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El Ayuntamiento de Pamplona exhumará los cuerpos de los generales Mola y Sanjurjo
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por la ley de la memoria histórica

El Ayuntamiento de Pamplona exhumará los cuerpos de los generales Mola y Sanjurjo

"No se trata de revanchismo, ni de favorecer a unos o a otros, sino más bien de cumplir la legalidad vigente y de hacer justicia con una parte de nuestra historia"

Foto: El Monumento a los Caídos en Pamplona. (EFE)
El Monumento a los Caídos en Pamplona. (EFE)

El Ayuntamiento de Pamplona ha puesto en marcha el proceso administrativo para llevar a cabo la exhumación, el próximo 16 de noviembre, de los restos mortales de las ocho personas enterradas en la cripta del Monumento a los Caídos, incluidos los de Emilio Mola y José Sanjurjo, dos de los generales que protagonizaron el golpe militar contra la II República que dio lugar en 1936 a la Guerra Civil española.

Así lo ha anunciado en rueda de prensa el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, junto al especialista en medicina legal y forense, profesor titular de medicina legal en la UPV y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Paco Etxeberria, al que el ayuntamiento ha encargado esa labor. Además de los mausoleos de ambos mandos militares, en la cripta se encuentran enterradas también otras seis personas, todas ellas del denominado bando nacional, caídas en el frente durante los casi tres años que duró el conflicto armado. Tras los trabajos de exhumación, comprobación y documentación de los restos mortales contenidos en la cripta del Monumento a los Caídos, estos serán entregados a los familiares una vez que se clausure la cripta como espacio de cementerio.

Según ha explicado el alcalde en la rueda de prensa celebrada este miércoles, "desde hace ya meses el ayuntamiento ha venido haciendo las gestiones oportunas con la máxima discreción y respeto para llevar a cabo esta acción, con la que pretendemos cumplir la Ley de la Memoria Histórica y, por supuesto, dar respuesta a una demanda social que viene de lejos en nuestra ciudad".

Joseba Asiron ha aclarado que "no se trata de revanchismo, ni de favorecer a unos o a otros, sino más bien de cumplir la legalidad vigente y de hacer justicia con una parte de nuestra historia, ya que esta es una situación que no se puede prolongar en el tiempo y no entendemos por qué hasta ahora no se ha procedido a clausurar este cementerio".

Paco Etxeberria, ha declarado, por su parte, que "son siete tumbas y la tarea va a consistir simplemente en levantar la cubierta de la tumba, inspeccionar el interior, recuperar los restos, analizar antropológicamente 'in situ' los restos, se volverán a depositar en las cajas de reducción y quedarán a disposición de las familias". Además, Etxeberria ha señalado que "el proceso no requiere obra especial y durará una semana". También ha afirmado que "no harán falta más que cinco o seis operarios especialistas en medicina forense para llevar a cabo el proceso".

El proyecto de Bildu

La exhumación de los cuerpos es la segunda parte de un plan de cuatro fases que pretende llevar a cabo el Ayuntamiento de Pamplona en el Monumento a los Caídos. La primera de ellas tuvo lugar en abril de 2016, cuando el consistorio cambió de nombre la plaza en donde se encuentra el edificio: pasó de llamarse Conde de Rodezno a plaza de la Libertad. "El nombre que ha ostentado esta plaza desde el año 1952 pertenece a Tomás Domínguez Arévalo, ministro de Justicia en el primero de los gobiernos de Franco y, por tanto, el más sangriento de todos y responsable directo de la muerte de miles de personas inocentes", dijo entonces el alcalde de Pamplona.

Tras la exhumación de los cuerpos en noviembre, que sería el segundo paso, el ayuntamiento pretende eliminar todos los elementos de simbología franquista que pueda haber en el edificio porque "no cumplen los preceptos de la Ley de Memoria Histórica". Por último, quedaría la cuarta fase, la más polémica para los vecinos de la ciudad: decidir qué se hace con el propio edificio. El alcalde ha asegurado que habrá un debate público antes de tomar una decisión, pero también ha sugerido la posibilidad de derruir el Monumento a los Caídos: "Habrá debate público, como dijimos, y en su momento se decidirá si se debe proceder a su derribo, a su transformación...".

De esta manera, Bildu pretende sacar adelante un proyecto en el que lleva trabajando desde julio de 2015, cuando Joseba Asiron se convirtió en el primer alcalde de la izquierda 'abertzale' de Pamplona, un cargo que habían desempeñado representantes de Unión del Pueblo Navarro (UPN) en los 16 años anteriores. Aunque en aquellas elecciones UPN volvió a ser la formación más votada y dobló en representantes a Bildu, 10 concejales frente a cinco, Asiron se hizo con el control del ayuntamiento gracias al apoyo de Geroa Bai, Aranzadi e Izquierda-Ezkerra. Desde entonces, los enfrentamientos entre ambas formaciones han sido constantes, pero coinciden en el plan que afecta al Monumento a los Caídos, o al menos UPN apoyó la primera fase del mismo. Por el momento, el partido navarro no ha opinado sobre la exhumación de los cuerpos.

Clausura del cementerio de la cripta

El alcalde ha detallado que el consistorio ha mantenido contactos, "desde la profesionalidad y el más absoluto respeto", tanto con el Arzobispado de Pamplona como con los familiares de las personas enterradas en la cripta para informarles sobre sus intenciones. El proceso administrativo se iniciará formalmente este jueves con la solicitud por parte del ayuntamiento al Departamento de Salud del Gobierno de Navarra de la clausura de ese cementerio en la cripta del Monumento a los Caídos, tal y como señala el Reglamento de Sanidad Mortuoria de Navarra. Y es que el consistorio, propietario del edificio tras habérsele donado en 1998, es quien tiene derecho legal a solicitar esa clausura y el traslado de los restos.

