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Blesa culpa a Terceiro de las tarjetas y dice que Hacienda y la CNMV no las cuestionaron
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juicio a las tarjetas black

Blesa culpa a Terceiro de las tarjetas y dice que Hacienda y la CNMV no las cuestionaron

Confirma que él decidía sobre su concesión y cuantía, pero asegura que lo hacía en la confianza de que eran legales y de que se practicaban las retenciones fiscales correspondientes

Foto: El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa declara en el juicio contra los usuarios de las tarjetas opacas de Caja Madrid. (EFE)
El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa declara en el juicio contra los usuarios de las tarjetas opacas de Caja Madrid. (EFE)

Ni creó las tarjetas 'black' como mantiene el fiscal en su escrito de acusación, ni autorizó que se ampliara su límite de gasto. El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ha repartido responsabilidades entre todos durante su declaración en el juicio por esos medios de pago opacos con el que fueron agraciados consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia. La de la creación de ese medio de pago, la tiene su antecesor en el cargo, Jaime Terceiro, que, según dijo, ya le facilitó una cuando todavía era solo consejero. Pero además, ese "complemento retributivo", como lo ha denominado Blesa, estaba declarado, eso sí, de forma agregada, en los informes de gobierno corporativo que se enviaban cada año a la CNMV y estuvo a disposición de las dos inspecciones de Hacienda y del Banco de España que sufrió la entidad durante su mandato y de la auditoría externa, que tuvo "suficientes pistas" para deducir su existencia. El expresidente solo ha admitido que era él quién las autorizaba y establecía su límite de gasto en confianza de que lo que hacía era legal y de que la entidad practicaba las correspondientes retenciones fiscales.

Blesa admite que él fijaba la entrega y cuantía de las ‘tarjetas black’

Terceiro, que tendrá que declarar como testigo en unos días, ha sido el blanco de gran parte de las culpas que Blesa ha desviado. El consejo presidido por su antecesor en el cargo fue quien, el 17 de mayo de 1988, aprobó un plan de revisión y actualización de las retribuciones de todo el personal de la caja, según el principal acusado del juicio de las 'black'. Ese plan delegaba en el presidente de la entidad la posibilidad de conceder determinados incrementos salariales e incentivos a directivos y consejeros. El fiscal, Alejandro Luzón, le ha recordado que en ese acuerdo no se hace ninguna referencia expresa a las tarjetas, pero Blesa ha contestado que estas eran únicamente un medio más de la entidad para satisfacer esos pagos. Es decir, que lo importante es que existía una autorización de la caja, previa a su llegada a la presidencia, que le autorizaba a aumentar el sueldo de consejeros y directivos. Que esos aumentos se abonaran mediante tarjetas de crédito es indiferente para el exdirectivo.

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Luzón le ha preguntado quién le dio su primera tarjeta cuando llegó a los órganos directivos de la caja, a lo que Blesa ha respondido que fue el secretario general. "Me dijo que era para gastos de libre disposición", ha afirmado abundando en su línea de defensa. Después, a preguntas de su abogado, ha insitido: "Nunca me pidieron que justificara los gastos". Otro grupo de acusados, los que hicieron disposiciones de menor cuantía con ellas, han mantenido a lo largo de la instrucción que en realidad su uso estaba limitado a "gastos de representación".

A partir de esa coartada -que él no las creó, en contra de lo que mantiene el fiscal, y que eran un complemento retributivo para gastos de libre disposición- Blesa ha comenzado a construir su discurso. Ha afirmado que al concederlas a consejeros y directivos de la entidad que presidía, actuó movido por "un principio de confianza" en que, lo que se venía haciendo desde 1988, era legal. "Cuando llegué a la presidencia no me puse a revisar decisión a decisión de la anterior dirección para comprobar si tenían amparo en las decisiones de órganos de la caja", ha dicho. Cuando Luzón le ha preguntado si Caja Madrid facilitaba información a los consejeros sobre la necesidad de declarar esas tarjetas como parte del salario, Blesa ha respondido que la entidad no estaba obligada a decir a los consejeros cómo hacer su declaración del IRPF, pero ha afirmado que a todos se les enviaba cada año un certificado de ingresos y retenciones.

El problema es que, en ese certificado, tampoco se recogía lo gastado con esas tarjetas. El expresidente, ante el tribunal, ha manifestado la sorpresa que supuso para él conocer ese hecho. "Todo el mundo estaba en la creencia de que esas tarjetas estaban incluidas", ha dicho. "Pero, ¿por qué no se hacían esas retenciones?", ha insitido el fiscal. "Teníamos el convencimiento de que esas retenciones sí se hacían", ha respondido Blesa.

