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Un técnico de Flix: "Queríamos que nos despidieran. Si no, nos habrían detenido"
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Un técnico de Flix: "Queríamos que nos despidieran. Si no, nos habrían detenido"

Un asistente de la dirección de la obra asegura que la empresa pública intentó pagar 40 millones a FCC a toda costa inflando certificaciones y liquidaciones y con un proyecto complementario falso

Foto: Obras de descontaminación del embalse de Flix. (Acuamed)
Obras de descontaminación del embalse de Flix. (Acuamed)

Mariano de Andrés, empleado de la empresa de ingeniería Getinsa, la que llevaba la asistencia técnica a la dirección de las obras del pantano de Flix (Tarragona), el mayor proyecto de descontaminación hídrica de la historia de España, sintió cierto alivio cuando Acuamed, la empresa pública de Agricultura que promovió esos trabajos, decidió no contar más con su compañía en agosto de 2015. "La gente que teníamos allí prefería ser despedida a seguir", dijo en su declaración como testigo ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, el instructor del caso Acuamed. "Lo que estaban obligándonos a hacer suponía acabar siendo detenidos cualquiera de esos días".

De Andrés, que al igual que la garganta profunda del caso, el exdirector de Ingeniería de Acuamed Francisco Valiente, denunció el caso ante la fiscalía, contó ante Velasco el desagradable ambiente en el que vivían sus empleados tras el despido de Azahara Peralta, la anterior directora de obra, que también se había negado a firmar certificaciones y liquidaciones infladas a favor de FCC, el contratista, como le pedía la dirección de Acuamed. Para el ingeniero, la situación era "palmaria". "El jefe nuestro en Flix, su segundo, la persona que llevaba el control de calidad... Todas las personas que tenían algún tipo de responsabilidad, dejando fuera al vigilante y al topógrafo, querían irse", añadió.

El técnico explicó cómo nada más sustituir a Peralta por Pablo Martín Mira (que fue detenido en la Operación Frontino y encarcelado después por el juez), este les ordena modificar la última certificación de obra que habían redactado con la anterior jefa de obra. Las diferencias entre ambos no eran 'peccata minuta'. Martín Mira proponía que esa certificación se inflara hasta los 40 millones de euros a pagar a FCC, en lugar de los 3,5 millones que los técnicos habían estipulado. "Nos negamos a firmarla porque suponía hacer algo no de acuerdo con la realidad; era modificar algo que habíamos medido y la modificación no se correspondía con ello", declaró De Andrés.

Ante la negativa de los técnicos de Getinsa, Martín Mira, que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para pagar lo que reclamaba el contratista, propuso un plan b: un pago en tres grupos. "Propuso que FCC cobrara en concepto de incrementos de certificaciones, en concepto de liquidación de obra y por un proyecto complementario pendiente de tramitar. Todo eso sumaba aproximadamente 40 millones", es decir, la cantidad que el gigante de la construcción exigía. De Andrés también se negó. "El contratista iba a hacer menos obra de lo que estaba estipulado en el contrato pero, pese a ello, iba a cobrar lo que decía el contrato más un plus", explicó el técnico al juez.

Ese plan b, según el relato del ingeniero, suponía que FCC extrajera muchos menos lodos de lo previsto en el proyecto inicial, según les explicó el propio Martín Mira, lo que provocaría "un abaratamiento para el contratista". Para llegar hasta los 40 millones se proponía ese proyecto complementario. Pero el contenido de este último no eran más que obras que ya estaban en el proyecto original y que Acuamed decidía aplazar para más adelante. La última reclamación del contratista, según De Andrés, "se justificaba en una sola página de la que la mayor parte era el encabezamiento".

Un mes después del despido de Peralta, la anterior directora de obra, ante los obstáculos que Getinsta ponía a los planes de Acuamed de abonar sí o sí esos 40 millones a FCC, la empresa pública decide prescindir de De Andrés y el resto del pesonal de la empresa de ingeniería. Era el principio de agosto de 2015. "Nuestro contrato tenía como duración hasta el final de las obras con prórroga automática. Simplemente deciden que no nos prorrogan, por lo que mi interpretación es que nos rescinden el contrato", contó el ingeniero al instructor del caso Acuamed. Sin embargo, no se queraron. Consideraban que se habían quitado un peso de encima.

Martín Mira les dijo que estaba en contra de su marcha, pero la justificó porque "quien lo decide es su superoridad". La salida de Getinsa, según De Andrés, pudo haber provocado problemas de seguridad para la población y los regantes que se abastecen del Ebro. "Al desaparecer la asistencia técnica la obra pasa de tener a nueve personas vigilando a tiempo completo a tener a una sola, Martín Mira, a tiempo parcial que además debía de ocuparse de seguridad y salud y del plan de emergencia de descontaminación aguas abajo", relató. Ese plan se ideó para actuar en caso de que se produjera una fuga del agua y los lodos contaminados de Flix.

La obra trata de sanear este embalse del Ebro en el que, durante más de un siglo, la empresa Ercros descargó casi un millón de toneladas de lodos contaminantes que, según afirmó el ministerio en su día, amenazaban el cauce del Ebro hasta su desembocadura. Las obras de dragado del embalse comenzaron en marzo de 2013. El contrato ahora investigado por la Audiencia Nacional ascendía a 165 millones de euros, aunque la suma finalmente desembolsada por el Gobierno llegó a los 190 millones, la mayoría procedentes de fondos europeos. Agricultura aseguró en su día que se trataba de "la mayor inversión pública acometida en España en una obra de descontaminación".

Mariano de Andrés, empleado de la empresa de ingeniería Getinsa, la que llevaba la asistencia técnica a la dirección de las obras del pantano de Flix (Tarragona), el mayor proyecto de descontaminación hídrica de la historia de España, sintió cierto alivio cuando Acuamed, la empresa pública de Agricultura que promovió esos trabajos, decidió no contar más con su compañía en agosto de 2015. "La gente que teníamos allí prefería ser despedida a seguir", dijo en su declaración como testigo ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, el instructor del caso Acuamed. "Lo que estaban obligándonos a hacer suponía acabar siendo detenidos cualquiera de esos días".

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