Deoleo admite ante el juez dudas en el aceite virgen extra y planea más exigencia interna

El Juzgado de lo Social número 2 de Córdoba estudia estos días una demanda laboral que interpusieron el anterior responsable de Calidad de la mercantil Deoleo -fabricante de productos como Carbonell, Hojiblanca o Koipe- y otros tres exempleados del mismo departamento contra la empresa productora de aceite. Los extrabajadores demandaron a la compañía porque consideraban que esta les había despedido injustamente y entendían que, por lo tanto, merecían una indemnización.

La firma, sin embargo, sostiene que la rescisión de sus contratos se produjo de forma justa, ya que todos ellos habían traspasado los límites, al saltarse los estándares de calidad establecidos por Deoleo. Los hechos tuvieron lugar durante el ejercicio 2014-2015, cuando la producción bajó considerablemente de las 1,8 toneladas de la temporada anterior a apenas 800.000. El descenso fue presuntamente compensado por los componentes del departamento de Calidad con una ligera reducción de los niveles exigidos por la propia mercantil con el fin de incrementar así la producción.

Así lo ha explicado la compañía en el juzgado de Córdoba, al tiempo que ha aclarado que las decisiones tomadas por los cuatro despedidos no han afectado en ningún momento a los límites legales. Aseguran que, en cuanto detectaron que no se cumplían los estándares o que no se seguían al pie de la letra determinados procesos fundamentales, pusieron a funcionar la máquina de la inspección. Pusieron a un equipo a investigar las áreas afectadas y estos expertos determinaron que algunos procedimientos críticos no estaban siendo supervisados.

Los hechos tuvieron lugar durante el ejercicio 2014-2015, cuando la producción bajó de las 1,8 toneladas de la temporada anterior a apenas 800.000

Entre otros fallos -media docena-, los especialistas descubrieron remesas de aceite que arrojaban hasta 33,6 ppm, cuando el estándar fijado por la compañía se sitúa en 30. La normativa establece los 35 ppm como el límite a partir del cual un zumo de oliva deja de ser virgen extra y pasa a denominarse únicamente virgen, con lo que las partidas detectadas se encontraban dentro del margen legal. Sin embargo, superaban los parámetros establecidos por la propia mercantil, que mantiene cinco puntos más con el fin de asegurar que todos sus productos cumplirán la legislación en toda su vida útil.

El aceite es un producto vivo y, como tal, evoluciona, explican fuentes del sector, que indican que a lo largo de los meses es normal que incrementen sus ppm. Es decir, que ese 33,6 podía llegar a superar en algún momento el margen normativo con el paso del tiempo, con lo que dejaría de ser aceite de oliva virgen extra para ser solo virgen.

El descubrimiento de estas anomalías provocó el despido de los componentes del departamento de Calidad, según explica la compañía ante el Juzgado de lo Social número 2 de Córdoba, así como el replanteamiento de todos los procesos internos. El límite para considerar un aceite virgen extra se ha situado ahora en 25 ppm, una exigencia que pocas compañías del sector se pueden autoimponer, y el plan estratégico pivotará en torno a un conjunto de parámetros de calidad que apuntan en el mismo sentido y que en la práctica llevan meses aplicándose.

En 2014 y 2015, por ejemplo, Deoleo no había devuelto ni una sola cisterna a los proveedores de la materia prima. Es decir, que aceptaba el producto sin rechistar. En lo que va de ejercicio, explican fuentes del sector, la compañía ha retornado el 65% de las cisternas, por entender que no cumplían los nuevos estándares autoimpuestos por la nueva cúpula directiva.

Tras las disfunciones en los estándares de calidad, las autoridades italianas -donde Deoleo dispone de varias marcas, como Bertolli, una de las más internacionales del sector- abrieron un expediente contra la compañía, al detectar que los análisis químicos -que establecían que el aceite sí cumplía los parámetros normativos- no coincidían con los basados en la cata, que observaban diferencias, concluyendo que el producto no alcanzaba la calidad establecida.

El procedimiento abierto en Italia acabó con una multa de 300.000 euros por "práctica comercial incorrecta". Como consecuencia de esta controversia, Deoleo tuvo que retirar varias remesas de zumo de oliva, cosa que también tuvo que hacer en Estados Unidos, donde se estableció que había llegado un producto rancio -motivado también por la relajación en la supervisión-, y en Hong Kong, por la misma causa.

En España no se ha detectado ninguna partida fuera de la norma, por lo que no ha habido retiradas de remesas por parte de Deoleo, cuyos problemas se han limitado prácticamente a los aceites virgen extra, que representan un bajo porcentaje de las ventas en España y, sin embargo, sí suponen más del 60% de la facturación de la mercantil en Italia.

Varias compañías auditoras de primera fila han estado revisando durante los últimos meses los procesos de calidad de la multinacional aceitera, que ha decidido invertir grandes partidas de fondos, ya en este ejercicio y de cara a los próximos, en implementar exigentes estándares que conformarán la columna vertebral de su plan estratégico.