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Hermanos Musulmanes busca dinero para abrir el primer colegio islámico de España
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YA ha COMPRADO una parcela industrial EN valencia

Hermanos Musulmanes busca dinero para abrir el primer colegio islámico de España

La organización islamista Hermanos Musulmanes ha invertido dos millones de euros en una parcela de 28.000 metros cuadrados en Valencia en la que pretende dar clase a 800 alumnos

Foto: Imágenes de la parcela industrial adquirida por Hermanos Musulmanes. (Mil Anuncios)
Imágenes de la parcela industrial adquirida por Hermanos Musulmanes. (Mil Anuncios)

La organización islamista Hermanos Musulmanes proyecta en Valencia el primer colegio islámico de España. Los promotores ya han invertido dos millones de euros en la adquisición de unas antiguas instalaciones industriales con 28.927 metros de superficie y 8.334 metros construidos, situadas a 15 minutos en coche del centro de la ciudad, pero necesitan urgentemente fondos adicionales para acondicionar el recinto y contratar profesores, según ha podido saber El Confidencial. Esperan captar hasta 800 alumnos, desde preescolar a bachillerato. Ofrecerán las mismas asignaturas que cualquier otro centro, pero con el objetivo de inculcar a los más jóvenes la doctrina de este grupo radical, que defiende la aplicación de la ley islámica y la superioridad del islam sobre el resto de confesiones.

Sobre el papel, el proyecto está siendo impulsado por una entidad aparentamente inocua inscrita en el Registro de Fundaciones en 2010, la Fundación Islámica en España, Convivencia e Integración (Fieci), con domicilio en el número 23 de la calle Granada de Valencia. Sin embargo, los tres principales directivos de la fundación, Faouzi ben Messaoud, Adda Tahar y Dhaou ben Salah Triki, pertenecen a la Liga Islámica para el Diálogo y la Convivencia en España (Lidcoe), la asociación que abandera y coordina la presencia de Hermanos Musulmanes en España y actúa como representante del movimiento ante la Federación de Organización Islámica de Europa (FIOE, por sus siglas en inglés), la rama en el Viejo Continente de Hermanos Musulmanes. También coinciden las direcciones: la sede oficial de Lidcoe está en el número 32 de la calle Granada de Valencia.

Sus promotores, conscientes de las connotaciones negativas que acompañan a esa organización internacional, prefieren desmentir cualquier vínculo. Egipto y Arabia Saudí han declarado a Hermanos Musulmanes una organización terrorista y Reino Unido no ha llegado a prohibirla pero ha advertido de sus vínculos con el extremismo yihadista. “No tenemos nada que ver con Hermanos Musulmanes y no nos importa si nuestros miembros tienen alguna relación con ellos”, zanja el propio presidente de la Fieci, Faouzi ben Messaoud, en conversación telefónica con este diario, antes de admitir que los referentes que han utilizado para el diseño del colegio son centros educativos similares de Suecia y Francia impulsados por la FIOE.

En su opinión, “es un modelo que puede funcionar en España”. “Sería el primer centro de este tipo. Llevamos cuatros años trabajando en el proyecto y está calculado pensando en las necesidades de la comunidad musulmana”, añade Faouzi. Sus estimaciones más modestas pasan por ofrecer clases desde el primer al último curso del ciclo escolar con un total de 300 plazas, aunque después de recorrer las mezquitas de la Comunidad Valenciana contando el proyecto, están convencidos de que llegarían sin problemas a dos clases por curso y más de 800 estudiantes.

Los promotores ya han contado con la ayuda del Banco Islámico de Desarrollo (BID) de Arabia Saudí para conseguir los dos millones de euros que necesitaban para poder comprar la parcela del futuro colegio. Se trata de la antigua sede logística de la Cooperativa de Ferreteros Detallistas de Valencia (Cofedeva), en la carretera de Pla de Quart, dentro del término municipal de Aladaia, aunque a solo 10 kilómetros del ayuntamiento de la capital del Turia.

Sin embargo, la Fieci busca nuevos donantes para poder abrir el colegio. “Se habían comprometido con nosotros, pero la situación parece que ha cambiado. Esperábamos donaciones de Arabia Saudí, Qatar y Kuwait, pero ese dinero no llega. La prioridad de esos países ahora es ayudar en Siria, Yemen...”, lamenta el presidente de la fundación promotora. El contratiempo les ha llevado a poner de nuevo en venta la parcela, por si finalmente tuvieran que traspasarla. Piden tres millones, uno más de lo que pagaron. “Nos cuesta mucho mantener las instalaciones y a lo mejor no tenemos más remedio que venderlas. Ya hemos recibido varias ofertas, pero nuestro objetivo es abrir el colegio y seguimos buscando posibles donantes. Si finalmente no pudiéramos cumplir nuestros planes, seguiríamos adelante y buscaríamos otro suelo, pero queremos algo que reúna las condiciones para abrir el primer centro en España de estas características. No nos vale cualquier sitio”.

