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El tribunal evidencia las contradicciones de Torres sobre la implicación de la Infanta
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El tribunal evidencia las contradicciones de Torres sobre la implicación de la Infanta

El exsocio de Urdangarin declaró hace tres años ante el juez Castro que la hermana del Rey estaba al corriente de las actividades del Instituto Nóos. Ayer, sin embargo, aseguró que lo desconoce

Foto: El exsocio de Urdangarin Diego Torres. (EFE)
El exsocio de Urdangarin Diego Torres. (EFE)

Fue salir el nombre de la Infanta y se abrió la caja de los truenos. Las primeras preguntas de Manos Limpias a Diego Torres sobre la implicación de Cristina de Borbón en el caso crearon extraños aliados -su defensa y el fiscal Pedro Horrach salieron casi al alimón en su auxilio-, pero, sobre todo, subrayaron las contradicciones del exsocio de Urdangarin sobre el conocimiento que esta tenía sobre los negocios y manejos del Instituto Nóos. El desprecio de Torres en sus respuestas provocó que la presidenta, Samantha Romero, evidenciara desde la imparcialidad del tribunal su incoherencia. En 2012, durante la instrucción, dijo al juez José Castro que la Infanta, "por supuesto", tenía conocimiento de las actividades de la entidad. Ayer, sin embargo, aseguró que desconoce si estaba al tanto.

En su declaración ante el juez Castro del 16 de febrero de 2003, a la que acudió pertrechado de más de 200 correos con los que trató de acreditar el conocimiento que la Casa Real tenía de las actividades de Nóos, Torres subrayó el importante papel de la Infanta en el nacimiento del instituto. Además de formar parte de su junta directiva junto a su marido, el propio Torres y el secretario personal de las infantas, Carlos García Revenga, se implicó en las primeras gestiones de la entidad hasta el punto de participar en la búsqueda de su sede en Barcelona, según su testimonio. Torres, además, aseguró con rotundidad que, más allá de su labor como vocal de la junta, la hermana del Rey estaba al tanto de las actividades que el instituto llevaba a cabo.

Pero ayer, a preguntas de la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, la única acusación que sostiene los cargos contra la Infanta -su papel como cooperadora necesaria en los dos delitos fiscales cometidos por su esposo-, cambió su versión. En un interrogatorio bronco, interrumpido por las protestas del fiscal anticorrupción Pedro Horrach y el abogado de Cristina de Borbón, Pau Molins, manifestó que desconocía si esta estaba al corriente de esos negocios.

Torres deja de contestar ante repetidas preguntas sobre la infanta Cristina

"¿Cuál era la función de la Infanta en la junta directiva de Nóos?", preguntó López Negrete. Inmediatamente, Molins reclamó al tribunal que declarara impertinente la cuestión al considerar que no tenía relación con los delitos que se imputan a su clienta. Pero la presidenta dio la razón a la letrada de Manos Limpias y la permitió. Torres respondió lo obvio, que "era vocal de la junta directiva" pero "no tenía mayores funciones que esa, la de ser vocal". Acto seguido, fue Horrach el que reclamó a la sala que frenara a López Negrete. Pero tampoco lo logró.

Tres preguntas después, la abogada de la acusación volvió a la carga con la Infanta. Quiso conocer si estaba al corriente de la labor de supervisión sobre el instituto Nóos que, según Torres, desarrollaba el abogado del Monarca, José Manuel Romero, conde de Fontao, lo que provocó una nueva protesta, esta vez del abogado de Torres, Manuel González Peeters. Pero la presidenta volvió a permitir la pregunta. Torres ha respondido con un lacónico "lo desconozco". López Negrete solicitó entonces que se le mostrara su declaración ante Castro en la que dijo que Cristina de Borbón conocía las actividades del instituto y esa supervisión.

Acto seguido, la presidenta del tribunal constató la existencia de la contradicción entre las dos declaraciones -la de la instrucción y la prestada ayer en el juicio- y le recordó que, cuando le hicieron esa misma pregunta hace tres años, respondió con un rotundo "por supuesto". "La verdad, no puedo saber a ciencia cierta lo que conoce otra persona", prosiguió Torres. "No voy a elucubrar".

Pero Negrete siguió a la carga.

- ¿Por qué cambia usted ahora su declaración?

- No le voy a contestar en este momento sobre estas cosas.

- ¿Ha hecho usted algún pacto o algo relativo para cambiar su declaración hoy aquí?

- No estoy cambiando mi declaración. Simplemente no le estoy contestando a este tema (...). Mire, yo estoy aquí para defender la bondad de lo que hemos hecho. No quiero entrar en otros juegos; no quiero entrar en esos juegos...

En ese momento, le interrumpió tajantemente la presidenta, Samantha Romero. "Disculpe, vamos a ver. Juegos, no. Aquí hay una declaración judicial firmada por usted, si no estoy equivocada, ¿de acuerdo? Usted está manifestando hoy una cosa. La acusación tiene todo el derecho a poderle preguntar cuando advierte una contradicción, el tribunal a advertir si la hay o no y a solicitar de usted una aclaración y usted a contestar si quiere hacerlo". Después añadió: "No van a sustituir la labor del tribunal en momento ninguno, se empeñen lo que se empeñen. El tribunal va a blindar su independencia y va a actuar conforme establece la Constitución". Desde ese momento, Torres se negó a responder más preguntas.

La infanta Cristina, durante el juicio

El exsocio de Urdangarin incumplió así la promesa de su abogado que, el pasado viernes, a preguntas de la magistrada, aseguró que su cliente contestaría "a todas y cada una de las preguntas que planteara cualquiera de las partes". Entre las que se quedaron sin respuesta que López Negrete leyó al tribunal, estaban las siguientes: "¿Sabía la infanta Cristina lo que firmaba?" o "¿ha llegado usted a un pacto con el señor Urdangarin para depositar la responsabilidad en Marco Antonio Tejeiro?". Este último era el contable del Instituto Nóos que, tras un acuerdo con el fiscal, ha colaborado en la investigación a cambio de una rebaja de penas.

Tras este encontronazo múltiple, Pau Molins, el abogado de Cristina de Borbón, hizo constar su "más respetuosa, pero enérgica protesta" porque, a su juicio, "la mayoría, por no decir el 100%, de las preguntas formuladas eran claramente impertinentes, dado que no guardan relación con el presunto fraude cometido por su marido [Urdangarin], porque el 100% de las preguntas contenían valoraciones o deducciones absolutamente impertinentes en un interrogatorio y muchas de ellas, además, eran reiterativas". A diferencia de lo que hizo al inicio del interrogatorio, esta vez el fiscal Horrach no se sumó a la defensa de la Infanta.

Fue salir el nombre de la Infanta y se abrió la caja de los truenos. Las primeras preguntas de Manos Limpias a Diego Torres sobre la implicación de Cristina de Borbón en el caso crearon extraños aliados -su defensa y el fiscal Pedro Horrach salieron casi al alimón en su auxilio-, pero, sobre todo, subrayaron las contradicciones del exsocio de Urdangarin sobre el conocimiento que esta tenía sobre los negocios y manejos del Instituto Nóos. El desprecio de Torres en sus respuestas provocó que la presidenta, Samantha Romero, evidenciara desde la imparcialidad del tribunal su incoherencia. En 2012, durante la instrucción, dijo al juez José Castro que la Infanta, "por supuesto", tenía conocimiento de las actividades de la entidad. Ayer, sin embargo, aseguró que desconoce si estaba al tanto.

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