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Marta Miguel: "Una ola hizo perder el control de la barca y nos caímos todos"
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ENTREVISTA CON MARTA MIGUEL

Marta Miguel: "Una ola hizo perder el control de la barca y nos caímos todos"

La española atiende a El Confidencial desde el hospital de Kota Kinabalu en el que se encuentra junto a su novio tras la odisea de ocho días a la deriva en el mar

Los españoles Marta Miguel y David Hernández, que desaparecieron hace 11 días cuando navegaban en aguas del norte de la isla de Borneo, llegaron este viernes a Kota Kinabalu, en Malasia, donde les esperaban varios familiares. Tras los besos y abrazos, han podido contar el final de la historia de su desaparición con todos los detalles e interrogantes que aún pesan. Aunque atendieron a este periódico todavía en el hospital, este sábado han recibido el alta médica. La pareja ha dejado el recinto medico, pudo comprobar EFE, con visible buen estado físico y de ánimo tras pasar la ultima revisión psicológica. Tienen previsto regresar a España el próximo miércoles.

[Ver galería: Abrazos y besos a su llegada]

PREGUNTA.- ¿Cómo empezó vuestra odisea? ¿Qué os ocurrió de regreso al 'resort'?

RESPUESTA.- Volvíamos de la isla Balmbangan después de pasar el día allí y lo hicimos un poco más tarde de lo que deberíamos haberlo hecho. Salimos sobre las cinco y debíamos haber llegado a nuestro destino a las seis menos algo. Se tarda unos 45 o 50 minutos con la barca que llevábamos, que tiene cinco metros de largo y un motor de 30 caballos. Es una barca muy ligera y se puede ir rápido.

Lo que pasó es que a esas horas el mar está muy picado y traicionero y una ola nos hizo perder el control de la barca. Nos caímos todos, los cuatro que íbamos, y el motor siguió funcionando durante un rato dando vueltas a nuestro alrededor con las hélices. Ahí temimos un poco por nuestra vida, pero finalmente se paró y se volcó dando la vuelta. ¿Qué pasó? Que todo se inundó de agua salada. Estuvimos una hora y media o dos horas dándole la vuelta a la barca y sacando todo el agua de dentro para poder montar de nuevo. No estábamos muy lejos de la costa. De hecho, con el motor no hubiéramos tardado más de 10 minutos. Pero se torció todo y acabamos pasando la noche ahí, varados.

P.- ¿No encontrasteis a nadie cerca que os pudiera remolcar?

R.- Pensábamos que iba a ser cosa de un día, que al día siguiente alguien nos iba a encontrar porque estábamos muy cerca de la costa. Pero la deriva del mar hizo de las suyas y nos fuimos alejando.

El primer día vimos un par de barcos que no pararon. Posiblemente, quizá eran pescadores ilegales o que no querían problemas. Lo que fuera. Tampoco había un aviso de búsqueda en ese momento. Eso fue a la mañana siguiente, nada más pasar la primera noche. Teníamos miedo porque una noche en el mar así porque sí nadie se la espera. Estos dos barcos no pararon y, por la tarde, sí que tuvimos más suerte porque nos vieron unas avionetas. Pero desde que nos vieron y nos geolocalizaron con la avioneta hasta que el equipo de rescate salió, pasaron tres horas. Y en esas tres horas, seguimos a la deriva y a ellos se les hizo muy difícil encontrarnos.

Sabemos que el Gobierno de Malasia ha hecho todo lo que ha estado en sus manos por encontrarnos pero ha sido muy difícil porque nosotros nos movíamos a la deriva y cada vez nos íbamos más lejos. Los tres o cuatro primeros días sí veíamos costa, pero a partir del cuarto ya nada. Y ya no veíamos ni costa ni barcos pequeños. Solo cargueros enormes a kilómetros de distancia. En los últimos días estábamos más desesperados pero nunca perdimos la esperanza.

Los móviles se mojaron, el 'walkie-talkie' se mojó, las botellas de agua se perdieron, un chaleco salvavidas se perdió, los botes de combustible… Todo

P.- ¿Teníais algún tipo de víveres en la embarcación?

R.- No, nada. Perdimos todo cuando la barca volcó. Los móviles y el 'walkie-talkie' se mojaron, las botellas de agua se perdieron, un chaleco salvavidas se perdió, los botes de combustible… Todo. Solo recuperamos un flotador de emergencia, un bote de combustible y nuestras bolsas estancas que ya no estaban estancas. Al intentar usar el walkie talkie, vino otra ola, se mojó, y todos los móviles se estropearon. Los utilizamos solo para usar los espejos que tienen dentro para hacer reflejos con el sol a los barcos o avionetas que pasaban. No teníamos ningún tipo de comunicación ni de víveres.

P.- Habéis sobrevivido gracias a filtrar el agua del mar con una bolsa, ¿no es así?

R.- Utilizamos las bolsas estancas, que están hechas de un plástico flexible muy resistente y que se calienta mucho. Yo no sé si vi alguna película o qué pero tenía la idea de que si se evaporaba el agua salada, la sal se quedaba abajo.

Estuvimos experimentando con la bolsa y con los protectores de la pantalla del móvil, el cristal templado, para ver si conseguíamos la condensación de las gotitas. Los tres primeros días no bebimos nada, pero cuando ya estábamos desesperados, seguimos probando hasta que nos salió. Después descubrimos que salía mejor aún con una bolsa de plástico encima. Utilizábamos la bolsa estanca como contenedor del agua y la bolsa de plástico como recipiente donde se quedaban pegadas las gotitas de vapor. Y como el sol era tan fuerte, había 39 o 40 grados, podíamos beber cuatro personas un poquito cada hora. Chupar la bolsa un poquito.

placeholder Los españoles en el hospital. (Efe)
Los españoles en el hospital. (Efe)

P.- ¿Quién lo ha llevado peor en estos ocho días?

R.- Nuestra compañera Armella estuvo un poquito más en 'shock' y durante los primeros cuatro o cinco días no se movió apenas. Hizo relajación total para ahorrar al máximo sus energías. Ha sido la que lo ha llevado un poco peor pero ha sido muy fuerte y no ha tenido ningún ataque de pánico ni se ha desmayado ni nada de eso.

P.- ¿Qué os han dicho hoy en el hospital?

R.- Tenemos quemaduras del sol, algunos síntomas de deshidratación y, sobre todo, algunas ampollas en las piernas, en los muslos y en la espalda, de estar en contacto con la barca. Porque todo el día húmedos, con calor por el día y con mucho frío por la noche, ha hecho que la piel se haya resentido mucho. Pero de la cabeza estamos perfectos.

Los españoles Marta Miguel y David Hernández, que desaparecieron hace 11 días cuando navegaban en aguas del norte de la isla de Borneo, llegaron este viernes a Kota Kinabalu, en Malasia, donde les esperaban varios familiares. Tras los besos y abrazos, han podido contar el final de la historia de su desaparición con todos los detalles e interrogantes que aún pesan. Aunque atendieron a este periódico todavía en el hospital, este sábado han recibido el alta médica. La pareja ha dejado el recinto medico, pudo comprobar EFE, con visible buen estado físico y de ánimo tras pasar la ultima revisión psicológica. Tienen previsto regresar a España el próximo miércoles.

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