abusó de él cuando era niño, cambió de colegio varias veces, tuvo problemas psicológicos y, ya de adulto, fue condenado por abusar de menores. Esto último motivó que su mujer le abandonara y John W. Gacy Jr (1942-1994) buscara refugio en la que luego se convirtió en su segunda esposa, que también le terminaría dejando. Entre 1972 y 1978, agredió sexualmente y mató a 33 chicos jóvenes en Illinois (EEUU). Actuaba en fiestas de cumpleaños de niños de día y asesinaba de noche. Enterró 29 cadáveres en diferentes dependencias de su casa y lanzó los otros cuatro al río.

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Tras ser detenido por la Policía, 'Pogo, el payaso', como se le conocía en el barrio, se convirtió en 'El payaso asesino'. Fue condenado dos años más tarde a 21 cadenas perpetuas y 12 penas de muerte. Murió por inyección letal en 1994, pero su concepto se mantiene hoy en el imaginario colectivo norteamericano y mundial. La polémica moda de los payasos diabólicos que se está importando de Estados Unidos a Europa no ha conllevado la muerte de ninguna persona, como provocó su referente estético, pero sí ha causado el terror entre los ciudadanos e incluso algunas agresiones físicas que han perjudicado la imagen del 'clown', hasta el punto de que incluso McDonald's se ha planteado eliminar a su emblemático Ronald.

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Según la agencia DPA, la policía alemana ha registrado 370 incidentes protagonizados por estos 'payasos asesinos', algunos incluso con armas blancas de por medio. La mayoría se han limitado a simples sustos de los disfrazados a viandantes con los que se topaban, aunque en determinados casos los problemas podían haber terminado en desgracia. Fue el caso del chaval de 16 años acuchillado en Berlín por el joven al que pretendía asustar, o el del chico golpeado por el hombre al que quería gastar una broma.

En España, por el momento, las autoridades han detectado apenas unos pocos casos aislados. La noche del pasado lunes, un joven denunció en Badajoz que un hombre disfrazado de payaso le abordó y le dio un golpe en la pierna con una llave inglesa. La Policía, que ya ha identificado a la persona que provocó el terror, investiga perfiles en redes sociales relacionados con el fenómeno, con el fin de tratar de adelantarse a posibles apariciones como la de Badajoz o la que tuvo lugar en la localidad valenciana de Paterna el pasado fin de semana, cuando varios vecinos denunciaron "avistamientos terroríficos" protagonizados por jóvenes vestidos de 'clowns'.

En este contexto, el disfraz de payaso diabólico se ha convertido en protagonista también en las tiendas de disfraces de cara a la inminente noche de Halloween. Desde establecimientos tan tradicionales como Maty, en Madrid, admiten que, aunque se trata de una apuesta recurrente todos los años por las mismas fechas, en esta ocasión los clientes se están interesando más por estos trajes y sus complementos. Desde Los caprichos de Goya, en el madrileño barrio de Salamanca, subrayan que "la compra de disfraces de payaso se ha incrementado", aunque no tanto como la "venta de caretas" de clowns, que sí que ha experimentado un notable aumento.

La Policía Nacional minimiza la posible amenaza a solo unos días de Halloween, y destaca que por el momento solo tiene "constancia de una denuncia", en referencia al episodio de Badajoz. Fuentes oficiales del departamento dirigido por Ignacio Cosidó se limitan a señalar a modo de recomendación que si alguien ve a una persona vestida de payaso en actitud amenazante, o nota algo extraño en cualquier sentido, que llame al 091. Un tuit institucional insiste en este sentido. "Si crees estar en una situación de riesgo, llámanos", subraya el perfil del instituto armado.

En tono amable, a través de las redes sociales, la Policía ha dado lo que denomina cinco "trucos" para disfrutar de "un Halloween seguro". El primero se centra precisamente en desprestigiar el disfraz de payaso. "Sé más original, está muy visto", señalan desde la institución, que también aconseja que los niños vayan pidiendo el "truco o trato siempre en pandilla", que el que vaya a ir a una fiesta compruebe antes que tiene licencia, que la gente tenga cuidado con vestirse de policía porque puede ser delito y que no coja el coche si bebe.

El anonimato que en ocasiones facilitan las fiestas de disfraces de Halloween puede tornarse en ocasiones en un elemento peligroso. No en vano, la Policía anunció ayer la detención de cinco menores que planeaban dar una paliza a una persona que elegirían al azar durante la 'terrorífica' noche escondidos tras máscaras. Los jóvenes, que también se dedicaban a maltratar cerdos y cabras y grabarlo con el móvil, preparaban y organizaban sus acciones a través de un grupo de WhatsApp creado para todas estas actuaciones criminales.

El fenómeno de los 'payasos asesinos' ha provocado una reacción policial más contundente en países como Alemania, que lo han sufrido con más intensidad que España. El portavoz de la policía de Berlín, Thomas Neuendorf, tras el mencionado episodio del chico acuchillado, de hecho, se mostró tajante. "Pasó lo que nos estábamos temiendo, que todo esto escalase”, lamentó el representante policial, antes de pedir a los ciudadanos que no utilicen este tipo de disfraces en las fiestas de Halloween con el fin de evitar malentendidos, de recordar que las personas que atemoricen a otras pueden ser condenadas hasta a un año de prisión y de destacar que todo el mundo tiene derecho a defenderse de un ataque, "pero de modo proporcional".

Su padre le maltrató física y verbalmente, un amigo de la familia abusó de él cuando era niño, cambió de colegio varias veces, tuvo problemas psicológicos y, ya de adulto, fue condenado por abusar de menores. Esto último motivó que su mujer le abandonara y John W. Gacy Jr (1942-1994) buscara refugio en la que luego se convirtió en su segunda esposa, que también le terminaría dejando. Entre 1972 y 1978, agredió sexualmente y mató a 33 chicos jóvenes en Illinois (EEUU). Actuaba en fiestas de cumpleaños de niños de día y asesinaba de noche. Enterró 29 cadáveres en diferentes dependencias de su casa y lanzó los otros cuatro al río.

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