Crespo: "Nos dijeron que Rubalcaba estaba detrás de una operación contra el PP"

Pablo Crespo ha optado por no seguir la misma estrategia judicial que Francisco Correa. El 'número dos' de la trama ha iniciado este lunes el nuevo turno de declaraciones del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional sobre la primera época del caso Gürtel (1999-2005). Crespo señaló que no ratifica la declaración que hizo ante la Policía Nacional tras ser detenido en febrero de 2009 "por pasar 36 horas incomunicado", ni ratifica tampoco la declaración que hizo ante el primer juez instructor del caso, Baltasar Garzón, ni ante el segundo, el juez Antonio Pedreira.

De momento, Crespo está declarando con un perfil bajo, explicando a la Fiscalía que solo era un directivo de las empresas de Correa, un empleado más. También ha señalado que en noviembre de 2008 se enteraron de que había una operación en marcha contra ellos "puesta en marcha por el señor Rubalcaba" [entonces ministro del Interior] en la "que habían involucrado al señor Correa porque era amigo del yerno de Aznar". Antes de empezar la sesión, la Fiscalía Anticorrupción ha informado que Suiza ha autorizado definitivamente el uso en el juicio de toda la documentación bancaria remitida sobre Luis Bárcenas, ex tesorero del PP.

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Crespo ha aprovechado su declaración para intentar saldar deudas pendientes. Las condiciones de mi detención fueron infrahumanas. Los calabozos de la comisaría Moratalaz son para cerrarlos. No sé puede ni hacer las necesidades básicas", señaló Crespo para argumentar por qué no ratificaba la declaración policial que hizo en febrero de 2009 nada más ser detenido. Crespo, aunque señaló que tiene una memoria muy frágil, dijo el número de placa del agente que durante su interrogatorio "amenazó a mi letrado".

"Estuve tres días metido en un agujero oscuro y después me enviaron a Soto del Real donde me pude por fin duchar. Es peor que una mazmorra de la Edad Media. Mi estado anímico no era bueno, por eso no ratificó mi declaración policial", explicó Crespo, que tampoco ratifica las declaraciones que hizo antes los dos primeros jueces instructores del caso, Baltasar Garzón y Antonio Pedreira, "porque me grabaron ilegalmente en prisión. Había preguntas que me hicieron en el TSJM que estaban dirigidas gracias a esas grabaciones".

El señor Rubalcaba

Crespo tenía estudiada su declaración y dijo lo que quería decir: "Había recibido información de que había una operación desde el despacho del señor Rubalcaba, luego de Antonio Camacho [secretario de Estado con el primero y ministro después], con unos policías amigos, para montar una operación contra el Partido Popular y que en ese asunto estaba involucrado el señor Correa por su relación con el yerno del señor Aznar". Esa operación es la que provocó que el denominado 'cerebro financiero' de la trama, Ramón Blanco Balín, retirara su nombre de las sociedades creadas para ocultar dinero en el extranjero "un mes y pocos días" antes de las detenciones de febrero de 2009. "Podría especular... Yo creo que tenía algún conocimiento de la operación que se estaba montando entre el juez Garzón y otros personajes", señaló Crespo.

El exdirigente socialista ha contestado a Crespo a través de un mensaje publicado en su cuenta de Facebook:

Un directivo de perfil bajo

Crespo ha inentado dar la imagen de un directivo de perfil bajo, un tipo obediente que seguía fielmente las instrucciones de Correa. "Cuando yo me incorporé en el año 2002 a las empresas del Correa mi experiencia como empresario era cero y yo pedía instrucciones continuamente", señaló. Previamente aclaró que sus estudios se limitaban a COU y primero de derecho. La Fiscalía intentó aclarar las funciones y competencias de Crespo en la trama, empezando por la caja B de Correa, aquella que se nutría de comisiones de empresarios que ganaban contratos presuntamente amañados.

"Desconozco lo que se apuntaba en lo que ustedes han llamado caja B". Crespo asegura que solo manejó una caja fuerte personal "en la que guardaba una colección de relojes y documentación del señor Correa". En cuanto a las cajas de seguridad de las empresas del grupo señaló que siempre se nutrían de efectivo que procedía de los bancos. Todo legal. Dinero en efectivo que se utilizaba legalmente para pagar a proveedores. "Yo con la caja B no tenía capacidad de disposición. No conozco el contenido ni el dinero que se ha manejado en la caja B".

