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Los agentes relativizan las contradicciones de la madre de Diana Quer
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todas las vías de investigación siguen abiertas

Los agentes relativizan las contradicciones de la madre de Diana Quer

Los investigadores restan importancia a que ahora admita que su hija llegó a su casa la madrugada del 22 de agosto y se cambió de ropa

Foto: Diana Quer, a la izquierda, y su hermana Valeria. (Facebook)
Diana Quer, a la izquierda, y su hermana Valeria. (Facebook)

Los investigadores de la Guardia Civil están centrados únicamente en resolver el caso de la desaparición de Diana Quer López-Pinel. No quieren ni oír hablar de los dimes y diretes que rodean a los padres de la chica, Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel. Ni siquiera dan importancia a las contradicciones en las que pudiera haber incurrido la madre durante las declaraciones públicas que ha hecho. "Desde el principio, siempre ha dicho lo mismo ante la Guardia Civil", asegura a El Confidencial su abogado, Pedro de Bernardo, que tras la decisión del Juzgado número 2 de Ribeira de retirar la custodia a la madre actúa como su portavoz, ya que ella se niega a volver a aparecer ante las cámaras.

El letrado se refiere a que su clienta y amiga acaba de admitir que su hija pasó por casa la madrugada del 22 de agosto, cosa que negaba hasta el momento. "Ella sigue insistiendo en que no oyó a Diana entrar en el domicilio", ha aclarado el abogado, quien ha confirmado también que la madre de la joven echa de menos unos pantalones vaqueros, que son probablemente los que la chica se puso cuando llegó a su casa. Dejó los rosas cortos con los que la describieron los carteles de SOS Desaparecidos que fueron divulgados por la Guardia Civil y se puso los mencionados tejanos para volver a la calle.

Probablemente estas pequeñas contradicciones han adquirido otra dimensión por haberse producido en el contexto en el que han tenido lugar: justo después de que la madre de Diana perdiera la custodia de su hija Valeria. Este último caso, sin embargo, aún está abierto, ya que existe un recurso que el juzgado debe resolver y un dictamen de otro tribunal de Pozuelo que otorga el cuidado a la madre y que ya ha desestimado en alguna ocasión la reclamación de Juan Carlos Quer de quedarse con la custodia.

Las difíciles relaciones que había en el seno de la familia no han facilitado la investigación precisamente, pero tampoco han supuesto un impedimento para la misma. La realidad era la que era y a ella han tenido que adaptarse los responsables de las pesquisas, que de hecho no rechazan ninguna hipótesis, precisamente por el ambiente en el que se ha producido la desaparición. Una huida voluntaria encajaría en el marco de los complejos y a veces violentos enfrentamientos que tenían lugar entre padres e hijas, pero es que una ausencia forzada podría concordar con esas compañías poco recomendables que frecuentaban las dos hermanas.

Todas las posibilidades están abiertas, por lo tanto, para los responsables de las diligencias, hasta que el caso quede meridianamente resuelto y todas las pruebas encajen. Mientras tanto, lo que hay es un cúmulo de indicios que apuntan a diferentes líneas de investigación en las que trabajan los agentes con el mismo ímpetu. Recientemente, por ejemplo, ha trascendido que Diana pudo subirse a un coche y abandonar su vivienda en él. Esta conclusión la habrían sacado los investigadores tras analizar la señal de los repetidores que dieron servicio al teléfono móvil de la chica durante la madrugada del 22 de agosto.

Según estos datos, el terminal se habría movido más rápido en un determinado momento y esto podría apuntar hacia la mencionada hipótesis de que se subió a un vehículo. Si luego fue a casa y volvió a moverse a la misma velocidad, la chica podría haber vuelto a meterse en el coche, cosa que ocurre lógicamente de manera voluntaria, ya que nadie podría haberla forzado a entrar a su casa a cambiarse y luego a salir. Esta hipótesis encajaría también con el hecho de que no se haya encontrado signo alguno de violencia en las inmediaciones de la casa.

Sin embargo, los agentes quieren tener todo asegurado y no dan por buena ninguna conclusión hasta que estén todos los cabos atados. La saturación de un repetidor en un momento dado, por ejemplo, puede provocar que la señal sea servida por otro, lo que dificultaría las deducciones, extremo que también están tratando de averiguar los investigadores, que en caso de comprobar la hipótesis del vehículo, tendrían que tratar de localizar en segundo término a su acompañante, probablemente también a través del análisis de los teléfonos móviles que utilizaron los mismos repetidores, tarea enormemente compleja desde el punto de vista técnico.

Los investigadores sospechan que Diana Quer se subió en un coche poco antes de desaparecer

Que Diana se pusiera unos vaqueros para abrigarse porque sentía frío casaría con los indicios que apuntan a que volvió a casa, pero no encajaría en principio con lo declarado por un testigo, que asegura que la vio con un mono azul. Sin embargo, también pudiera ser que este último declarante tuviera esa percepción, ya que se trata del recuerdo de una imagen que no tenía intención de memorizar cuando la vio y de una visión nocturna que pudo ser distorsionada por la falta de luz. De ahí que la Guardia Civil ponga todos los testimonios en tela de juicio y trate de comprobarlos sin excepción, ya vengan de personas anónimas que pudieron cruzarse con Diana, ya procedan de la propia familia.

Los investigadores, por lo tanto, se centran en analizar los hechos con extrema prudencia y en contrastar todos los testimonios, independientemente de la fuente de la que procedan. Algunas personas llaman a la Guardia Civil y aseguran haber visto a Diana en el campo con una mochila, por ejemplo. Están totalmente seguras, pero luego se comprueba y se descarta. Llegan decenas de avisos de ciudadanos con interés en colaborar y la Guardia Civil siempre los contrasta.

Los investigadores de la Guardia Civil están centrados únicamente en resolver el caso de la desaparición de Diana Quer López-Pinel. No quieren ni oír hablar de los dimes y diretes que rodean a los padres de la chica, Juan Carlos Quer y Diana López-Pinel. Ni siquiera dan importancia a las contradicciones en las que pudiera haber incurrido la madre durante las declaraciones públicas que ha hecho. "Desde el principio, siempre ha dicho lo mismo ante la Guardia Civil", asegura a El Confidencial su abogado, Pedro de Bernardo, que tras la decisión del Juzgado número 2 de Ribeira de retirar la custodia a la madre actúa como su portavoz, ya que ella se niega a volver a aparecer ante las cámaras.

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