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Dos policías denuncian a su comisario por liberar a un detenido: "Se hará lo que yo diga"
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califican sus decisiones de "arbitrarias"

Dos policías denuncian a su comisario por liberar a un detenido: "Se hará lo que yo diga"

Los agentes antidisturbios acusan a su jefe de liberar a un detenido -que tenía que haber sido expulsado de España- por ser sobrino del hotel donde se alojan siempre los funcionarios

Foto: Miembros de las Unidades de Intervención Policial, en el 25 aniversario del departamento. (EFE)
Miembros de las Unidades de Intervención Policial, en el 25 aniversario del departamento. (EFE)

Dos antidisturbios de las Unidades de Intervención Policial (UIP) destacados en la Junquera denunciaron el pasado 7 de mayo la actuación que protagonizaron su comisario, L. C. S. B., responsable del Grupo de Extranjería, y el inspector jefe J. R. A. M., jefe de la Unidad de Extranjería y Documentación de la zona. Los agentes, con destino en Valencia pero enviados a la frontera, aseguraron en una minuta que ambos mandos echaron por tierra la detención de un delincuente que habían detenido y lo liberaron porque era familia de una empleada del hotel Nacional, donde se hospedan habitualmente los funcionarios que se trasladan a la frontera desde otros puntos de España.

"Aquí se hará lo que yo diga", dijo el inspector jefe a los agentes que le comunicaron que acababan de detener a una persona por posesión de una sustancia estupefaciente y por encontrarse en situación irregular en España. "Habéis detenido al sobrino de una trabajadora del hotel Nacional donde os quedáis a dormir y vais a comer y cenar todos los días", añadió minutos después el comisario en presencia de la tía del arrestado, a la que el propio comisario había recibido en persona en la puerta de las dependencias policiales.

"Tenéis claro cómo vamos a hacer esto, ¿verdad?", preguntó el inspector jefe a los dos funcionarios de las UIP, que se mantuvieron en silencio hasta que el mando se respondió a sí mismo. "Esto se va a hacer como he ordenado yo y punto", replicó J. R. A. M. a sus subordinados antes de dar un "fuerte portazo y abandonar el despacho" en el que les había congregado, según relata la minuta redactada por los policías.

Apenas una hora antes, a las 17.30, los agentes habían detenido a E. M. E. G. en un "control de vehículos y ocupantes" por portar "un paquete de tabaco que contenía en su interior una sustancia sólida de color marrón, al parecer hachís, así como una bolsita de 10 semillas de marihuana" y por comprobar que se encontraba "en situación irregular", infringiendo el artículo 53.1A de la Ley de Extranjería. El joven viajaba en un Fiat Punto azul junto a otros tres amigos que fueron puestos en libertad por la Policía al no llevar droga y tener los papeles en regla.

En el momento de ser arrestado, el hombre se dirigió a sus dos compañeros y en voz alta les insistió varias veces con la misma frase. "Llamad a mi tía ahora mismo y decidle lo que ha pasado", les encargó el detenido mientras la otra pareja abandonaba el lugar. Los agentes avisaron a un coche patrulla con mampara de seguridad, pusieron los grilletes al joven y esperaron a que llegara el vehículo procedente de la comisaría de la Junquera.

Los dos funcionarios, que trabajaban en la zona en el marco de la operación Nómada -encargada de la lucha contra el crimen organizado de carácter itinerante-, acudieron a su jefe, que les ordenó dirigirse al responsable del Grupo Operativo de Extranjería, el mencionado comisario L. C. S. B., que prefirió, como se ha dicho, dejar en libertad al detenido a pesar de los delitos que le achacaban los funcionarios y de los antecedentes que tenía tanto en las bases de datos de la Policía Nacional como en las de los Mossos d'Esquadra.

El inspector jefe J. R. A. M., por su parte, además de gestionar la puesta en libertad, ordenó que no se reflejara la detención en ningún libro de registro y que se destruyeran las reseñas realizadas en las hojas amarillas así como las de derechos, que ya estaban cumplimentadas, firmadas y selladas por el inspector coordinador, según relatan los dos funcionarios de las UIP en la citada minuta. Argumentó a sus subordinados que lo que se iba a hacer es un expediente con propuesta de sanción económica y no uno de expulsión, como teóricamente le correspondía, lo que en la práctica suponía la libertad efectiva del arrestado.

J. R. A. M., además de gestionar la puesta en libertad, ordenó que no se reflejara la detención en ningún libro de registro y que se destruyeran las reseñas

El inspector jefe tomó la decisión a pesar de que los agentes antidisturbios insistieron en que el detenido había sido parado en un control policial, que se había comprobado que estaba en situación irregular y que poseía una sustancia estupefaciente en el momento del arresto. "Aquí se hará lo que yo diga", contestó el mando policial ante la insistencia de los agentes.

Acto seguido, el mismo mando indicó a sus subordinados que "por orden de la superioridad" el joven "no se iba a quedar detenido" y que ambos debían redactar una minuta en la que tenían que explicar que los funcionarios habían trasladado al hombre a comisaría, lo habían puesto a disposición del Grupo Operativo de Extranjería y este último se había encargado de los trámites administrativos previos a la incoación del expediente de sanción.

A las 19:55, el detenido abandona las dependencias policiales. En la puerta le esperaban los dos compañeros que quedaron en libertad tras el control de carretera y la tía del arrestado, empleada del hotel Nacional, según había dicho el comisario, quienes se fundieron en un abrazo y comenzaron a saltar y a reírse mientras destruían la sustancia estupefaciente en presencia de los funcionarios policiales. En la minuta elevada por los agentes de las UIP a su jefe, ambos indican que las decisiones del comisario y del inspector jefe de la Junquera fueron tomadas con "total arbitrariedad" y que por eso comunican la historia a sus responsables jerárquicos.

Los miembros de las Unidades de Intervención Policial se quedan habitualmente en el hotel Nacional de La Junquera. El departamento antidisturbios mantiene un compromiso con el establecimiento por el que este reserva regularmente plazas para los funcionarios a cambio de que la Policía garantice que los agentes acudirán durante todo el año.

Dos antidisturbios de las Unidades de Intervención Policial (UIP) destacados en la Junquera denunciaron el pasado 7 de mayo la actuación que protagonizaron su comisario, L. C. S. B., responsable del Grupo de Extranjería, y el inspector jefe J. R. A. M., jefe de la Unidad de Extranjería y Documentación de la zona. Los agentes, con destino en Valencia pero enviados a la frontera, aseguraron en una minuta que ambos mandos echaron por tierra la detención de un delincuente que habían detenido y lo liberaron porque era familia de una empleada del hotel Nacional, donde se hospedan habitualmente los funcionarios que se trasladan a la frontera desde otros puntos de España.

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