Por lo pronto, ya han llegado más lejos que ninguna otra comunidad islámica en España. La mayoría de mezquitas ofrece clases de apoyo a escolares que aprovechan para expandir su particular visión del islam entre los niños, pero esas sesiones siempre se celebran fuera del horario lectivo y, por tanto, se compaginan con la jornada en un centro educativo tradicional. Los Hermanos Musulmanes han comprado los terrenos para desarrollar un proyecto más ambicioso: controlar la educación integral de generaciones de musulmanes utilizando su doctrina como único principio inspirador.

El presidente de la fundación asegura que, en realidad, “la única diferencia de su colegio con el resto de centros será que tendrá como objetivo difundir el conocimiento del islam y del idioma árabe”. Según los estatutos de la entidad, aprobados en 2010 por el Ministerio de Sanidad y Política Social, sus fines son la defensa de los derechos humanos y los valores constitucionales, la asistencia social a sectores desfavorecidos y el impulso de la cultura islámica en España. Nada objetable.

Pero la sombra de Hermanos Musulmanes gravita sobre la fundación y el colegio. Tanto, que los planes inquietan a las fuerzas de la lucha antiterrorista, admiten fuentes consultadas por El Confidencial. Después de todo, la doctrina de la yihad que desencadenó la creación de Al Qaeda surgió en el seno de Hermanos Musulmanes. Uno de sus miembros históricos, Abdulah Yusuf Azzam, está considerado el ideólogo del terrorismo internacional. El colegio estaría lejos de esa amenaza, pero podría dificultar la integración de los musulmanes más jóvenes y promover su radicalización. Y después de la radicalización, ya solo queda un peldaño para convertirse en un problema de seguridad.

Además, la Fieci no solo tiene vínculos con Hermanos Musulmanes. Algunos de sus miembros, como Dhaou ben Salah Triki, están vinculados con la rama tunecina de ese movimiento, Ennahdha (Partido del Renacimiento, en árabe), un partido islamista que surgió en los ochenta, pero no fue reconocido oficialmente hasta 2011 con el estallido de la Primavera Árabe, aunque defiende justo lo contrario de lo que significó ese hito en la historia del país. Ennahdha reclama la instauración en Túnez de un Estado islámico, con la sharía como única fuente del derecho. Algunos de sus seguidores fueron los primeros musulmanes que se instalaron en Valencia y sentaron las bases para que años después desembarcara Hermanos Musulmanes. En la Fieci confluyen en estos momentos todas esas sensibilidades, en clara rivalidad con otras ramas del islam que se expanden por España. La apertura del colegio sería un golpe de autoridad.

El creador del islamismo político moderno

En aquellos países donde tienen ramificaciones, los Hermanos Musulmanes suelen ser vigilados de cerca por los servicios de seguridad, y por buenas razones. El grupo es el creador del islamismo político moderno, que propugna la introducción de la sharía o ley islámica como base del derecho y, por tanto, como principio organizador de la sociedad y la política, resumido en su conocido eslogan “El islam es la solución”.

Y cuando las movilizaciones pacíficas de la organización no han logrado sus objetivos, esta no ha dudado en recurrir a la violencia, como por ejemplo durante las sangrientas campañas terroristas en Egipto en los años cuarenta y cincuenta, o en la insurrección en 1982 contra el régimen sirio de Hafez al Asad. Aunque la mayoría de las ramas del grupo han renunciado oficialmente al terrorismo, de su seno han salido escisiones radicales, como la Yihad Islámica, responsable del asesinato del presidente egipcio Anuar El Sadat en 1981, posteriormente absorbida por Al Qaeda, o Hamás en los territorios palestinos.

En algunos países, los Hermanos Musulmanes han establecido partidos políticos respetables, como el Frente de Acción Islámica en Jordania o Ennahdha en Túnez, que tras cuatro años en el Gobierno se retiró pacíficamente del poder al perder las elecciones de 2015. Pero en el vecino Egipto, el ejecutivo de Mohamed Morsi trató de imponer un programa de islamización forzosa acelerada que generó un amplio descontento, que culminó en su derrocamiento mediante un golpe de estado en el verano de 2013. La nueva junta militar de Abdelfatah Al Sisi proscribió al grupo, persiguiéndolo duramente, lo que ha llevado a algunos de sus miembros a volver a poner bombas y atentar contra miembros de las fuerzas de seguridad egipcias.

En la actualidad, los Hermanos Musulmanes son considerados una organización terrorista por los Gobiernos de Egipto, Siria, Rusia, Arabia Saudí, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos. A su vez, grupos más radicales como el Estado Islámico los califican de “apóstatas” por su aceptación del juego democrático y su tolerancia relativa hacia otras versiones del islam.

Daniel Iriarte.

La organización islamista Hermanos Musulmanes proyecta en Valencia el primer colegio islámico de España. Los promotores ya han invertido dos millones de euros en la adquisición de unas antiguas instalaciones industriales con 28.927 metros de superficie y 8.334 metros construidos, situadas a 15 minutos en coche del centro de la ciudad, pero necesitan urgentemente fondos adicionales para acondicionar el recinto y contratar profesores, según ha podido saber El Confidencial. Esperan captar hasta 800 alumnos, desde preescolar a bachillerato. Ofrecerán las mismas asignaturas que cualquier otro centro, pero con el objetivo de inculcar a los más jóvenes la doctrina de este grupo radical, que defiende la aplicación de la ley islámica y la superioridad del islam sobre el resto de confesiones.

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