Blesa llega a la Audiencia Nacional entre gritos de "chorizo" e "indecente"
El expresidente de Caja Madrid recibió gritos a su llegada a la Audiencia Nacional, donde fue para declarar como testigo por las supuestas presiones de Ausbanc y Manos Limpias
El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, recibió gritos de "chorizo" e "indecente" a su llegada a la Audiencia Nacional, donde acudió para declarar en calidad de testigo sobre las supuestas presiones de Ausbanc y Manos Limpias, que impulsaron una querella contra él por la compra del Banco de Florida en un proceso que acabó siendo archivado y por el que el exbanquero pidió ser indemnizado. La llegada de Blesa se produjo entre las protestas de un pequeño grupo de preferentistas como viene siendo la tónica habitual en las comparecencias que el antiguo responsable de la caja de ahorros madrileña prestó ante la Justicia.
"¡Chorizo, ladrón, indecente, métete la caja por el culo!", exclamaron tres afectados por la compra de participaciones preferentes que portaban carteles por los daños sufridos, mientras el exbanquero entraba en la sede judicial sin que se produjera ningún incidente. En esta ocasión, Blesa comparece como uno de los afectados por la trama que desplegó presiones contra los máximos dirigentes de la caja madrileña después de que ésta eliminara, en 1997, los convenios de publicidad que mantenía suscritos con la asociación dirigida por Luis Pineda.
El presidente de Caja Madrid testifica después de que el que fuera su director de Comunicación, Juan Astorqui, aclarara este miércoles ante el magistrado el "maltrato" sufrido por parte de Ausbanc y Pineda, a partir de su negativa a "pagar ni un duro" a la asociación de consumidores investigada. El juez Santiago Pedraz cree que la relación entre Ausbanc y Manos Limpias comenzó a raíz del 'caso Blesa', aunque colaboraron también en 'Nóos' o los 'ERE'.
Investiga si el grupo Ausbanc llevó a cabo prácticas "cuanto menos intimidatorias" contra las entidades financieras para que le pagasen "cuantiosas" aportaciones económicas -encubiertas como pagos por publicidad, estudios de mercado o patrocinios de jornadas- a cambio de no dirigir contra ellas "campañas de desprestigio" o acciones judiciales.
Ausbanc, que llegó a recaudar 38,9 millones de euros de las entidades financieras, recibió también subvenciones públicas y cuotas de socios, que eran "meros convidados de piedra" y con los que, aprovechando su confianza, presionaban para aparentar ser una "asociación de consumidores potente y poder acceder" a las ayudas públicas.
El expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, recibió gritos de "chorizo" e "indecente" a su llegada a la Audiencia Nacional, donde acudió para declarar en calidad de testigo sobre las supuestas presiones de Ausbanc y Manos Limpias, que impulsaron una querella contra él por la compra del Banco de Florida en un proceso que acabó siendo archivado y por el que el exbanquero pidió ser indemnizado. La llegada de Blesa se produjo entre las protestas de un pequeño grupo de preferentistas como viene siendo la tónica habitual en las comparecencias que el antiguo responsable de la caja de ahorros madrileña prestó ante la Justicia.
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