Borrell ante el juez sobre la indemnización de Benjumea : "Le correspondía más dinero"

Los 11,4 millones que cobró el expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, tras dejar la empresa podrían haber sido más de no haberse modificado su contrato dos meses antes de la quiebra de la compañía. Así lo ha manifestado el exministro de Obras Públicas y expresidente del Parlamento Europeo Josep Borrell en su declaración ante la juez Carmen Lamela, la que investiga las indemnizaciones cobradas por este y por el ex consejero delegado de la compañía, Manuel Sánchez Ortega. Borrell, según fuentes presentes en el interrogatorio, ha justificado que, tras su salida, Benjumea continuara como asesor con el mismo sueldo. "El talento hay que pagarlo", ha dicho según fuentes del caso. "Era por el bien de la compañía".

[Benjumea cobró 4,5 millones por no irse a la competencia]

El exministro, según esas mismas fuentes, ha asegurado que no estuvo presente en el consejo de administración de la compañía energética cuando se aprobaron las indemnizaciones porque estaba presentando su libro 'Las cuentas y los cuentos de la independencia' en Barcelona. Pero eso no significa que no estuviera a favor. Borrell, que por entonces era presidente de la comisión de retribuciones de la multinacional, ha contado al juez que votó por delegación a favor de esos pagos, de 11,4 millones de euros para Benjumea y 4,5 millones para Manuel Sánchez Ortega.

Tras su salida de la empresa, el ya expresidente siguió trabajando para Abengoa como asesor. Esa decisión ha sido defendida por el exministro que, según las fuentes consultadas ha afirmado que se le pagaba conforme a su cualificación profesional y por el bien de la compañía. "El talento hay que pagarlo", aseguran que ha dicho el expresidente de la Eurocámara, según esas mismas fuentes. Esas decisiones se tomaron en el consejo celebrado el 23 de septiembre de 2015, solo dos meses antes de que la compañía anunciara que presentaría el concurso de acreedores. Borrell ha asegurado que el posterior proceso concursal, que se produjo solo dos meses después de la salida de Benjumea, fue "una sorpresa", y que, cuando se aprobaron los contratos de los directivos, la situación de la energética era buena.

El actual presidente de la compañía, Antonio Fornieles, declaró el pasado mayo ante la juez que la indemnización a su antecesor en el cargo se correspondía con un pago de 4,5 millones por cese anticipado y pacto de no competencia tras dejar la compañía y otros 7 millones de bonificación por permanencia que tenía reconocida en su contrato con la sociedad, informa Europa Press. La juez Lamela le investiga a él y al ex consejero delegado Sánchez Ortega por los delitos de administración desleal e información privilegiada, delito este último que solo se imputa a Sánchez Ortega que, tras abandonar la energética se fue a la gestora de fondos estadounidense BlackRock, desde la que, supuestamente, habría tratado de aprovecharse de la mala situación económica de su antigua empresa.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional considera que Abengoa amplió su capital en octubre de 2015 para poder hacer frente a sus deudas y que el despido de Benjumea, indemnizado con 11,4 millones, fue solo una simulación para mantenerlo como asesor cobrando lo mismo que recibía como presidente. El fiscal del caso, José Perals, cree, por tanto, que los pagos millonarios de Benjumea y Sánchez -este último abandonó la empresa en julio de 2015- se produjeron cuando estos ya conocían la mala situación financiera en la que se encontraba Abengoa. El caso se inició por la querella de tres bonistas que se han integrado en la Plataforma de Perjudicados de Abengoa, de la que ya forman parte 100 accionistas.