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11 años y medio de cárcel a un expreso de Guantánamo por mandar voluntarios a Siria
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11 años y medio de cárcel a un expreso de Guantánamo por mandar voluntarios a Siria

Lahcen Ikassrien, marroquí residente en España pasó 4 años en la prisión ilegal de EE UU en Cuba. A su vuelta se dedicó a captar voluntarios para enviarlos a las filas de ISIS en Siria

Foto: Base Naval de Guantánamo. (Reuters)
Base Naval de Guantánamo. (Reuters)

Residió en España durante más de 10 años. Pasó cuatro encarcelado en Guantánamo (Cuba) tras viajar a Afganistán, donde fue detenido y enviado a esa prisión ilegal de Estados Unidos en su base cubana. Incluso llegó a reclamar una indemnización al Estado por esos años de reclusión y por el año largo de prisión preventiva que sufrió a su vuelta a Madrid. Pero, a tenor de los hechos, Lahcen Ikassrien, en contra de lo que mantenía, no era una víctima, sino un terrorista. La Audiencia Nacional lo acaba de condenar a 11,5 años de cárcel al considerarlo el líder de la denominada Brigada Al-Ándalus, un grupo yihadista dedicado a enviar voluntarios a las filas de Al Qaeda en Siria.

La sentencia de la sección primera de la Audiencia Nacional conocida hoy condena a Ikassrien a 10 años como dirigente de esa organización terrorista y a otro año y medio más por falsedad en documento oficial por falsificar su permiso de residencia en España, que en realidad pertenecía a otra persona y en el que había insertado una foto suya. Entre los condenados se encuentran otros ocho miembros de la célula cuyas penas ascienden a 8 años de prisión como miembros de esa misma banda.

Todos ellos formaban, según la resolución, "una auténtica plataforma de envío de combatientes yihadistas". Las labores desarrolladas por el grupo dirigido por ikassrien, localizado en Madrid, entre 2011 y 2014, cuando se produjeron las detenciones, consistían en la captación, radicalización, adoctrinamiento y posterior envío de voluntarios a Siria para llevar a cabo atentados terroristas "integrados en las franquicias de Al Qaeda" en Siria. Ikassrien, que actuaba bajo el alias de 'Hassan', era el referente del grupo, al que los demás integrantes mostraban respeto y cuyas directrices transmitían.

Varios de los acusados tenían ya planificado su viaje a Siria en el momento en que fueron detenidos. Algunos habían ocultado su marcha a sus familias con el pretexto de un viaje de trabajo. Las salidas se iban a producir de forma individual, pero tambien, en algunos casos, con sus familias, con el objeto de evitar ser detectados por la policía a lo largo del trayecto.

Varios de los acusados tenían ya planificado su viaje a Siria en el momento en que fueron detenidos. Algunos habían ocultado su marcha a sus familias

"Todos ellos experimentaron un proceso de radicalización y adoctrinamiento planificado en distintas fases", explica la sentencia. En la última, "llevada a cabo en diversas reuniones dirigidas por Lahcen Ikassrien, eran sometidos a un proceso de transmisión de ideas religiosas y políticas justificadoras del ideario y las aciones de las organizaciones filiales de Al Qaeda en el conflicto sirio, así como la necesidad de participar activamente e incorporarse como integrantes delas mismas", añade.

Estas reuniones de adoctrinamiento se produjeron en una finca en Santa Cruz de Pinares (Ávila), en las que se hablaba de la yihad y de la posibilidad de participar en ella. Otros encuentros se produjeron en las inmediaciones del pantano del Atazar, al norte de la provincia de Madrid, en una tetería de Torrejón de Ardoz (Madrid). Uno de los acusados, Omar el Harchi, se dedicaba a recaudar dinero en la mezquita de la M-30 y en distintos centros culturales islámicos, parte del cual se enviaba a otro de los miembros de la célula, Mohamed Amin El Aabou, que viajó en 2013 a Egipto para fundar su propio grupo. Otro de los integrantes, César Raúl Rodríguez, tiene nacionalidad argentina.

Residió en España durante más de 10 años. Pasó cuatro encarcelado en Guantánamo (Cuba) tras viajar a Afganistán, donde fue detenido y enviado a esa prisión ilegal de Estados Unidos en su base cubana. Incluso llegó a reclamar una indemnización al Estado por esos años de reclusión y por el año largo de prisión preventiva que sufrió a su vuelta a Madrid. Pero, a tenor de los hechos, Lahcen Ikassrien, en contra de lo que mantenía, no era una víctima, sino un terrorista. La Audiencia Nacional lo acaba de condenar a 11,5 años de cárcel al considerarlo el líder de la denominada Brigada Al-Ándalus, un grupo yihadista dedicado a enviar voluntarios a las filas de Al Qaeda en Siria.

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