El expresidente también ha dedicado gran parte de sus respuestas a tratar de demostrar que las tarjetas no eran opacas. Que los órganos de la entidad, los auditores internos y externos y los organismos supervisores pudieron conocer su existencia. "No exisitió ocultación porque esas retribuciones estaban incluidas en el plan general de contabilidad de la caja, los auditores disponían de ello y la inspección [de Hacienda] pudo analizarlo", ha asegurado. "El auditor externo conoció la existencia de las tarjetas porque tiene la obligación de analizar las actas de los órganos de gobierno y de la inspección. De ahí se puede deducir su existencia", ha insistido Blesa. "¿Cómo lo pueden deducir?", le ha preguntado Luzón. "Tienen suficientes pistas para ello", ha contestado.

Otro de los indicios sobre la presunta ocultacion de estos medios de pago que maneja el fiscal es el hecho de que no se incluyeran en el informe de gobierno corporativo que la caja enviaba cada año a la CNMV, donde se recogen con detalle las retribuciones de los miembros de alta dirección. Blesa negó que no se hubieran incluido. "En esos informes no hay que hacer mención al medio de pago [las tarjetas] sino a la cuantía de la retribución", ha afirmado. "Esas cantidades estaban incluidas en las retribuciones de los consejeros y los directivos. Le dábamos de manera agregada todas las cifras a la CNMV", ha añadido.

Foto: el-supuesto-ideologo-de-las-tarjetas-black-pasa-a-la-ofensiva-y-culpa-a-hacienda

El expresidente ha negado reiteradamente que hubiera leído el correo electrónico enviado por el ex secretario general de la caja, Enrique de la Torre, a su sucesor en 2011 en el que le informaba de la existencia de las tarjetas, de que eran "black' a efectos fiscales", es decir, que no se declaraban a Hacienda, y que contaban con la "bendición presidencial". A pesar de que ese mensaje se envió con copia a Blesa, éste ha asegurado: "No va dirigido a mí, estoy en copia y no existe evidencia digital de que yo lo haya abierto". Acto seguido, Luzón ha insistido con otro email que sí iba dirigido a Blesa en el que su interlocutor se refiere a las tarjetas como algo "delicado". "Todas las retribuciones de consejeros y directivos eran un tema delicado", ha respondido. "Nadie tiene por qué saber cómo gasta cada uno su dinero".

Respecto de los incrementos en los límites de las tarjetas que sus beneficiarios solicitaban, algunos de ellos en períodos vacacionales, como en los meses de verano o Navidad, el expresidente ha asegurado que en realidad se trataba de ampliaciones del límite operativo, no de la retribución anual que suponía su concesión. "Se trata de una limitación al gasto mensual que se pone por razones de seguridad, pero que el titular puede pedir que se eleve", ha manifestado. "En mi caso fue para hacer un viaje en el que iba a tener gastos superiores, por eso pedí la operación", ha añadido.

Foto: El exconsejero delegado de Bankia, Francisco Verdú, no utilizó la 'black' a pesar de tenerla. (Efe)

Por último, a preguntas de su abogado, ha aprovechado para cargar contra una de las pruebas principales del caso, el documento de Excel facilitado por Bankia a la Fiscalía en el que se recogen los extractos de cada una de las tarjetas 'black' investigadas. A pesar de que todos los acusados impugnaron ese documento en el trámite de las cuestiones previas, el tribunal ha denegado su petición. En la mañana del viernes, Blesa ha asegurado durante su interrogatorio que ese documento "no es un documento mercantil". "Si uno compara los extractos de una tarjeta y ese listado, verá que no coinciden en el formato". "No es un documento bancario ni el informe que facilita Visa. Los datos que ahí vienen no los puedo contrastar con ningún documento que yo firmara al hacer un gasto, fuera donde fuera".

"No hay reproche alguno ni acusación de irregularidad de ningún departamento interno de la caja, ni de los auditores ni del Banco de España ni de Hacienda a la forma de contabilizar los gastos de las tarjetas a lo largo de 23 años", ha concluído Blesa. "Tengo la plena convicción de haber actuado legalmente".

Ni creó las tarjetas 'black' como mantiene el fiscal en su escrito de acusación, ni autorizó que se ampliara su límite de gasto. El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, ha repartido responsabilidades entre todos durante su declaración en el juicio por esos medios de pago opacos con el que fueron agraciados consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia. La de la creación de ese medio de pago, la tiene su antecesor en el cargo, Jaime Terceiro, que, según dijo, ya le facilitó una cuando todavía era solo consejero. Pero además, ese "complemento retributivo", como lo ha denominado Blesa, estaba declarado, eso sí, de forma agregada, en los informes de gobierno corporativo que se enviaban cada año a la CNMV y estuvo a disposición de las dos inspecciones de Hacienda y del Banco de España que sufrió la entidad durante su mandato y de la auditoría externa, que tuvo "suficientes pistas" para deducir su existencia. El expresidente solo ha admitido que era él quién las autorizaba y establecía su límite de gasto en confianza de que lo que hacía era legal y de que la entidad practicaba las correspondientes retenciones fiscales.

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