Una vez se obtenga la autorización del Departamento de Salud, y como señala el artículo 52 del Reglamento de Sanidad Mortuoria, el ayuntamiento dará a conocer al público la recogida de los restos con una antelación mínima de dos meses, mediante publicación en el Boletín Oficial de Navarra y en los periódicos de mayor tirada regional, a fin de que las familias de los inhumados puedan adoptar las medidas que estimen oportunas como, por ejemplo, la entrega de los restos mortales o de las cenizas en caso de cremación.

El alcalde de Pamplona ha explicado que, consultados los servicios jurídicos del ayuntamiento, este es el procedimiento más adecuado para hacer cumplir, también en el citado monumento, la Ley Foral 33/2013, de 26 de noviembre, de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936. Esa ley regula en los artículos 11 y 12 las obligaciones de las administraciones públicas en la retirada de símbolos, leyendas y menciones franquistas, así como la anulación de distinciones, nombramientos, títulos y honores institucionales.

Propiedad del edificio

El 19 de mayo de 1998, el Arzobispado de Pamplona y Obispado de Tudela y la parroquia de Cristo Rey donaron al ayuntamiento el Monumento de los Caídos, debido a la necesidad de renovación que requería el edificio. Y fue el consistorio el que corrió con esos gastos a cambio de la donación. La escritura de esa donación contenía algunas condiciones, como el uso y disfrute a perpetuidad por parte de la parroquia, y mientras el edificio donado se mantuviera en pie, de la cripta central en la que se podrían celebrar los actos de culto que creyera conveniente, así como el uso y disfrute de las dependencias ubicadas bajo la arquería lateral izquierda.

El edificio lo construyó la Diputación de Navarra, pero fue el ayuntamiento el que donó una parcela municipal de 14.281 metros cuadrados. Sobre ese solar se debía erigir el denominado Monumento de Navarra a los muertos en la Cruzada. Fue diseñado por José Yárnoz y Víctor Eúsa a principios de los años cuarenta e inaugurado en la década de los cincuenta. El monumento fue donado por la diputación al consistorio el 22 de junio de 1963.

Los ocho cuerpos

En la cripta del Monumento a los Caídos se ubican ocho sepulcros:

  • General Emilio Mola. Nacido en Cuba en 1887, murió en accidente de avión en Alcocero (Burgos) el 23 de junio de 1937. En 1961, sus restos fueron trasladados a la cripta del Monumento de los Caídos.
  • General José Sanjurjo. Nacido en Pamplona en 1872, estaba llamado a ser el comandante en jefe del bando sublevado, pero falleció el 20 de julio de 1936 en Estoril en accidente de avión. Fue trasladado al Monumento de los Caídos en 1961.
  • Joaquín Sota Garayoa. El muerto navarro más joven del bando nacional. Oriundo de Tafalla, salió voluntario al frente el 19 de julio de 1936, a los 13 años de edad, y murió en el frente de Balaguer el 21 de julio de 1938, a los 15 años. Sus restos reposaban en el cementerio de Tafalla y fueron trasladados al Monumento de los Caídos en 1961.
  • Severiano Arregui Olalquiaga. El muerto navarro de más edad del bando nacional. Oriundo de Puente la Reina. El 19 de julio de 1936 se presentó en Pamplona como voluntario, no siendo admitido por su edad (62 años). En vista de ello, se enroló como voluntario en el tercio Virgen de los Reyes, en Sevilla. Murió en Lopera el 28 de diciembre de 1936, siendo cabo. Fue enterrado en el Panteón de los Héroes de la Guerra del cementerio de San Fernando, en Sevilla. Fue al Monumento de los Caídos en 1964.
  • Pedro Martínez Chasco. Capellán voluntario de 28 años de edad, natural de Oteiza de Solana y párroco de Olejua. Fue agregado al Batallón de Cazadores de Melilla, número 3, y murió el 24 de febrero de 1938, en el frente de Ceila (Teruel). Enterrado en el cementerio de Oteiza de la Solana, fue trasladado al Monumento de los Caídos en 1961.
  • Jaime Munárriz Escondrillas. Estudiante de arquitectura, de 21 años, que fue herido el día del alzamiento en Cascante y trasladado a Pamplona, donde falleció el 21 de julio de 1936, en el Hospital de Navarra. Sus restos reposaban en su ciudad natal hasta su trasladado al Monumento de los Caídos en 1961.
  • Joaquín y Dimas Aznar Zozaya. Hermanos y labradores nacidos en Javier, muertos a los 22 y 21 años de edad respectivamente. El primero murió en el frente de Levante el 2 de julio de 1938 siendo alférez, y el segundo el 14 de mayo del mismo año en el frente de Alfambra siendo sargento. Enterrados en el cementerio de Javier fueron trasladados al Monumento de los Caídos en 1961.

El Ayuntamiento de Pamplona ha puesto en marcha el proceso administrativo para llevar a cabo la exhumación, el próximo 16 de noviembre, de los restos mortales de las ocho personas enterradas en la cripta del Monumento a los Caídos, incluidos los de Emilio Mola y José Sanjurjo, dos de los generales que protagonizaron el golpe militar contra la II República que dio lugar en 1936 a la Guerra Civil española.

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