Decenas de cerdos vietnamitas campan a sus anchas por un barrio de Cartagena

"El cerdo vietnamita no es una especie autóctona de Cartagena", puntualiza Carlos Illán, periodista de Cartagena de Hoy y uno de los primeros en informar de la crisis sanitaria que vive hoy Los Mateos, una barriada depauperada de las afueras de la ciudad por las que hoy campan a sus anchas más de 150 animales que están acabando con la paciencia de los vecinos y volviendo loco al Ayuntamiento.

"Hay vecinos muy molestos porque los cerdos se pelean en plena calle a las tres de la mañana y hacen mucho ruido cuando están en celo, no dejan dormir a nadie. Salen sobre todo por las noches y desarman las bolsas de basura. Se rumorea que en el barrio ya se han comido alguno, que más de un vecino tiene la nevera llena de cerdo vietnamita. Dicen que la carne es parecida a la del jabalí", explica Teresa Sánchez, concejal de 'Cartagena Sí Se Puede'.

Los cerdos se pelean en la calle a las tres de la mañana y hacen ruido cuando están en celo

Además de pedir ayuda al Seprona y a Sanidad, el Ayuntamiento (una coalición del PSOE y Movimiento Ciudadano) convocó el miércoles una reunión con los cinco grupos políticos, la policía local, el abogado y el técnico de laboratorio. "Sacamos de ahí varias ideas pero no se concluyó nada porque, claro, son muchos cerdos. La primera idea, que es la que nosotros defendemos, es llevarlos a santuarios de animales. Al menos a todos los que podamos. Pero tiene que ser el Ayuntamiento quien haga las gestiones y habría que gastar algo de dinero, en transporte, etcétera", argumenta Sánchez.

Otras opciones que se barajan es sacrificar a los animales o incluso convertirlos en productos cárnicos, pasando primero varios trámites sanitarios, vacunas, etcétera. "Un técnico del Ayuntamiento propuso sacrificarlos y venderlos o donarlos como carne de jabalí porque dicen que es muy parecida y que en algunos sitios ya se está haciendo. A nosotros, sin embargo, la idea no nos convence", comenta Sánchez. Illán indica, por el contrario, que la carne "no es exactamente como la del cerdo ibérico". "No creo que los de El Pozo estén asustados por la competencia", bromea .

Según explican los propios vecinos, los primeros cerdos vietnamitas los liberó una familia de Los Mateos. "Los tenían como mascotas y aquí sabemos quiénes son pero no lo decimos porque les podría generar problemas. Lo que pasó es que crecieron mucho, se hicieron muy grandes y además empezaron a criar, así que los dueños decidieron soltarlos en el monte que hay aquí al lado. Pero en dos años se han reproducido muy deprisa y son una auténtica plaga. Han sido avistados también en pueblos cercados", comentan.

El asunto se ha convertido en tema de debate político, aunque en el Ayuntamiento declinaron a comentar el problema con El Confidencial. Manuel Padín, portavoz de Ciudadanos (también en la oposición), insiste en que "es un problema que fue denunciado hace meses, y nadie desde el Ayuntamiento se puso manos a la obra para solucionarlo; es ésta inacción la que ha permitido que se reproduzcan hasta convertirse en una amenaza muy real para la sanidad pública y la seguridad en la zona".

Hay muchas cerdas embarazadas, yo conté al menos siete, y se reproducen rapidísimo

El problema, apunta la oposición, no solo deriva de las molestias 'menores' que provocan ni es estrictamente sanitario, sino que se está poniendo en riesgo la seguridad vial. "Están empezando a aparecer cerdos en las carreteras cercanas y tienes que dar frenazos para esquivarlos. Un bicho de esos te destroza el coche si lo atropellas y puede haber accidentes graves", se quejan otro de los vecinos consultados.

La mayoría de los cerdos se concentran alrededor de un castillo en ruinas que separa el barrio del resto de Cartagena. "Muchos viven allí, nosotros subimos a echarles fotos y es verdad que no atacan ni tienen miedo, pero hay muchas cerdas embarazadas, yo conté al menos siete, se reproducen rapidísimo. Van en grupos, tienen sus propias camadas de 15 o 20 cerdos, pero los vecinos dicen que por las noches se ven muchos más y es cuando más molestan. Bajan al barrio y a la carretera", agrega Sánchez.