"Lo desconozco. No lo sé. No me consta"

La verdad es que la jornada fue bastante tediosa y anodina. La Fiscalía no tuvo su día y Crespo tampoco ayudó, asegurando en muchas ocasiones que él no tenía constancia de muchos de los documentos que le mostraron. Descartó incluso que el pen drive decomisado a su nombre fuera suyo, negando conocer el contenido de algunas facturas incluidas "en ese pen drive que dicen que es mío". En ese pen aparece una carpeta con el llamativo nombre "pufos de Boadilla". ¿A qué se refiere?, preguntó la Fiscalía. "Lo desconozco", contestó Crespo.

Crespo tenía estudiada la estrategia. Si cuando declaró Correa este asumió toda la culpa y exculpó a sus colaboradores, la mano derecha de ‘don Vito’ corroboró lo dicho. "Solo anotaba lo que me decía el señor Correa, que tenía una memoria privilegiada. A mí pasa todo lo contrario". Crespo ha asegurado que cuando él se incorporó a finales del año 2002 como directivo de las empresas de Correa "mi experiencia como empresario era cero y yo pedía instrucciones continuamente. Correa me daba instrucciones verbalmente. Era raro que pasáramos un día sin hablar, ya que Correa no solo era mi jefe, era mi amigo".

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Crespo sí reconoció en cambio que era suya una agenda decomisada también en los registros. "Es un bloc de notas, no una agenda. Hay de todo, proyectos de negocios, comentarios que me hacían, cosas personales, hasta coas que me apuntaba del señor Correa". En ese bloc aparecen varios apuntes de la estructura societaria que montó la trama para esconder dinero en el extranjero. "Yo dirigía las empresas de eventos pero las empresas patrimoniales las llevaba personalmente el señor Correa. En junio o julio de 2005 las empezó a llevar el señor Blanco Balin. Correa delegaba en mí para despachar los temas con Blanco y yo se las trasladaba al señor Correa. Blanco Balín dejó de ser administrador a finales de 2008 yo creo que porque tenía información de la intervención que estaban montando el juez Garzón y otros personajes".

En definitiva, Crespo intentó dejar claro que todo lo que hizo fue legal, como un simple directivo de empresas que se dedican a organizar eventos. "Facturas que se quedarían traspapeladas en mi casa". "Lo desconozco". "Esa letra no es la mía". "Lo que sé lo he sabido por el escrito de acusación". "No me consta". Frases que se repitieron en su declaración. Crespo era un directivo que solo "firmaba las cuentas anuales de las empresas y los cheques para disposición de fondos". Es curioso también que la Fiscalía ocupara diez minutos de su interrogatorio en los pagos a una trabajadora ecuatoriana que limpiaba en las empresas y muy poco tiempo en los asesores financieros de la trama: Blanco Balín y el bróker suizo Arturo Fasana. Crespo reconoció que se reunió muchas veces con este último.

Crespo ha negado tener conocimiento de presuntos pagos de comisiones a cargos públicos

En cuanto a los pagos de presuntas comisiones a cargos públicos, más de lo mismo. Crespo no supo nunca nada. "No tuve conocimiento de pagar comisiones a Ricardo Galeote, ni que hubiera ilegalidad alguna. Al señor Galeote le he conocido hace un poco más de año en la Audiencia Nacional". Galeote fue alto cargo en el Ayuntamiento de Estepona (Málaga). Correa ya dijo en su declaración que nunca le pagó. Crespo también ha asegurado que no tuvo relación con el ex alcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, procesado por cobrar presuntamente importantes comisiones de la trama a cambio de contratos. "Desconozco lo que aparece en la ‘cuenta Willy’. Con Ortega no tuve la más mínima relación. Jamás he tenido trato con él". Su declaración se perdió en una maraña técnica de facturas y contratos en los que la Fiscalía intentaba sacar alguna respuesta esclarecedora y en la que Crespo no entraba al trapo, recalcando su frase más típica: "Yo no lo sé. Lo desconozco. Eso lo decidía el señor Correa".